Durante generaciones, la menstruación ha sido un tema del que no se habla, cosas "de mujeres", algo que había que ocultar, incluso el malestar que puede producir en algunos casos. Se han utilizado eufemismos para hacer referencia a este proceso natural y biológico e incluso ha sido el argumento al que se ha apelado para tomar en tono de humor una actitud de enojo por parte de una mujer.
Sin embargo, las cosas están cambiando y ahora se busca no sólo naturalizarla sino de la mano de esto informar, generar acciones con campañas e incluso políticas públicas.
Hay quienes sostienen que la menstruación puede ser motivo de desigualdad: contar con productos de gestión menstrual no es una elección y tiene un costo que para muchas personas es difícil de afrontar.
Por eso, desde algunos sectores se plantea la necesidad de generar políticas públicas para facilitar el acceso a estos productos, tener información y romper estigmas.
Esta, entre otras cuestiones, han sido consideradas en la campaña MenstruAcción que nació en Buenos Aires y ahora llega a Mendoza. Aquí se buscará recolectar productos para ser donados a personas en situación de vulnerabilidad económica (ver aparte), pero además, desde el año pasado hay un proyecto de ley presentado en la Legislatura.
Desigualdad
La campaña nació de la mano de Economía Feminista, un espacio de discusión de temas económicos con perspectiva de género.
"Porque hay gente que falta a la escuela. Porque se desmonta selva nativa. Porque nuestros ingresos son menores y los productos para gestionar la menstruación son caros. Porque si nos manchamos no podemos estar en público. Porque en los colegios nos dan poca información. Porque quienes no pueden comprar toallitas y tampones tampoco acceden a otros métodos y son más vulnerables a infecciones e infertilidad. Porque cuando nos enojamos nos preguntan si nos vino para menospreciar nuestras razones", advierte la doctora en Economía Mercedes D'Alessandro para sustentar las propuestas, quien además es la creadora del espacio. Se hace referencia la feminización de la pobreza y destacan que 7 de cada 10 personas pobres son mujeres, además de que ellas ganan 27% menos por igual tarea y puesto que un varón. No acceder implica exclusión y riesgos para la salud.
Sin IVA y con opciones
Desde allí plantean que los elementos de gestión menstrual son productos de primera necesidad y por ello se demanda la intervención del Estado para garantizar el acceso. Buscan políticas públicas que imiten las ya instaladas en otros países a través de las cuales se entreguen de manera gratuita, con una diversidad de opciones, a quienes no tengan la posibilidad de comprarlos. Pero además, eliminar el IVA que cargan para reducir su costo.
Explican que la mayoría de las mujeres conocen las toallitas y tampones y para acceder a este implemento se necesitan entre 1.000 y 2.200 pesos al año. Quienes no tengan los recursos para acceder a esto optarán por faltar al colegio o al trabajo. Por otra parte otros medios que utilicen pueden terminar por afectar su salud al provocar por ejemplo, infecciones. Recuperar la salud puede requerir más dinero aún en el mejor de los casos y en el peor, tener consecuencias más severas sobre el cuerpo.
Pero además, advierten que es necesario salir del tabú para pasar a la información, de manera que las mujeres puedan ejercer su derecho a elegir entre otras opciones. Desde una perspectiva ecologista señalan que "para fabricar las toallitas y los tampones que necesitan estas las 10 millones de personas (que se calcula menstrúan en Argentina), se utilizarán 10.140 toneladas de pasta fluff proveniente del desmonte de selva nativa".
En este sentido se encuentra alineado un proyecto de ley presentado en la Legislatura el año pasado por la senadora Andrea Blandini.
El artículo 1 establece un régimen de provisión gratuita de productos de gestión menstrual en la Provincia de Mendoza, lo cual permitirá "equiparar la brecha de desigualdad en la capacidad adquisitiva entre varones y mujeres". Contempla que la distribución se realice en establecimientos de todos los niveles educativos, efectores de salud pública y establecimientos penitenciarios.
La autora explicó a Los Andes que no se trata de un monto elevado para el Estado, el cual el año pasado habían calculado en 2,5 millones de pesos y este año podrían ser 3.
Contó que la iniciativa surgió a partir de una experiencia personal, ya que es docente de una escuela categorizada como urbano- marginal. "Una niña de 5° grado de mi escuela menstruó por primera vez allí y por casualidad ninguna de las docentes teníamos qué darle pero además la niña estaba asustada porque no sabía qué le pasaba", recordó.
"Las niñas generalmente llevan trapos porque sobre todo estos últimos años no han podido acceder al insumo menstrual más adecuado (…) aunque a muchos les parezca increíble hay quienes ni saben lo que es un toallita, esto también tiene que ver con la dignidad", remarcó.
