Lionel Messi dejará por un momento el sábado próximo de ser el “diez” del seleccionado argentino para convertirse en el “cien”, ya que ese será el número de partidos que cumplirá vistiendo la camiseta albiceleste, y como un designio reservado solamente para las estrellas, alcanzará ese privilegio justo en la jornada en la Argentina celebrará el “Día de la Bandera”.
Lionel Andrés Messi Cuccitini, que el próximo miércoles 24 cumplirá 28 años, nació con un aura que además de convertirlo en el mejor futbolista del mundo por estos tiempos, lo llevó a romper récords sin parar a lo largo de su carrera, aún los más insólitos como el registrado en su debut en el seleccionado argentino. Que fue expulsado a los 47 segundos de ingresar al campo de juego.
El hecho tuvo lugar en el estadio Ferenc Puskas, de Hungría, donde el equipo argentino venció en un amistoso al representativo local por 2 a 1 y José Pekerman lo habilitó para que tuviera su "primera vez" con la mayor.
Messi ingresó a los 18 minutos del segundo tiempo por el delantero Lisandro López y en su primera acción forcejeó con el volante Vanczák, levantó el codo hasta el rostro de su rival e inmediatamente vio la tarjeta roja. Primer récord. Nunca un debutante con la selección se fue tan rápido.
Pero precisamente la rapidez, y sobre todo con la pelota al pie, un sello que lo llevó a encumbrarse como el mejor de su especie, fue lo que lo llevó en los años posteriores a un meteórico ascenso hasta la cima del mundo.
Llegaron después muchas conquistas con Barcelona, cuatro balones de oro para sus vitrinas personales, pero con la camiseta argentina siempre quedó una cuenta pendiente, por prestaciones anodinas en algunas ocasiones, por falta de algún título en otras, y con la comparación permanente sobre lo que rendía “aquí y allá” pendiendo sobre su cabeza cual “espada de Damocles”. Por eso esta Copa América se le presenta al rosarino como una gran oportunidad de reivindicación personal.
Y aunque para muchos no le haga falta, él también lo toma así y lo refleja en sus dichos. “Llegar a los cien partidos con la camiseta argentina será una gran felicidad, pero yo quiero festejarlo el cuatro de julio ganando esta Copa América, porque todavía no pude levantar ningún trofeo con la selección mayor”, confesó.
“Por eso insisto en que cumplir cien partidos con esta camiseta es un enorme orgullo para mi, pero necesito que esto venga acompañado de un título, ya que lo que más deseo es levantar una Copa con el seleccionado argentino y con este grupo”, remarcó con la insistencia y el entusiasmo de un chico que no parece haber ganado la Champions League hace un puñadito de días nada más.
El hombre récord no tiene récords dignos de mencionarse con la camiseta de su país. Es el capitán de un barco generacional que hace rato quiere llegar al puerto de la gloria pero, por "hache o por be", nunca lo logra. Y el tiempo pasa.
El próximo sábado ante Jamaica, cuando el seleccionado de Gerardo Martino cierre su participación en el grupo B de esta Copa América en Viña del Mar, Messi cumplirá cien partidos vistiendo la camiseta argentina.
Cuatro días después llegará a sus 28 años de existencia.
Del tímido niño ilusionado al crack maduro
La vida de Lionel Messi atravesó diferentes momentos en su recorrido hacia los cien partidos en el seleccionado argentino de fútbol, que alcanzará en su próximo encuentro con la celeste y blanca, y que marcaron su presencia, juego, rol y liderazgo en el equipo donde hoy es referente. En octubre de 2005 dijo que su sueño era disputar el Mundial Alemania 2006 y ese primer paso se cumplió.
Por entonces, el juvenil Messi expresó: “desde chiquito, cuando recién empezaba en Newell's Old Boys, pensaba en eso. Claro que sueño con el Mundial. Si lo niego sería un mentiroso”.
La imagen apática y rebelde de La Pulga en el banco de los suplentes en los cuartos de final ante Alemania, con Pekerman ignorándolo, dieron la vuelta al mundo como una muestra de su rasgo característico: Messi quiere jugar siempre.
Los hinchas argentinos le pidieron rápidamente que aquel punzante delantero de Barcelona hiciese lo mismo bajo los colores celeste y blanco. El propio Lionel supo que estaba “en deuda” con el seleccionado. “Yo sé que todavía no rendí en la selección mayor como lo hice en Barcelona o en la sub 20. Me siento en deuda”, dijo Messi en 2007.
Un golpe duro para el crack rosarino fue cuando tanto él como el resto de sus compañeros fueron silbados en los primeros partidos de la Copa América Argentina 2011, con Sergio Batista como entrenador, con el recuerdo fresco de la eliminación humillante en Sudáfrica 2010, con Diego Maradona como técnico.
“Vengo a la selección porque lo siento. Quiero jugar siempre y dar lo mejor. A nadie le gusta que lo silben”, señaló Messi en 2011, quien a pesar del fracaso deportivo revirtió el hostigamiento del público argentino.
El día que Alejandro Sabella le otorgó la cinta de capitán nació otro Messi. De forma progresiva, “Lío” tuvo otra injerencia en el grupo, ya con varios tropiezos en el lomo, cuestión que no le sucedía en Barcelona, y se sintió a gusto.
“Aprendí de otros mundiales para no repetir los errores”, manifestó Messi en la previa al Mundial Brasil 2014 donde estuvo cerca de la hazaña con el subcampeonato en la final perdida con Alemania en Río de Janeiro.
Su arribo a la Copa América, donde cumplirá 100 partidos con el conjunto 'albiceleste', encontró un Messi más maduro, en lo personal y futbolístico. Dejó atrás cuestionamientos, acumuló goles para ubicarse como el segundo mejor anotador detrás de Gabriel Batistuta (marcó 56) y, “cabeza dura” como es en su intención de ganar, va en busca de su primer título con el seleccionado.
El mejor en el juego de las estrellas
Lionel Messi resultó el mejor en el juego de las estrellas de la Copa América poco de concluir la segunda fecha. El argentino respondió a la altura de las circunstancias en los cotejos que disputó. El goleador histórico de Barcelona de España le sacó una cabeza de ventaja a otras estrellas de la Copa.
En la Argentina, plagada de estrellas, también sobresale Sergio Agüero, quien lleva dos goles de manera consecutiva.
Un escalón más abajo de Messi aparecen el chileno Alexis Sánchez y el colombiano James Rodríguez, quienes con intermitencias aportaron lo suyo para que Chile y Colombia den pelea.