Los Cuartos de Final de la Copa del Rey contaban con un cruce estelar. Por logros y rendimientos, no caben dudas que Lionel Messi y Diego Simeone son los argentinos de mejor actualidad en el mundo del fútbol
Cada cual con sus cartas, el Barcelona tocando con paciencia y el Atlético de Madrid replegado en el fondo, raspando en cada pelota dividida. Con la cancha inclinada y más de 10 jugadores merodeando siempre el área visitante.
La estrategia parece efectiva hasta que el marcador no se mueve y así se fue el primer tiempo. Con el Barcelona intentando el pase filtrado que nunca logró, con Messi moviéndose por el frente de ataque y tratando de triangular con Neymar y Suárez. La más clara la tuvo el uruguayo con un remate de sobrepique que se fue por arriba.
¿Y el equipo de Simeone? Poco y nada. Sólo se dedicó a defender y apostó a alguna contra, que estuvo a punto de aprovechar en una corrida del Niño Torres que terminó cortando Piqué con lo justo.
El segundo tiempo fue calcado pero el equipo de Luis Enrique fue perdiendo paciencia y precisión con el correr de los minutos.
Cayó en la red del Aleti, que lo controló y contó con la cuota de suerte necesaria para llevar a cabo estos planteos. Iniesta se animó con zurdazo de afuera, pero tapó el arquero. Neymar se resbaló cuando quedaba cara a cara con el gol y Messi estuvo muy rodeado. Cada vez que lograba sacarse un hombre de encima, lo frenaban con infracción.
El partido se ensució. Se jugaba como quería el Atlético hasta que, en ese escenario de confusión, Busquets capturó un rebote en el área, Juanfran se lo llevó puesto y el árbitro cobró el penal.
Messi quedó a doce pasos del triunfo: pateó suave, Oblak voló a su izquierda y tapó el remate pero el argentino llegó rápido al rebote y, por fin, logró quebrar a la defensa del equipo visitante.
se volverán a ver las caras el próximo miércoles en el Vicente Calderón. Atlético de Madrid ya no podrá salir a defenderse y el Barcelona viaja con una ventaja mínima que le costó mucho conseguir. Todo está por definirse.