Todos los días, el gobernador Alfredo Cornejo reúne a su gabinete. Los temas de coyuntura, programas y la actividad diaria de cada ministerio están en la agenda. Pero hay un tema insoslayable y que no puede faltar: la evolución de las cuentas públicas.
No se puede y no se debe gastar más de lo que ingresa. Para eso, quizás por el devenir político y algunos cambios obligados que debió hacer durante su gestión, se ha rodeado, más que de políticos, de contadores y economistas.
“El político y el que habla de política es solamente el jefe”, dicen desde Casa de Gobierno medio en broma, pero también medio en serio. De los cinco ministerios que hay en el Poder Ejecutivo, cuatro son encabezados por profesionales de las cuentas.
Son contadores Martín Kerchner (Economía), Elisabeth Crescitelli (Salud) y Paula Allasino (Hacienda); y Lisandro Nieri (Gobierno) es licenciado en Economía. El coordinador de Gabinete, Andrés Lombardi (administrador de empresas), es quizás la pata más política que tiene Cornejo en su equipo. El que queda en este caso afuera es el abogado Gianni Venier (Seguridad).
Pero en todas las carteras, en las segundas líneas se encuentran quienes llevan celosamente el control de las cuentas, como es el caso de la Dirección General de Escuelas, que tiene al licenciado en Economía Gabriel Sciola como subsecretario de Administración.
Y en otros ministerios fueron recientemente nombrados a cargo de la Dirección de Transporte el contador Cristian Munuera y en la Dirección de Educación Primaria su colega Sergio Márquez.
El contraste con la gestión anterior del peronista Francisco Pérez es notable: allí hubo solo cuatro funcionarios del ámbito de la economía en los 11 ministerios: los contadores Marcelo Costa -Hacienda y luego Agroindustria-, Juan Gantus -Hacienda- y Pablo Rousseau -Transporte-; y Javier Espina, licenciado en Administración de Empresas -Turismo-.
“Alfredo es una persona muy exhaustiva con el orden fiscal y exige que tengamos en claro que la prestación de servicios y la concreción de obras vayan de la mano con la recaudación. No se puede gastar más de lo que ingresa”, explica Paula Allasino, que manejó hasta el mes pasado la dirección de Presupuesto y ahora es la ministra de Hacienda.
La contadora consideró “fundamental” que todos los ministros o primeras líneas manejen “el mismo lenguaje” en el Ejecutivo. “Para gastar hay que tener recursos, es la premisa fundamental. Con eso hemos afrontado el pago de las deudas y ordenado las cuentas”, agregó.
Por su parte, Martín Kerchner, contador que empezó como ministro de Hacienda y luego pasó a Economía, expresó que cuando se hicieron cargo del gobierno en 2015 "se incorporó, más que un equipo de políticos, un equipo de gestión política".
El funcionario, que aspira a ser el sucesor de Cornejo en 2019, no se olvidó de la gestión Pérez, al considerar que “tuvimos el mal tino de haber elegido personas que no estaban formadas en la administración y el gerenciamiento, eso nos llevó a la Mendoza que no pagaba los sueldos y la que le terminó debiendo a proveedores”.
Quien también hizo referencia a la “herencia recibida” fue el ministro Nieri, para quien “el gran desorden fiscal que tenía la Provincia necesariamente debía ser subsanado con una administración eficiente del Estado” que requería el trabajo de este tipo de profesionales. Y aseguró que tener gastos eficientes “ha permitido hacer más obras y ofrecer más y mejores servicios”.
Nieri destacó que esta inusual cantidad de contadores y economistas en puestos de poder puede deberse también “a estos tiempos en los cuales lo económico ha tenido y tiene una gran relevancia”.
Por su parte, Lombardi se puso en la piel de Cornejo y dijo que el Gobernador “cree que el gobierno trata de gestionar sistemas, y que esa gestión es muy importante para determinar objetivos, tener claros los presupuestos y tomar decisiones en conjunto”.
“Es necesario tener de todas maneras a técnicos y profesionales, para que las decisiones vayan en conjunto y bien orientadas”, especificó el coordinador de Gabinete, y puso el ejemplo de los ingenieros Emilio Guiñazú (subsecretario de Energía) o Daniel Chicahuala (subsecretario de Infraestructura).
Los cruces por la millonaria deuda que tiene Mendoza
Desde un primer momento gran parte del peronismo admitió los desmanejos financieros con los que habían entregado el poder al radicalismo a fines de 2015. Así, Alfredo Cornejo pudo conseguir el acceso a financiamiento internacional y también la declaración de la emergencia en varios ministerios, como Salud y Seguridad.
Sin embargo, en las últimas semanas tanto el PJ como Unidad Ciudadana (kirchnerismo) han hecho hincapié en la deuda pública de Mendoza, que se ha visto impactada con la brusca devaluación del peso.
De hecho, según el stock de la deuda a fines de junio, la Provincia debe 48.287 millones de pesos, que se dividen en 20.050 millones de pesos más 755 millones de dólares (que representan 28.237 millones de pesos con el dólar a 37,4 pesos del viernes).
Ante esto, el ministro Kerchner criticó al peronismo al decir que “no encuentran un centro de gravedad para ser una oposición seria” y que “están fracasando en su rol”.
“Todos saben que encontramos deuda consolidada, escrita y no escrita”, lanzó y sostuvo que los créditos que se pidieron “fueron para pagar los sueldos, hacer frente a los proveedores que no habían cobrado por varios meses, renegociar la falta de pago al Banco Nación y blanquear la deuda no registrada, que era además de 11.000 millones de pesos (a fines de 2015)”.
Además, comentó que “nunca este gobierno dijo que endeudarse estaba mal, sino que gastar mal es el problema. Con los créditos también reordenamos la deuda que se vencía y también achicamos la exposición en dólares, lo nos salvó un poco más de la devaluación”.
