En 3 meses murieron 35 jóvenes en casos de violencia social

En lo que va del año se duplicó la cantidad de muertes por el uso de armas de fuego, armas blancas o elementos contundentes. Las víctimas entre 15 y 30 años triplican a los adultos. El informe de una ONG advierte que son usadas como "carne de cañón".

En 3 meses murieron 35 jóvenes en casos de violencia social

La realidad es una sola: la muerte no distingue ni discrimina. No lo hace ni por género, ni por situación social, ni por lugar de nacimiento; todos vamos a parar al mismo lado.

Sin embargo, según un exhaustivo estudio realizado por la ONG mendocina Voluntarios en Red -y que forma parte del programa "Abrazame ahora"-, cuando se trata de muertes en casos de violencia social (entendiéndolas como todos aquellos hechos donde la muerte de una persona haya sido provocada por el uso de armas de fuego, armas blancas o elementos contundentes), los jóvenes de entre 15 y 30 años son la población más vulnerable, duplicando y llegando a triplicar la cantidad de fallecidos de edades mayores.

En todo el 2013 fueron 76 los jóvenes ubicados en ese rango etario que perdieron la vida por hechos de violencia social (74 varones y 2 mujeres). En tanto, en lo que va del 2014 ya son 35 los menores de 30 años fallecidos en estos episodios, mientras que los adultos son 11.

"Esta problemática arranca en la infancia, con malos tratos hogareños y una mala educación. Los jóvenes terminan siendo utilizados como carne de cañón y está muy vinculado también al consumo de drogas. El gran problema es que se los hace vivir en una fantasía en la que piensan que viven mejor", indicó Hugo Fiorens, coordinador general de Voluntarios en Red, para quien esta problemática se resuelve con mayor contención social y seguimiento en el proceso educativo por parte del Estado.

Un problema que se agrava

El informe de Voluntarios fue confeccionado a partir de los hechos difundidos por los principales diarios y medios de comunicación de la provincia.

De allí se desprende que el año pasado murieron en Mendoza 455 personas por distintas causas violentas (entre las que se cuentan asesinatos con diferentes armas). De ellos, 76 fueron jóvenes.

En tanto, en apenas tres meses de 2014 (enero a marzo), la cifra de víctimas de entre 15 y 30 años ya es casi la mitad de todo el año pasado: 35 jóvenes (34 varones y 1 mujer). Incluso, según el informe, ese número ya representa el doble de decesos de jóvenes registrados en el primer trimestre del 2013 y casi el triple de los adultos asesinados en el mismo período.

"Generalmente son chicos que no tienen asistencia regular a la escuela o que lo hacen para poder comer, pero que siempre están en situaciones vulnerables. El déficit alimenticio juega un papel muy importante en estas personas. Y los casos suelen estar vinculados a tiroteos, acribillados a balazos o -incluso- los terribles sicarios. Son chicos que le han perdido el miedo a la muerte", se explayó Fiorens en diálogo con Los Andes.

"Factores comunitarios y sociales asociados con la violencia, más pobreza, desigualdades, falta de valores y normas culturales, dan como resultado políticas inadecuadas a respuestas equivocadas. Este modelo ayuda a mirar factores que, por lo general, interactúan y no se presentan aislados".

"Por ejemplo, se cree que en las comunidades en las que existe deterioro físico y social también se concentran familias conflictivas con presencia de violencia intrafamiliar, así como hogares monoparentales con jefatura femenina y bajos ingresos, lo cual incide negativamente en el control que ejercen los padres sobre los hijos, en parte debido a que en muchos casos se trata de mujeres solas que deben salir a trabajar y dejar a sus hijos sin supervisión", se desprende del informe del programa "Abrazame ahora".

"El consumo de drogas, como ocurre con el alcohol, suele comenzar en la adolescencia. No hay duda de que las drogas ofrecen poderosos atractivos para algunos adolescentes. Por un lado, les facilitan un escape inmediato a sus problemas. Por otro, el tráfico de drogas les proporciona dinero fácil, lo que les permite materializar fantasías inalcanzables de la sociedad de consumo", se agrega.

Transformar la mentalidad

El informe coincide en que una de las formas de detener la violencia de los adolescentes es trabajar de forma anticipada, haciendo hincapié en el maltrato infantil.

El buen desempeño de la paternidad, el desarrollo de vínculos afectivos entre padres e hijos, la inclusión en la escuela de normas generales y planes de enseñanza eficaces que fomenten actitudes y comportamientos no violentos y no discriminatorios (sexismo, machismo, homofobia y clasismo) y el desarrollo de programas que permitan detectar casos de violencia para su canalización en servicios de orientación y atención rápida y gratuita, son algunas de las áreas en las que recomienda trabajar Voluntarios en Red.

"Toda sociedad, sea cual sea su trasfondo cultural, económico o social, puede y debe poner fin a la violencia contra los niños. Eso no significa que haya que limitarse a castigar a los agresores, sino que es necesario transformar la mentalidad de las sociedades y las condiciones económicas y sociales subyacentes ligadas a la violencia", reza el documento al final.

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