Consideró que si se calcula que una mujer está menstruando durante 40 años se puede tener mayor noción del impacto y en este marco subrayó: "nosotras no tenemos que pagar por ser mujeres".
El proyecto considera dentro de los productos de gestión menstrual: tampones, toallitas higiénicas (descartables o reutilizables), copas menstruales, esponjas marinas, ropa interior absorbente y todo otro accesorio para la higiene relativa al ciclo menstrual que en el futuro se desarrolle.
La legisladora espera que este año se trate en comisiones y consideró que están dadas las condiciones para su aprobación e inclusión en el próximo presupuesto.
MenstruAcción llega a Mendoza
Hasta tanto se logre, en la provincia se activó la campaña MenstruAcción para recolectar insumos y donarlos. Esta iniciativa, que cuenta con el aval de Economía Feminista, es motorizada por el programa de radio con perspectiva de género ReUnidas, que se emite por Radio Noticias. "Entendemos que el gasto para poder acceder a estos insumos todos los meses es considerablemente alto y para las mujeres que atraviesan algún tipo de situación de vulnerabilidad, lo es aún más", expresan. "Quienes no pueden comprarlos pasan por incomodidades, usando métodos alternativos; niñas y adolescentes faltan a la escuela, algunas mujeres no pueden hacer actividades laborales o de otra índole. Esto nos coloca en una condición de desigualdad y exclusión, que sólo vivenciamos las personas menstruantes".
Consideran que la falta de adecuados elementos de higiene menstrual puede provocar graves problemas de salud ginecológica, infecciones, malestares físicos, emocionales y psicológicos.
En el marco del día de la Higiene Menstrual y el día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres que será el próximo 28 de mayo iniciarán la recolección de productos que se extenderá hasta el 3 de junio de 2019. Ese día será la marcha de Ni Una Menos, donde también tendrán un punto de recepción.
"Lo que vamos a hacer acá es llevar lo que recolectemos a un refugio de mujeres víctimas de violencia de género de Capital", detalló Natalia Galán, una de las organizadoras.
Como habrá varios puntos en los diferentes departamentos sugirió comunicarse antes para coordinar la entrega. Esto puede hacerse a través de mensaje privado a las redes de @reunidasradio (twitter/facebook/instagram) o al WhatsApp 2617144644.
Impacto
Los puntos que sostiene Economía Feminista para basar sus acciones:
- Ausentismo. Se estima que se pierden entre el 10 y el 20% de los días de clase por falta de acceso a productos para la gestión menstrual e instalaciones sanitarias en las escuelas.
Cuando no hay acceso a productos para la gestión menstrual, las personas recurren a prácticas poco sanitarias que aumentan el riesgo de infecciones del cuello de útero e infertilidad.
- Poca seguridad. Sostienen que no hay suficiente investigación a nivel mundial acerca de la exposición prolongada a los químicos que contienen tampones y toallitas. "En Argentina encontraron que el 85% de las toallitas y tampones contienen glifosato, pero no se hicieron experimentos sobre personas para saber cómo podría afectarnos".
- Daño ambiental. Se estima que en un año se destinan 10.140 toneladas de pasta fluff proveniente del desmonte de selva nativa a la producción de toallitas y tampones; pero por otra parte en el país se producen 132 mil toneladas anuales de basura no reciclable ni biodegradable por el uso de estos elementos. Por eso advierten sobre la poca difusión de métodos reutilizables como la copa menstrual.
Impuesto al género: las mujeres pagan 15,56 % más que los hombres
La Defensoría del Pueblo bonaerense elaboró un informe que demostró que los productos dirigidos a la mujer cuestan en promedio un 15,56% más que los destinados a los hombres, con los artículos de perfumería e higiene personal, juguetes, de farmacia y hasta lácteos como los que registran una mayor diferencia. El relevamiento fue realizado en grandes supermecados, jugueterías, farmacias y comercios barriales de La Plata, y además se estudiaron precios en internet, donde quedó en evidencia el sobreprecio que pagan las mujeres por productos similares a los que compran los hombres, el llamado "impuesto de género/ rosa", o "pink tax". El trabajo arrojó que, sobre 45 productos, los dirigidos a la mujer son 15,56% más caros respecto a los de hombre. La diferenciase hace más notorias al analizar por rubro: en lácteos, la diferencia es del 23,03%; en los de perfumería e higiene personal es del 20,23%; en los de farmacia, de 15,74%; y los infantiles, de 14,76%.
En el rubro perfumerías e higiene personal, las máquinas de afeitar con versiones dirigidas al público femenino son 65,30% más caras que las orientadas a los hombres. Los desodorantes (14,89%) y los shampoo (12,69%).En los productos de farmacia, el ibuprofeno destinado a las mujeres es un 15,74% más caro que la versión genérica.