Era su día. No habían dudas. La llegada de Lionel Messi para sumarse al seleccionado argentino causó una verdadera revolución desde que pisó suelo chileno. Primero lo hizo en Santiago y luego, pasado el mediodía, ya en La Serena para despertar a una ciudad que aún estaba indiferente a la Copa América.
Pero La Pulga no se conformó y fue por más. Primero se calzó los botines y participó del entrenamiento como uno más y no importaron las pocas horas de descanso tras ganar la Champions League con el Barcelona. Después, apareciendo en la conferencia de prensa y hablando de todo.
El sol ya se había ocultado y la temperatura había bajado considerablemente. Algunos debieron sacar el mate y otros los abrigos para esperar la hora indicada en la que se haría la conferencia de prensa anunciada para las 19.30. Nadie sabía quiénes iban a ser los protagonistas, pero la guardia mediática soportó y tuvo su premio con la aparición del mejor jugador del mundo.
“Sin dudas que somos conscientes de que eso sería lo máximo para terminar de la mejor manera el año, ganando el título con la Selección. Gracias a Dios pudimos conseguir los objetivos en el club y ojalá se nos pueda dar la Copa, que tanto la buscamos y tanto nos cuesta”, fue la primera respuesta de Leo tras la consulta sobre si este año fue el mejor suyo.
Se acabaron los festejos, los viajes y nada detiene al fenómeno: “Como dijo Mascherano ya estamos acá y dejamos atrás todo lo que vivimos y lo que pasó. Nos centramos en lo que es la Copa América. Hoy (por ayer) nos tocaba entrenar y así lo hicimos”. Pese a todo no tiene coronita. Y está bien.
Como sucede en cada arranque de un torneo internacional, Argentina siempre es favorita en la previa y para Messi, también. “Nos encantaría poder conseguir esta Copa América por lo que significaría para este grupo que viene de hacer un gran mundial y se quedó a las puertas de poder levantar el trofeo. Es una generación que tiene muchas ganas de sumar algún título con la Selección. Este grupo se merece poder conseguir algo. Quedamos muy mal y ahora tenemos la chance”.
“Como dije antes, no se si es el mejor año, pero sí que me encuentro muy bien, muy feliz. Por suerte salió todo muy bien. Conseguimos todo lo que jugábamos y eso significa mucho. Es algo increíble poder hacerlo nuevamente. Fue un año espectacular en ese sentido”, agregó, dejando atrás la celebración con el Barcelona y poniéndose una vez más un chip nuevo.
“A la Selección la veo muy bien. Si mirás individualmente a cada uno tenemos grandísimos jugadores como para poder ganarla. Pero con tranquilidad porque es una Copa muy pareja. Chile, que es local, es una gran selección. Colombia también tiene jugadores increíbles. Brasil siempre está y Uruguay y Paraguay nunca dejan de pelear”, respondió a cómo veía a la Albiceleste.
La final ante Alemania en Brasil aparece muy cercana, parece que fue ayer y Leo no se olvida. Aún en su cabeza se repiten las imágenes de aquella dolorosa derrota en la final ante los teutones.
Pero también sabe que ésta es otra historia: “Son dos cosas diferentes, la herida del mundial va a estar siempre ahí, por lo que significa, por quedarnos tan cerca de cumplir el objetivo. Pero creo que la Copa América es importante para Argentina, para nosotros y para poder conseguir un título que hace mucho no lo hacemos”.
“Creo que individualmente llegamos mejor que al último mundial. Por muchas cosas que pasaron antes en la Selección. Porque llegamos con jugadores no bien físicamente o que venían de lesiones o porque en el mismo torneo se nos lesionaron”, agregó.
Más adelante en la conferencia, apareció la pregunta sobre su posición en el Barcelona como extremo. Al respecto, contó: “Este año al club llegó (Luis) Suárez y es un nueve de más referencia para jugar por adentro. Lo más lógico era que yo saliera afuera que ya conocía la posición y podía hacerlo en ese lugar, a que lo hiciera él. Con el Tata Martino cuando estuvo en el Barcelona también se había intentado en algunos partidos que jugara por afuera, pero por una cosa u otra no lo hicimos mucho. Pero en el primer momento que él agarró la Selección ya sabía que iba a jugar por afuera.
El cuadro podría poner a Argentina y Brasil, de su amigo y compañero Neymar, en la final. Pero eso, por la cabeza de Messi aún no pasa. Al menos de la boca para afuera. “Veníamos hablando antes de la final de lo que podía llegar a ser la Copa. De que podíamos llegar a cruzarnos. Pero después del partido cada uno salió para su lado. Pueden pasar muchas cosas”.
Los años pasan para todos y la gran figura de esta Copa no es la excepción. “Llego con mucha más madurez, voy creciendo, pasan los años y voy aprendiendo cosas y lo noto. En lo personal me siento muy feliz conmigo mismo y con mi familia”.
Leo no se cansa de hacer goles en su club y su amigo, Sergio Agüero, tampoco en el Manchester City. Son compañeros de habitación en el búnker argentino, pero no apostaron nada por quién haría más goles. “No, ojalá que todos podamos hacer muchos goles. Carlitos (Tevez) el Pipa (Higuaín) y todos para el bien de la Selección”.