Según un relevamiento realizado por la Federación Económica de Mendoza (FEM), en la provincia hay en promedio 41 saladitas, que mueven cerca de $ 80 millones al mes, lo que corresponde al 3% del total del comercio minorista. Ese porcentaje trepa al 4,5% si se tienen en cuenta los manteros.
Mendoza es una de las provincias donde mayor proliferación tuvo en el último tiempo este tipo de comercios. Encabezada por La Salada, el emprendimiento inmobiliario que abrió Jorge Castillo en el departamento de Santa Rosa y que amenaza con irse de la provincia después de las fiestas, el negocio parece crecer.
"Guaymallén, Las Heras y Capital son los departamentos que más ferias tienen", asegura Adolfo Trípodi, presidente de la FEM, quien detalló que los rubros que más se comercializan son electrónica, ropa y calzado.
El encargado de esta entidad explicó que se calcula que en promedio hay 41 saladitas, aunque explicó que para fechas especiales -como el Día del Diño o Fiestas de Fin de Año- ese número se incrementa con nuevos espacios. En este número que brinda la FEM, se encuentran incluidos los mercados persas ubicados en los diferentes departamentos de la provincia.
Desde la Administración Tributaria Mendoza (ATM), su director, Ignacio Barbeira, contó que desde enero a la fecha se han realizado más de 900 controles en este tipo de comercios.
"Hasta setiembre se realizaron 240 clausuras, principalmente por no entregar facturas o no estar inscriptos en ATM. En ese caso los cierres de los negocios van de 3 a 6 días, mientras que las multas oscilan entre los $ 2.000 y los $ 4.000", explicó el funcionario.
Igualmente, una vez corroborado el ilícito comienza un trámite administrativo y burocrático que puede hacer que la aplicación efectiva de la sanción demore en promedio un año, según contó Barbeira.
En lo que tiene que ver con puestos ilegales, en un ranking que mide la cantidad que existen por habitantes, elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), de los 110 municipios que más puestos ilegales tienen, Mendoza figura con 13 de sus 18 comunas.
En este sentido, Santa Rosa, con La Salada de Castillo a la cabeza, figura como el séptimo municipio del país que más puestos tiene, seguido por Ciudad, Tupungato, Tunuyán, Luján de Cuyo, San Rafael, Guaymallén, San Carlos, Maipú, Las Heras, Malargüe, San Martín, y lo cierra Godoy Cruz.
Ahora la preocupación de la FEM pasa por la instalación de un nuevo predio persa en el departamento de Guaymallén que está pronto a abrir sus puertas -ubicado en calle Solari al 9027 de Rodeo de la Cruz- y que cuenta con 782 locales distribuidos en 6 naves, de los cuales ya tienen 320 alquilados.
“Lo de Guaymallén es más de lo mismo. Esto está enmascarado, porque detrás de esta idea dicen que generan trabajo y que la gente puede comprar. Todo es mentira. Estas saladas destruyen empleo en blanco. Generan un espacio donde se puede vender y comprar en negro con gente en negro. Esto no es lo que yo quiero para Mendoza”, sentenció Trípodi.
En esta misma línea, Juan Retali, gerente Centro Comercial Abierto de la Ciudad de Mendoza, sostuvo que "es un perjuicio el comercio ilegal. Más allá de que los intendentes salgan a decir otra cosa, no pueden justificar de dónde es la mercadería. Tienen empleados en negro, no dan la factura, terminan desvirtuando el mercado, el negocio. Con saladitas y persas, sin pago de impuestos, la provincia no va a crecer".
Agregó: “En el momento que nosotros como comerciantes levantamos la persiana, 35% de cualquier cosa que hagamos va para el Estado en impuestos, pero a esta gente no se la controla ni tiene la presión tributaria que tenemos nosotros. Es competencia desleal”.
