INGREDIENTES:
1 kg. de duraznos maduros
2 cdas de jugo de limón
1 cdita de edulcorante líquido
1 cda de gelatina en polvo sin sabor
Esencia de vainilla, unas gotas
PREPARACIÓN:
- Pelar y cortar los duraznos en trozos, ponerlos en una cacerola con el jugo de limón, el edulcorante líquido y la gelatina en polvo sin sabor diluida.
- Cocinar a fuego mínimo hasta que se evapore el líquido que sueltan los duraznos y la preparación alcance el punto mermelada. Retirar y perfumar con la esencia de vainilla.
Con la misma receta se puede preparar mermelada de manzana, melón, o damasco, en reemplazo de los duraznos.
Tips: El defecto o el exceso de cocción es un punto importante en el éxito de tus mermeladas. El momento óptimo será cuando el azúcar consigue enlazarse con la pectina y esto ocurre más o menos a una temperatura de 105 grados. Lo ideal es tener un termómetro de cocina y cuando tu mermelada alcance esa temperatura podés considerar que ya está cocida.
Si no tenés termómetro hay otros sencillos trucos que te pueden ayudar. El primero es echar una gota de mermelada en un papel de cocina y ponerlo en vertical, si la gota resbala como una lágrima aún le falta cocción a tu mermelada, tenés que seguir cocinándola un poco más.
Otro sistema sencillo será poner al principio de la cocción dos o tres platos chicos dentro del congelador. Cuando creas que se acerca el final de la cocción sacá uno y poné un poco de la mermelada en el centro del plato, colócalo de nuevo en el congelador durante dos o tres minutos. Cuando haya pasado el tiempo, sacá el plato de nuevo y empujá con la punta del dedo la gota de mermelada, el punto correcto es si se ha formado una piel superficial y la gota se arruga, si está todavía lisa y algo líquida le falta cocción.
Por último también podés comprobar su punto pasando una espátula por la mermelada, si ésta pasa por encima de la cuchara formando una capa fina y líquida, tu mermelada aún necesita más cocción. El punto será cuando de la espátula caiga una gota gruesa que se desliza pesadamente.