El Poder Ejecutivo nacional informó que dejan de aplicarse las exenciones impositivas para las importaciones de combustibles que habilitó en 2014 y que todavía estaban vigentes.
A través de la ley de Presupuesto vigente en 2014, el Gobierno permitió la importación de combustibles sin pagar el “impuesto al combustible líquido y el gas natural”, un tributo que representa un 62% de valor adicional a lo que se compraba. De esa forma, las petroleras podían traer nafta y gasoil extranjeros ahorrándose de pagar ese impuesto.El Gobierno lo avaló para garantizar el suministro de combustibles, ya que lo producido en el país no alcanzaba.
Cuando esta exención fue aprobada, el precio internacional del barril de petróleo rondaba los U$S 100. Si las refinadoras (YPF, Shell, Axion, Oil, Petrobras, Refinor) compraban combustibles extranjeros, tenían que pagarlo en función de esos U$S 100 que costaba el barril.
En cambio, si las refinadoras compraban “crudo” local, que después transformaban en combustibles, lo hacían sobre la base de un barril a U$S 84, un precio local acordado entre el Gobierno y la industria.
Las importaciones resultaban más caras a las empresas que si usaban crudo nacional. Como no había suficiente petróleo local, el Ejecutivo ayudó a las petroleras abaratándoles el costo de importación a través de esta exención.