Retali explicó que no están en contra de que puedan vender y ejercer la profesión, pero con reglas claras e iguales para todos. “Mal que mal la Ciudad a los persas les puso un impuesto, pero lo que pasa en Guaymallén es una locura”.
Como ejemplo detalló que “30% del comercio del Día del Niño y Reyes se lo lleva la Feria del Juguete que hacen en el predio de la Virgen, y no te entregan ni un remito con tu compra. Es decir que hay 30% de las ventas que no pagan impuestos”.
Ambos representantes del comercio minorista apuntaron contra las municipalidades y aseguraron que son ellos los que brindan la habilitación necesaria para que puedan funcionar, pero aseguran que nadie los controla cuando comienzan la actividad.
“No se aplicó ninguna política para frenar esto. Es más, hay intendentes que los avalan, como la jefa comunal de Santa Rosa quien se manifestó a favor de estos emprendimientos asegurando que daba riquezas al departamento. Entonces no se puede hablar seriamente cuando se parte de este preconcepto que tienen y la realidad marca que la ilegalidad es la regla”, dijo Trípodi.
El contexto económico que vive actualmente el país es una de las causas que provocan la proliferación de este tipo de comercios: “Sin dudas son producto de la presión tributaria, la desocupación y la recesión que hay en el país”, agregó el presidente de la FEM.
Fabián Castillo, secretario de Relaciones Públicas y coordinador de la Mesa Nacional contra el Comercio Ilegal y el Fraude Marcario de CAME, detalló que la mayor proliferación de estos comercios se da sobre todo en provincias con fronteras con países de la región debido al "tráfico de mercadería desde países vecinos".
Agregó que “lo principal que hay que marcar es que la mercadería que venden es de dudosa procedencia. Lo segundo es que no se puede competir contra algo que no paga impuestos o valor agregado. Eso es competencia desleal”.
Castillo explicó que el circuito de la mercadería es la triangulación. Casi todo llega a países limítrofes como Chile y Paraguay proveniente de Asia. Por eso es que el mayor flujo de contrabando se da en los principales pasos fronterizos de Argentina. “Le pedimos a (Patricia) Bullrich, la ministra de Seguridad, que avanzara con los controles y refuerzo en las fronteras para evitar esto”.
Por último el secretario de Relaciones Públicas de CAME explicó que hay provincias como Misiones, Formosa, Chaco y Salta que están teniendo un deterioro del comercio cada vez más importante, porque “hasta el combustible compran del otro lado de las fronteras. En Mendoza con Chile está pasando algo parecido”.
La otra cara de la moneda
Del otro lado del mostrador están aquellos que llevan adelante estos emprendimientos persas. Lo primero que hay que aclarar es que en las 41 saladas que marca la FEM, están incluidos aquellos que operan en el microcentro y otros municipios y que cuentan con las habilitaciones municipales correspondientes para operar.
Gabriel Ferrari, administrador del Persa Mendoza, ubicado en calle General Paz y que este año pasó de ser manejado por la municipalidad de Capital, a manos privadas, dijo: "Nosotros alquilarmos los locales y aclaramos a los feriantes que deben tener todo en regla. Contar con monotributo y facturar lo que venden. Ya de ahí cada uno maneja sus propios papeles", sostuvo Ferrari.
Y agregó que “acá generalmente para esta época del año es cuando se intensifican los controles. Viene AFIP, ATM, todos”.
En cuanto al movimiento que registra el Persa, al igual que en el comercio minoristas, calculan que las ventas cayeron y mucho y son pocas las expectativas de que vaya a mejorar por las Fiestas de Fin de Año.
“Nosotros tenemos tres fechas que marcan el año. El Día del Niño, de la Madre y del Padre en menor medida. Todas esas fecha hubo movimiento pero muy pocas ventas, lo que nos hace prever que será un fin de año austero. En cuanto a 2017, habrá que esperar ya al inicio de clases. Si hay buen movimiento podemos llegar a tener un buen año”, remarcó el administrador del Persa Mendoza.
