Messi, entre la espada y la pared: insultos, amenaza de prisión y el karma de la Selección

El hoy de Leo está lejos de 'Messilandia', el mundo ideal. Se presentó ante la Justicia española y tiene el peso de ganar la Copa América.

Messi, entre la espada y la pared: insultos, amenaza de prisión y el karma de la Selección

Por Fabián Galdi, editor Más Deportes digital - fgaldi@losandes.com.ar


Como si portara una mochila cargada de piedras, Lionel Messi atraviesa uno de los momentos más salvajemente conspiradores del status quo en el cual supo desarrollarse su vida. La imagen impoluta que acompaña su existencia lo posicionó en el sitial de las deidades sin mácula. Las denuncias por presunta evasión fiscal a la Hacienda española sitúan al futbolista en un espacio incómodo para su propia autoestima. El lenguaje técnico de los estrados judiciales es un idioma en el cual cada palabra le resulta inapropiada para su léxico, el cual se vincula con naturalidad con el universo simbólico de la pelota. El estereotipo del deportista intachable encontró una grieta. Leo descendió desde el Olimpo hasta ser lo que es en este mundo: uno más en el común de los mortales. Y le hace bien comprobarlo de motu proprio. El haberse convertido en una figura paradigmática no conlleva consigo el blindaje de las urgencias de lo cotidiano.

"¡Vete a jugar a Panamá, cabrón!", le gritaron al astro en su propia Barcelona, la ciudad que lo acogió más tiempo como vecino en sus casi 29 años. El ingreso del crack al Palacio de Tribunales en la Ciudad Condal, la semana pasada, estuvo lejos de transformarse en el acceso a uno de los estadios en lo que vistió la camiseta blaugrana o la albiceleste. Tres cargos por presunta evasión fiscal son los que enfrentan los Messi, padre e hijo, y eventualmente hasta podrían ser condenados a dos años de prisión sin es que son hallados culpables de haber defraudado a la administración federal de ingresos públicos del país europeo.  El origen fue una deuda de 4,1 millones de euros, la cual se produjo en los períodos 2007 a 2009. Un acuerdo de partes debería finalizar en la imposición de una multa - ya le ha pasado a la familia en años anteriores - pero también corre la posibilidad de que los acusados pierdan los beneficios de exenciones fiscales futuras.

Leo ya dejó hace rato de ser La Pulga de sus orígenes en el fútbol, cuando asombraba al planeta con sus cualidades futbolísticas premium en el Barça de Pep Guardiola. Estrellas rutilantes como Ronaldinho, Zlatan Ibrahimovic y Thierry Henry quedaron en un segundo plano como íconos barcelonistas ante la aparición fulgurante de quien se ubicó sin discusión en el podio de los tres mejores jugadores de todos los tiempos junto a Maradona y Pelé. El reconocimiento se expandió vertiginosamente a lo largo de los cinco continentes y las votaciones en la FIFA determinaron que se haya convertido en el futbolista que más veces ganó el #BalóndeOro: cinco. Sin embargo, el presente lo muestra en un plano diferente, alejado de la gala y cercano a un territorio fangoso en el cual le cuesta moverse como lo hace cuando dos o tres rivales lo marcan en la cancha. Ya no está en Messilandia. Y lo sabe.

Con esa carga, de un enorme peso simbólico, el capitán del seleccionado argentino dejó atrás los estrados judiciales para que un vuelo lo deposite en EstadosUnidos, donde este lunes por la noche está previsto el debut de La Selección contra Chile en la #CA2016. El partido, encima, está rodeado por un halo si se quiere hasta de tinte morboso, ya que se lo anuncia como la revancha de la final ganada por La Roja en Santiago, el año pasado. Más allá de que los dos rivales se enfrentaron en marzo pasado - eliminatorias sudamericanas - en el mismo escenario, y que el triunfo (1-0) quedó en poder de los dirigidos por Tata Martino, lo cierto es que la expectativa pasa por un duelo trasandino de alto voltaje emocional. Y una nueva presión para Messi, quien arribó este sábado pasado luego de haber afrontado la situación judicial.

El subcampeonato mundial en Brasil 2014 y el mismo segundo lugar en la competencia continental Chile2015 se miden en la Argentina con una vara de menosprecio que asombra por lo injustificado. Para acceder a ser finalista se entiende que hubo un proceso previo de signo positivo. De otra manera, nadie recordaría a la fabulosa Naranja Mecánica de Holanda1974 o, inclusive, al propio seleccionado de Carlos Bilardo en Italia 1990. Sin embargo, la variable del exitismo deja en el bronce al que obtuvo el máximo resultado favorable y condena a la subestimación a quien escoltó al campeón. De ahí se entiende que Leo esté ubicado en una zona gris entre la desconfianza y la indiferencia cuando se lo mide con el metro patrón de la exigencia argentina. Un espacio en el que inconsciente colectivo de una comunidad proyecta fantasías y sueños, los cuales necesitan de un referente como depositario del regocijo o de la frustración conforme haya sido el resultado. Y esa gran referencia es Messi.

Resta esperar en qué condiciones psicofísicas el eximio jugador se encuentra de cara a la cita en suelo estadounidense. Luego de haberse lesionado semanas pasadas en San Juan, durante un amistoso del combinado argentino contra su par hondureño, el reposo provocó que se fuera disipando una dolencia en la zona de las costillas. Casi sin descanso, llegaron los compromisos de índole judicial. La exposición pública creció exponencialmente, al punto que también quedó reflejado en los medios: las imágenes fotográficas de la prensa internacional mostraron al crack con una actitud distante y poco apego a la disposición para enfrentar a los periodistas. Una puesta en escena como si a su propio ecosistema se le hubiera corrido el eje tras un desastre natural.

De Messi y sólo de él dependerá recomponerse luego de un testimonio ante la Justicia española que dejó sabor a poco. Su énfasis en demostrar que carecía de conocimiento cabal respecto de lo que sucedía con el entramado económico-financiero que lo apretujaba suena, cuanto menos, como una salida de ocasión. Ya en 2014 un juez interviniente desautorizó que el futbolista desconociera fehacientemente qué pasaba con el traslado de sus fondos de una cuenta a otra. Este año, además, la prestigiosa revista deportiva France Football calculó en 74 millones de euros las ganancias del jugador en la actual temporada. Se entiende, de hecho, que un grupo de especialistas asesore a Leo y a su padre Jorge acerca de cómo y dónde invertir las cuantiosas sumas. Es lo normal, además. Lo anormal es que el astro quede atrapado en una telaraña que lo asocia a los Panama Papers y que ni siquiera se le hubiera advertido.

De Messi y sólo de él dependerá, en definitiva, que en esta Copa América despliegue su vocación de mago con la pelota una vez más. Quizás, el premio mayor esté esperando luego de 23 años de sequía para la Selección. Y que si ese momento llega, la conquista sea doble: saber con quién y para qué se rodea le será - quizá - tan gravitante como levantar la Copa el 26 de junio en Nueva Jersey.

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