La cuenta regresiva para las elecciones generales del 24 de setiembre en Alemania comienza hoy y todo apunta a que la canciller Angela Merkel volverá a triunfar en las urnas para encadenar un cuarto mandato al frente de la potencia europea.
A cien días de la gran cita electoral, la mandataria viajará a Roma para ser recibida en audiencia privada por el Papa Francisco. Será el cuarto encuentro entre la hija de pastor protestante y el pontífice católico. Merkel busca así despertar simpatías entre los más críticos de las filas conservadoras.
Estos sectores, ante todo la rama bávara de sus democristianos, la Unión Socialcristiana (CSU), se convirtieron en un dolor de cabeza para la líder germana con sus constantes críticas a la política de brazos abiertos que permitió la llegada de más de un millón de refugiados.
A menos de cuatro meses de la gran cita electoral, los detractores internos parecen haber enterrado el hacha de guerra y cerrado filas detrás de Merkel en su pugna con el candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz.
Además, una serie de inesperados éxitos en elecciones regionales contribuyó a aplacar las divergencias internas y afianzar a los conservadores en la intención de voto.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU) defendió con holgura la mayoría en el Sarre y defenestró a los gobernantes socialdemócratas en el norteño estado de Schleswig-Holstein y en el "Land" más populoso del país y bastión socialdemócrata, Renania del Norte-Westfalia.
Los democristianos han mejorado en las preferencias electorales, de 32 por ciento a mediados de febrero a 38 por ciento. También la popularidad de la jefa de Gobierno se ha recuperado a niveles previos a la crisis migratoria para alcanzar el 53 por ciento.
Además, la euforia desatada por la aparición del socialdemócrata Schulz se ha esfumado. Schulz, una cara nueva en la política interior alemana, fue nominado a fines de enero como nuevo presidente del SPD y candidato a la jefatura de Gobierno después de que su antecesor Sigmar Gabriel renunciase a la candidatura por los bajos niveles de aceptación en los sondeos.
La líder alemana se luce en citas internacionales y afronta desafíos externos.
El ex eurodiputado colmó de entusiasmo a las bases y deparó al partido más de 16.000 afiliados nuevos. En marzo fue elegido con 100% de los votos en un congreso del partido.
De la mano de Schulz, los socialdemócratas llegaron a superar a los conservadores en las preferencias electorales, pero a partir de marzo se fueron debilitando conforme hilvanaban las derrotas electorales en las regiones para llegar al 24 por ciento actual.
Schulz ha intentado recuperar terreno con propuestas concretas en materia de jubilaciones, política educativa y seguridad, pero su partido languidece 14 puntos por detrás de las CDU/CSU de Merkel.
El Partido Liberal, por su parte, volvería tras una Legislatura al Bundestag (Cámara Baja) para convertirse en tercera fuerza, con nueve por ciento, indica una consulta del instituto Forsa para la revista "Stern" y el canal televisivo RTL. Los Verdes y La Izquierda obtendrían un ocho por ciento.
Los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD), que llegaron hasta el 16 por ciento en la intención de voto, perdieron fuerza al remitir la ola migratoria y también por una serie de rencillas internas y están en el siete por ciento, que les permitiría desembarcar por primera vez en el Parlamento.
Coalición sin rivales
Las matemáticas electorales arrojan en la actualidad una mayoría de 47 por ciento a conservadores y liberales y una de 61 por ciento a conservadores y socialdemócratas de la actual Gran Coalición que dirige Merkel. Mientras, el SPD, Verdes y La Izquierda reunirían un 40 por ciento y no podrían formar una alianza tripartita de izquierda.
Pese a que los signos apuntan a su favor, Merkel pide cautela a los suyos y repite como un mantra la frase de que las elecciones se definen en las últimas seis semanas.
Mientras tanto, la líder alemana se luce en citas internacionales y afronta desafíos externos como el de evitar el fracaso de la próxima cumbre del Grupo de los Veinte países industrializados y emergentes el 7 y 8 de julio en Hamburgo.
Crítica a EEUU por sanciones a Rusia
El ministro de Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, criticó ayer el acuerdo alcanzado el miércoles en el Senado estadounidense para ampliar las sanciones a Rusia, al considerar que sólo favorece los intereses económicos del país norteamericano.
"¡No podemos aceptar la amenaza de sanciones contra empresas europeas que participan en la consolidación del suministro de energía en Europa!", señaló el político socialdemócrata en un comunicado conjunto con el canciller de Austria, Christian Kern, en alusión a las compañías de sus países que se verían afectadas por las nuevas medidas punitivas acordadas en Estados Unidos.
Amenazar con castigar a empresas presentes en el mercado estadounidense que han desarrollado proyectos de gas en colaboración con Rusia o que han financiado dichos proyectos afecta negativamente a las relaciones de Europa con Estados Unidos, apuntaron.