Ferrari contó que lo que más perjudica, en su caso, el freno de las ventas es el tema de las tarjetas. Según su visión se usa mucho el plástico en las compras y son muy pocos los negocios instalados que lo reciben.
“Nuestro público hoy es la clase media y baja que compra en efectivo. Por más que hoy la diferencia de precios con un local del centro supera los $ 200, la realidad es que la gente se vuelca a las cuotas para la compra y en eso corremos con desventaja”, explicó.
En el persa Los Históricos, compuestos en gran medida por los ex vendedores ambulantes de la zona, la situación es similar. "Nosotros tenemos todos monotributo social y como mucho cada 3 meses nos controlan los organismos. Estamos todos en regla", comentan al unísono los feriantes.
En este caso particular, contaron que la municipalidad de Capital les cobraba $ 1.500 por mes, y que en noviembre se los subieron a $ 3.500 y aseguran que la comuna busca deshacerse de ellos. Igualmente, y luego de varias reuniones con funcionarios, estos habrían dado marcha atrás con la medida.
Al igual que lo que ocurre con el Persa Mendoza, los feriantes de Los Históricos aseguran que el movimiento es casi nulo en la semana y que deben recurrir a alquileres en otras ferias los fines de semana para poder cubrir los costos. Muchos de ellos manifestaron que alquilan en La Salada de Santa Rosa los sábados para poder hacer la diferencia económica que les permita subsistir.
Ante la caída de las ventas y la presión tributaria que dicen sufrir, estos feriantes hablaron con la municipalidad y se encuentra latente la amenaza de volver a la calle a realizar su actividad, porque aseguran que hoy la rentabilidad es mínima y los servicios que tienen por estar en sus puestos son casi nulos. Incluso pidieron los materiales del persa que cerró en calle Mitre para poder mejorar las instalaciones de donde están, pero aseguran que la municipalidad se los negó.
Otra de las voces que se alzó es la de Carlos Castro, administrador del Gran Persa Mendoza que abrirá en los próximos días en Guaymallén.
“Tenemos la habilitación municipal, con los requisitos y ordenanzas cumplidas. Incluso acá los feriantes que se instalen tienen alquileres por dos años como cualquier local comercial del centro y los contratos están todos en regla y sellados por ATM”, se defendió Castro.
Agregó que “acá se van a instalar empresas reconocidas de seguros, inmobiliarias, casas de comidas, cafés con renombre del microcentro, casas de ropa, ferreterías. Incluso hay personas que tienen locales comerciales que han alquilado el espacio. Hay que darle la denominación que corresponde. Es un mercado, no una cuestión de ilegales”.
Jorge Castillo, CEO de La Salada de Lomas de Zamora en Buenos Aires y la que se encuentra en el departamento de Santa Rosa señaló que "yo no vendo nada. Lo mío es un negocio inmobiliario. No voy a defender a quien no paga impuestos. No tengo problema en que vengan y me controlen".
Y comenzó un duro contraataque: “Son 20 tipos con privilegios que no los quieren perder. ¿Por qué la gente compra en Chile? ¿Por qué vienen al MegaPolo? ¿Por qué vendemos más barato? Nosotros producimos nuestro productos, por eso tenemos jeans que van desde $ 150 o $ 200 y en el centro no bajan de $ 800. Pero ellos siempre le tiran las culpas a otros. Nunca es de ellos”.
El presidente de la FEM también fue contundente al sostener que “Castillo es un gran mentiroso. Prometió que iba a hacer un centro de perecederos, un taller para que trabajen 200 mujeres. Lo único que logramos es un polo de comercio ilegal y clandestino. Hay que comprender que detrás de un precio barato hay una red muy compleja que perjudica al país”.
Todos los persas consultados marcan que el principal potencial de negocios está en lo que es ropa, tanto para bebés, niños y adultos, lencería, zapatillas.