Esta semana, los mercados mostraron la cara típica de los tiempos en los que no hay precisiones y actúan de forma espasmódica. Cualquier rumor o noticia es causa para compras o ventas especulativas o de pánico.
La semana pasada se había tranquilizado y, como habíamos advertido, difícilmente podría bajar de los $ 17 por unidad. Esta semana, el gobierno salió a difundir una gran cantidad de noticias positivas que muestran a la economía en movimiento. Pero bastaron dos hechos para que los operadores enloquecieran y los más fríos ganen mucha plata.
La primera noticia que desestabilizó el inestable humor de los operadores fue un conjunto de encuestas del Gran Buenos Aires que mostraban a Cristina Fernández como “ganadora de las próximas PASO con un caudal promedio del 32% de los votos. Ese porcentaje no tiene mucho peso a nivel nacional ni puede modificar una tendencia favorable al gobierno en el resto del país. Además, siempre esa región fue permeable a un electorado sensible a las promesas.
La segunda noticia fue la decisión de la AFIP de aplicar una resolución de varios atrás por la cual se les cobra impuesto a las ganancias de renta financiera a empresas extranjeras que hagan negocios con empresas argentinas. Esto terminó de alarmar y se generó un movimiento que hizo aumentar el dólar 25 centavos en tres días. Tampoco una corrida como algunos quisieron ver.
Si bien el ministro Dujovne suspendió la aplicación de la medida para estudiarla bien, Argentina debe cumplir con compromisos internacionales. Al gravar la renta financiera internacional, se tiene, además, un mayor control sobre los movimientos de capitales y este es parte de los compromisos asumidos por los países para luchar contra el dinero ilegal.
Lo cierto es que, tal como lo habíamos previsto, el escenario pre electoral siempre genera alta volatilidad y el escenario gráfico de un serrucho es lo que seguiremos viendo en las cotizaciones de la moneda norteamericana.
Los datos positivos
Esta semana, tanto el presidente Macri como el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, anunciaron que la economía venía creciendo a un ritmo del 4% anual. De hecho, los datos oficiales ya marcan que llevamos cuatro trimestres seguido de crecimiento, después de tres años de recesión.
Según datos oficiales, elaborados por el Monitor de la Economía Real, que elabora la Secretaría de Transformación Productiva, se registra crecimiento en casi todas las ramas industriales. Las caídas más ostensibles se verifican en la industria textil, en la producción de papel y cartón y en el sector lácteo (este último muy afectado por la crisis de producción, sumado a los problemas de la empresa Sancor)
Por lo demás, el informe da cuenta de actividad positiva en los sectores vinculados a la construcción, donde se destacan siderurgia y minerales no metálicos; la industria automotriz creció un 17,4% y la metalmecánica asociada a esta un 8,3%. En general industria muestra un comportamiento positivo en los últimos dos meses, aunque están comparando contra una base muy baja como la de 2016.
Otros datos positivos muestran el crecimiento de la inversión pública un 67% en primer semestre del año, mientras se destaca el aumento de los préstamos hipotecarios, señalando a Junio con 4.000 millones de pesos otorgados.
Más modestos son los datos del empleo. El informe del gobierno marca un crecimiento muy pobre del empleo privado, 0,4%, aunque el empleo total creció 1,4%. Los salarios privados registrados en Abril registraron un crecimiento de 1,8%.
Un dato interesante lo revela el aumento de las ventas minoristas en los negocios mayoristas, en una tendencia creciente, lo que revela que los datos de consumo no están debidamente registrados.
El camino que se viene
En plena campaña electoral, la candidata Cristina Fernández insistirá con críticas a la política económica sin hacerse cargo de lo que su gobierno dejó pendiente. Es real que el magro crecimiento no permite mejorar los niveles de empleo en general, aunque se verifiquen algunos datos positivos en algunos sectores como la construcción.
El gobierno intentará seguir mostrando datos positivos aunque difícilmente pueda convencer al núcleo duro que apoya a Cristina y extraña los regalos y los subsidios. De la misma forma hay sectores de la clase media que están sufriendo los aumentos de tarifas porque no pudieron hacer una reingeniería de sus gastos familiares, ya que son hábito culturales que llevan tiempo.
De todas maneras, ya hay sectores del gobierno que están convencidos de la necesidad de mejorar varios aspectos, lo que no será fácil. Mientras Mario Quintana fogonea una reforma laboral al mismo estilo que Brasil, María Eugenia Vidal está proponiendo bajar en forma drástica los cargos políticos y la cantidad de asesores. La gobernadora bonaerense habló de hacer un “violento ajuste de la política en cargos y asesores”. Si bien los totales de sus gastos no son tan importantes, son muestras que el gobierno debe dar para poder actuar en base al ejemplo.
El gobierno se mantendrá firme en su programa gradualista. El ministro Dujovne defendió la estrategia de tomar créditos externos para no quemar reservas ni emitir moneda. Todo el gobierno, además, sostendrán la libre flotación cambiaria, aunque la política de tasas pueda influir en algo. No obstante, hay que estar alertas, ya que en la última licitación de Lebac hubo menos ofertas y muchos operadores usaron esos recursos para tomar posiciones en dólares.
El tercer trimestre le dará al gobierno datos positivos, sobre todo en la comparación interanual, mientras se esperan números anualizados de inflación cercanos al 20%. Si bien será difícil llegar a la meta propuesta del 17%, estará bastante cerca y, sobre todo, dará una idea de una tendencia decreciente. Con respecto al dólar, hay que seguir esperando un escenario inestable, tipo serrucho, pero con grandes probabilidades que cierre el año ceca del límite de los $18 se había propuesto el gobierno.
Los mercados están inquietos, pero la incertidumbre no es por la marcha de la economía sino que viene de la mano de la política.
