Menos pasión y más razón - Por Maxi Salgado

Menos pasión y más razón - Por Maxi Salgado
Menos pasión y más razón - Por Maxi Salgado

El fútbol argentino tiene ese terrible karma de necesitar estar yendo de una banquina a otra sin respiro. No hay un momento en el que se transite por el medio. Acá es todo blanco o negro.

Sos ídolo hoy y delincuente que merece ser asesinado en la plaza pública mañana. Nuestra sociedad es así en realidad y de allí que vivimos en una incertidumbre permanente.

Es que cuando uno pierde el equilibrio, no hay manera de encontrar un rumbo e indefectiblemente se terminará dando un golpe.

Lo que no es malo. Porque de los golpes se aprende, sino recuerde cuando aprendió a caminar o andar en bicicleta, pero en este caso no aprendemos y repetimos la fórmula.

El River-Boca del miércoles es una prueba fiel. Cómo viene ocurriendo desde hace largo tiempo, el que gana tiene la potestad de hablar, de sentirse superior al resto de los mortales y hasta de borrar su pasado. Es el inventor del agujero del mate y los demás deben escucharlo y canonizarlo.

El otro, perdedor circunstancial de lo que se supone es un evento deportivo pierde derecho a cualquier análisis y carga por unos días con una mochila de plomo. “A llorar al campito”, le dicen para graficar el destierro, una situación que para los fanáticos futboleros es justa.

He leído en las últimas horas cosas tan llamativas sobre Marcelo Gallardo que hacen reflexionar. "Héroe que pelea contra el poder", "un sabio de los partidos finales", "Napoleón". Yo pensé que no se hablaba de la misma persona a la cual se le decía, hasta tres horas antes, “vende humo”, “se tiene que ir”, “sus equipos no juegan a nada”. Si hasta se criticó ampliamente a D’Onofrio por haberle hecho un contrato de cuatro años.

Por contrapartida en apenas 90 minutos, Guillermo Barros Schelotto pasó de ser el mago del banco de suplentes a un neófito que no tiene conocimientos para superar las adversidades.

Y hasta ya se habla de que se le busca un reemplazante y eso en fútbol siempre es señal de que el ciclo se ha terminado.

El nombre que se menciona es Gabriel Heinze, quien habría sido mencionado por Carlos Tevez, justamente los dos hombres que esta semana están siendo investigados en el marco de la ruta del Dinero K.

Razonamos con la misma lógica con la que vivimos. Todos queremos ser socialistas, pero votamos a la derecha. Y nos preguntamos cómo llegamos a la grieta de kirchneristas o anti, cuando en realidad nos criamos con ese mandato. El que no piensa (léase es hincha) cómo yo, es enemigo. Cuando en verdad es un rival. Hay un campo de diferencia entre una cosa y la otra.

Y ojo que esto no pasa solo con River y Boca, que por ser los más populares hacen que todo se magnifique. De hecho la Supercopa era para todos un título menor hasta que el de enfrente era el clásico rival y entonces pasó a tener el peso de una final del mundo. Si hasta Enzo Pérez, el mendocino que fue campeón de la Libertadores y Subcampeón Mundial, lo calificó como el logro más importante de su carrera.

Pasa también en otros clubes, otros deportes y hasta en otros ámbitos.

River no es más que Boca por el triunfo, fue solo superior en un partido y ello no hace que el Xeneize deba cortarse las venas. Más allá de que es cierto que desde la llegada del marketing, el fútbol dejó de ser un juego para convertirse en una industria y el juego pasó a ser un trabajo, la vida está hecha de éxitos y fracasos y eso nos hace humanos. Cómo River no es menos, también, por haber jugado una temporada en otra categoría como los hinchas de Boca quieren hacer ver cómo deshonra.

La historia es algo más que la foto de un momento.

Así hasta criticamos a Messi por haber perdido tres finales y le damos méritos a jugadores que están a años luz de eso.

Con la misma simpleza que entronizamos o condenamos, ahora se dice que por qué el partido en el Malvinas pudo jugarse con las dos hinchadas y sin incidentes, es hora de que vuelvan los visitantes. Cómo si el flagelo de la violencia se esfumó de la noche a la mañana.

Lo cierto es que el éxito es de la Policía de Mendoza que hizo un operativo acorde al espectáculo antes, durante y después, lo que merece aplausos, medallas y besos.

Aunque eso no significa que en todas las plazas la situación se vaya a dar igual.

Todo es un retrato de las miserias humanas que a diario lamentamos. Un retrato del estímulo a la incapacidad y fomento a la mediocridad

Es hora de darle el lugar justo a cada cosa. Que el que gane festeje y el que pierde sepa que la revancha está a la vuelta de la esquina. Dejemos de lado la pasión (sentimiento que te maneja la voluntad, según el diccionario) y demos paso a la razón.

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