Es preocupante la disminución de reservas turísticas que se nota en esta edición de la Fiesta Nacional de la Vendimia. La hotelería tiene reservas pero no se igualan a las ediciones anteriores. De todos modos el gran teatro se va a llenar igual pero es preocupante porque puede significar una disminución en el interés de la gente.
Los motivos pueden ser diversos. Los hoteleros lo atribuyen a que no se les suministró la suficiente información para ofrecer los paquetes. En cambio desde el Ente Mendoza Turismo opinan que se trata de un cambio de perfil en los que se allegan al gran acontecimiento.
La Asociación Mendocina de Agentes de Viaje manifestó que la demora en las reservas se debe a que no recibieron con tiempo datos como la cantidad de entradas que disponían y los artistas que van a estar en las repeticiones. Según ellos los paquetes deben conocerse por lo menos con cinco meses de antelación y conocer el valor de los tickets en octubre, algo que no ocurrió.
Por su parte el Ente Mendoza Turismo atribuyó la disminución a un cambio en el target vendimial. Antes se vendía sobre todo en grupos de gente adulta que venían por su cuenta y riesgo y ahora se ha volcado hacia el turismo corporativo que llega por invitación, y se aloja en hoteles de alta gama.
Son muchos los millones que genera la Fiesta Nacional de la Vendimia y es mucha plata la que gasta el Estado provincial para que el espectáculo esté a la altura de sus antecedentes. La afluencia de turistas cubre, en parte, ese enorme gasto y entonces es fundamental no resentir la convocatoria.
La promoción de la Fiesta es ineludible, ya que es conocida en todo el país y sólo hay que recordar al turista provincial que ya llega. La Fiesta cuenta con el aporte de su institucionalidad. No hay Fiesta tan nombrada, tan requerida, tan deseada como la nuestra, por lo tanto no se puede descuidar la difusión del evento.
Si se ha hecho, cosa que puede ser, y así y todo se nota una disminución en la afluencia de turistas, entonces tenemos que preocuparnos más que si se vuela el cóndor de los portones del parque. Porque del éxito de una fiesta depende el éxito de la que viene. Si el que la ve se va admirado, deslumbrado, como ocurre, él mismo se va a encargar de comentar, de regreso a sus lugares, toda la maravilla del espectáculo y ésa es la primera promoción a gran escala. Debemos cuidarla.
Algunos atribuyen la merma en la expectativa en los acontecimientos "cuasi trágicos" ocurridos en la edición anterior, que nos puso en el comentario, asombrado, de todo el país. Hablo del derrumbe de la grúa y todas las implicancias que el hecho despertó.
Y aquí entra también la naturaleza de la Fiesta. Debemos superarnos en la oferta todos los años. Hacer que la Fiesta sea cada vez más espectacular y no solamente desde las gradas del Frank Romero Day sino en los desfiles que tiene como antesala. Quiero decir la Vía Blanca y el Carrusel, que deberían ser unos maravillosos desfiles de carros como ocurre en otros lugares del país: en Escobar, por ejemplo, con la Fiesta de la Flor; en Jujuy con la Fiesta de los Estudiantes y, por supuesto, el suntuoso carnaval de Gualeguaychú.
La Fiesta de la Vendimia debe contentarse por esencia propia, por el talento y la magia puesta en juego y ser difundida como corresponde a la que es la segunda fiesta de la cosecha a nivel mundial.
Tiene que ver con el orgullo de los mendocinos, pero también tiene que ver con la economía provincial. Si hay una merma en la venta de entradas a turistas debe preocuparnos, porque lo ideal, lo que uno se imagina, es que se vuelen las reservas turísticas en un santiamén o dos.
Como dijimos al comienzo, el Frank Romero Day se ha de llenar en la puesta central y en las repeticiones, pero hay señales que son un toque de atención y hay que decodificarlas. Vamos a hacerlo.
