Messi puede con todo. Es capaz de levantar el ánimo de su club -triste por la lesión de Dembelé- volviendo a marcar cuatro, apareciendo cuando más falta hace. Es capaz de recompensar a los hinchas con un gran espectáculo, pero también puede dejar boquiabierto a Sampaoli, presente en el palco. Porque cuando algo se tuerce en ese club de Cataluña siempre aparece él. Contra todo mal, capaz de todo.
El Barça logró, a través de su estrella, ganar para mantenerse en la punta e invicto en cinco jornadas. Pero lo que es aún más importante: empezó a sentir que tiene una plantilla amplia a partir de las rotaciones. Los teóricos suplentes funcionaron bien. Mascherano, Semedo o Paulinho estuvieron sobresalientes. La sensación es que hay fondo de armario; hay de dónde sacar para afrontar una temporada con demasiados partidos.
Llegaba desde el País Vasco, el Eibar. No sólo la totalidad de la prensa lo veía como víctima, sino que los cambios de ambos equipos hacían presagiar un encuentro sin sorpresas.
Era uno de esos juegos de crónica anunciada.
Empezar a jugar un martes a las 10 de la noche y terminar casi el miércoles, no es algo habitual para el Barça ni para la Liga. Pero este año el Mundial 2018 comprime el calendario y se adelantarán varias fechas.
A punto de entrar en otoño y con un rival asequible, es posible que la de ayer fuera la entrada más pobre: 51.000 espectadores. Así arrancó un partido atípico en los números. Eibar saltó al campo sin complejos. Con formación defensiva, pero con ánimos de no aceptar el papel de mártir. Y las primeras ocasiones fueron de los vascos, pero se encontraron ante un Ter Stegen muy seguro.
El nuevo DT del Barcelona, Ernesto Valverde, no hace más que convertir sus decisiones en declaraciones de objetivos. El partido era el primero suyo desde que se hizo cargo del banquillo culé que preveía cierta comodidad. Por eso rotó jugadores. Y Barcelona poco a poco se fue haciendo con la posesión. Un par de bailes de Iniesta, Busquets que la pisa y Messi que va apareciendo.
Un toque por ahí, un centro, la picadita entrelíneas, y es así como las predicciones empezaron a cumplirse. Fue entonces que empezaron a asomar los suplentes. Semedo estuvo acertado y entró en la disputa con Paulinho para ver quién sustituye a Dembelé, el gran fichaje. En una buena pared con Deulofeu se metió en el área y lo bajaron. Penal. Minuto veinte y agarró la pelota Messi. Le pegó despacito, casi acariciándola.
Lo estaba logrando Semedo, hasta que en el minuto 38 y a la salida de un córner llegó el segundo. Paulinho saltó más que nadie para martillar un cabezazo al fondo de la red. Dos a cero, como mandaba el guión.
La segunda parte fue igual. Eibar en algún momento se mostró agresivo pero la sensación era que tenía poco por hacer. En un gran pase de Iniesta, Paulinho la dejó pasar para dejar a Messi solo. En el rechazo marcó Denis Suárez, otro suplente, sentenciando el partido. Una muestra que ayer anoche fue un buen momento para ver a los menos habituales.
Y entre ellos, Mascherano, quien se mostró atento y activo durante todo el partido. Todas las que cayeron las resolvió con clase. Quién sabe si algo tuvo que ver la visita de Sampaoli. Desde el palco presidencial observaba atento. No era difícil saber qué había venido a ver. A Javier hay que empezar a medirlo para el mundial, y Valverde no está contando con él desde el inicio de la temporada. Sólo jugó un partido en Liga. Ésta es su octava temporada y nunca había sido suplente en cuatro partidos seguidos.
Luego, en una de ésas, al Eibar se le ocurrió acortar distancias, con un gol de Enrich. Y como si de una alarma se tratara, apareció el de siempre para solucionarlo. Porque Messi está ahí para cuando hace falta. Para abrir la lata o para tranquilizar al personal. Porque Lio es capaz de todo. Metió el cuarto y antes de que la gente dejara de corear su nombre hizo el quinto. Ésas son cosas de las que él es capaz. Pero había más. El Barça probando y probando y como se hacía tarde y al final había algún que otro bostezo, Messi se guardó el gol más bonito para el final: 6 a 1 y todos los males desaparecieron.
Inter igualó con un gol de Icardi
El delantero del seleccionado argentino, Mauro Icardi, marcó, de tiro penal, el gol que sirvió a Inter de Milán (13 puntos) para quedar momentáneamente como líder tras empatar 1-1 ante Bologna (5 unidades), de visita en el Renato Dall'Ara, en la apertura de la quinta fecha del la Liga de fútbol de Italia. De esta manera, puso cifras definitivas a los 32 minutos del período final; mientras que la apertura del marcador fue del italiano Simone Verdi (32’ Pt), tras asistencia del croata Bruno Petkovic para el conjunto donde ingresó el atacante bahiense Rodrigo Palacio.
La fecha sigue hoy, con: Benevento-Roma (Federico Fazio y Diego Perotti); Atalanta (José Palomino y Alejandro Gómez)-Crotone (Mariano Izco); Cagliari-Sassuolo; Genoa (Nicolas Spolli, Santiago Gentileti, Ricardo Centurión y Tomás Rodríguez)-Chievo (Lucas Castro).