Messi: el capitán otra vez estuvo ausente

Desde el Himno, Lio se mostró desconcentrado. Jugó mal, se lo vio apagado y se fue mirando el piso. Con el “10” así no hay chances.

Messi: el capitán otra vez estuvo ausente
Messi: el capitán otra vez estuvo ausente

Suena el Himno Argentino, la hinchada explota, se respira gesta en Nizhni Nóvgorod. Sin embargo, mientras los jugadores albicelestes alzan la mirada emocionados, Lionel Messi baja la cabeza, se tapa la cara, se rasca la frente.

Comienza otra noche negra en la ya turbulenta historia del astro y la Selección. Después de fallar un penal en el traumático empate 1-1 ante Islandia, Messi llegó al partido crucial con Croacia obligado a dar el golpe redentor, a tomarse la revancha, a reencontrarse con la hinchada y con la confianza.

Pero la derrota por 3-0 siguió cavando un agujero del que el “diez” tendrá problemas para salir. Una vez más, el astro argentino no apareció.

No fue líder. No transmitió ese hambre de gloria sagrado que se tiene para hacer historia. Pasó sin pena ni gloria, otros 90 minutos decisivos.

Messi vivió muchos momentos dolorosos con la Selección, incluidas tres finales perdidas en tres años consecutivos.

Pero pocas veces se había visto lo que se vio en Nizhni Nóvgorod: Argentina desmoronándose y con un pie fuera del Mundial con su máximo referente aun desaparecido.

Y parecía intuirlo el “10” al pisar el campo. Nadie está en su cabeza, pero el astro del Barcelona, un jugador cada vez más anímico, ofreció desde la previa un recital gestual que contaba una historia: la historia de una presión insostenible tras ese debut con Islandia que no parece quitarse de la cabeza.

Messi disparando fuera seis de siete tiros al arco en el calentamiento. Messi rígido, solo, separado de sus compañeros. Messi cerrando los ojos el segundo previo al pitazo inicial.

Messi tocándose la barba y mirando al suelo cuando Enzo Pérez falló ante al arco vacío o cuando Mario Mandzukic cabeceó pegado al palo.La debacle ante Croacia evidenció otro fracaso tal vez más grave que el táctico: el anímico.

La imagen fantasmal de Messi se repitió después de una semana centrada en su recuperación por todos los frentes y medios. Lo protegió la prensa, lo cuidaron sus compañeros, lo mimó su familia y lo elogió el cuerpo técnico.

Es más, Sampaoli le definió como un “prócer”. Llegó el partido y el diez pisó el campo. La hinchada hizo temblar el estadio  -albiceleste- de Nizhni Nóvgorod, y en la tribuna el propio Diego Maradona levantó la camiseta de Messi, la besó y se la apretó contra el corazón.

Pero Messi ya no estaba ahí. Y la peor noticia para Argentina es que no parece que pueda volver en Rusia.

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