Un cambio de posición arancelaria implementada por Aduanas y notificada por el INV a los despachantes promete generar una nueva controversia, toda vez que implica volver a los 90 días de plazo de ingreso de divisas para el grueso de los espumantes exportables.
De hecho, la modificación afecta a la categoría que Aduana reconoce como "espumosos", en tanto que mantiene el término habitual de 180 días para los del tipo champagne, los elaborados por el método tradicional y que representan una cuota menor.
El tema es así: hasta el momento regía una sola posición arancelaria, que no hacía distinciones de acuerdo a la forma de elaboración del producto entre Charmat (en tanques) y Champenoise (la fermentación clásica en botella).
Ahora, por la modificación del criterio de clasificación, el sistema María de Aduanas reconocerá 2 posiciones: mientras los ex-champagnes, obtenidos por el método tradicional, se mantienen en código 2204.10.10.000 ("Vino espumoso tipo champaña elaborados por método Champenoise") y por lo tanto gozan de 180 días para ingresar divisas de cada exportación, el resto de los espumosos quedan categorizados como "vinos espumosos elaborados por otros métodos" (posición 2204.10.90.900), otorgándole un término máximo de 90 días.
La decisión, vigente desde éste mes, alcanza a unas 20 bodegas en plena temporada de recepción de pedidos y preparativos de embarques. En volumen, impacta en un 95% de lo que se vende al exterior y ya obligó a desempolvar prácticas que van desde renegociar condiciones de pago hasta freno provisorio de operaciones.
"Déja vú"
"Tal vez sea sólo un efecto secundario del cambio de posición, pero lo cierto es que al margen de las gestiones que algunas firmas iniciaron ante Aduanas para flexibilizar la medida, ya están negociando nuevos plazos. Otras, con embarques previstos para principios de setiembre, decidieron suspenderlos hasta ver cómo resuelven la situación", consignó Mariano Martínez, responsable del área vitivinícola de Clément Comercio Exterior.
En realidad, se trata de gestiones que las empresas creían haber dejado atrás. Sucede que, sea o no un efecto deseado, la reducción del plazo para divisas es un "déja vú" para muchas bodegas, que durante 2012 experimentaron el recorte unilateral de los tiempos para ingresar recursos de cada transacción aplicado por el Ministerio de Economía de la Nación.
Y así como ocurrió hace un año, toda la atención está puesta en Beatriz Paglieri, la secretaria de Comercio Exterior. Ante ella debieron desfilar las bodegas para justificar con los números de las operaciones en mano porqué necesitan 180 días.
Según datos del sector, en Argentina se producen anualmente unos 50 millones de botellas de espumantes. De esa cantidad, 10% se exporta y el resto (90%) va al mercado interno. Con respecto al método de elaboración, se elaboran por el método Champenoise o tradicional, entre un 5% y 10%; el resto se obtiene del Charmat, ahora alcanzado por la medida.
En la ¿dulce? espera
Para las bodegas que cuentan con filiales en el exterior, acostumbradas a que sus clientes liquiden en menos tiempo, se trata de un mal menor. El resto, con menos espalda para resistir, esperan una respuesta al reclamo institucional que ya canalizó Bodegas de Argentina ante el INV, que se comprometió a su vez a interceder ante Paglieri.
Según Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina "así como ya hubo medidas deliberadas, hay que pensar que esto es solamente un error administrativo. Los espumantes son un capítulo muy importante en las ventas a América Latina, que se verá dañado si no se resuelve rápido".
El escepticismo de Pina tiene razón de ser si se piensa que los espumantes hechos por método Charmat, sin ser más caros en el mercado exterior, aportan el mayor volumen. Para algunos exportadores, a valor FOB la brecha es de hasta 2 veces a favor del más cotizado espumante clásico que, dicho sea de paso, también tiene un costo financiero superior.
"Si el propósito es mantener la modificación de posición arancelaria está bien, pero que se respeten los mismos plazos", resume Pina a la espera de señales de Comercio Exterior.
Mientras los más afectados eluden pronunciarse por el ya habitual temor a represalias, quienes elaboran el método Champenoise y pueden mantener las liquidaciones a 180 días observan todo con cautela.
"Puede que mañana afecte a todos los espumantes, pero no vamos a llorar por lo que aún no se derramó. Ya de por sí estamos cuidando el tema de los plazos con los importadores para no incurrir en falta", reconoció Guillermo Repenning, responsable de exportaciones de bodega Cruzat, que vende al exterior 3 de cada 10 botellas de espumante que elabora, equivalentes a unas 12 mil cajas de seis, con Estados Unidos, Chile y Hong Kong como principales destinos.
