El domingo pasado el cuerpo de Micaela Ortega, una niña de 12 años desaparecida en Bahía Blanca desde el 23 de abril, fue hallado en un monte en las afueras de esa ciudad. Por este crimen fue detenido un joven de 26 años que la habría engañado a través de un perfil falso en Facebook.
El terrible suceso puso nuevamente en foco el uso que los niños y adolescentes hacen de las redes sociales, de aquí que nuevamente hay salido a flote el término grooming, que en inglés proviene del verbo ‘to groom’, “acercamiento o preparación para un fin determinado”, según una de sus tantas acepciones.
Es decir que el grooming y quien lo practica, un adulto, tiene como único objetivo ganar la confianza de chicos o adolescentes para poder cometer su abuso. Estos delincuentes (según los tipifica una ley nacional de 2013) tejen su red de confianza recurriendo a una identidad usurpada, logrando empatía y hasta contención emocional en sus víctimas.
“Los riesgos que presenta el mundo digital son tan peligrosos y dañinos como los que experimentamos en el mundo físico. Es por eso que se deben aplicar las mismas reglas y cuidados en ambos ámbitos”, advirtió Sebastián Bortnik, presidente de la ONG Argentina Cibersegura, que alertó sobre la vigencia del fenómeno del ciberacoso.
Delito en alza
Pese a las campañas de concientización, los chicos y adolescentes siguen en peligro cuando usan desprevenidos internet y las redes sociales.
“Es un tema bastante complicado, porque falta el compromiso político y gubernamental de luchar frontalmente contra este tipo de abusos. Todavía no hemos logrado visibilizar 100% esto como un problema de toda la sociedad”, consideró Jorge Chaves, coordinador del Programa de Violencia TIC y Delitos Informáticos del ministerio de Seguridad de la provincia.
Para Chaves, se combinan varios factores que determinan la triste realidad de muchos jóvenes expuestos al grooming. Así, dijo que por un lado influye el sentimiento de invulnerabilidad, porque socializar de esta forma, asumiendo el riesgo, está de moda y porque hay cierta fascinación a contactar on line con un desconocido.
“También influyen los problemas personales de los chicos, que buscan en la tecnología una forma de compensar lo que les falta”, agregó.
Para revertir esta situación es fundamental -según Chaves- que padres y profesores sigan capacitándose, aunque -advirtió- es difícil determinar en qué medida una charla de prevención resulta útil, al menos en el corto plazo.
Además, aclaró que si bien en Mendoza se registran casos de acoso sexual por las redes sociales o situaciones similares, aun no se han registrado víctimas mortales por estos delitos.
Qué dice la ley
Según una encuesta de Eset Latinoamérica, el 52,9% de los menores víctimas del grooming tienen entre 11 y 15 años de edad, aunque el fenómeno no se limita a esta franja etárea. El 33,7% corresponde a menores de entre 7 y 10 años, el 10,2% a quienes tienen entre 16 y 18 años y el 2,3% restante a menores de 6 años.
Teniendo en cuenta esto (y otros datos como que Argentina ocupa el cuarto lugar en el ranking mundial de uso de redes sociales (3 horas por día), en Mendoza ya hay un proyecto de ley de la senadora Ana Sevilla que pide que el Estado se involucre activamente en la lucha contra el grooming, algo que -vale aclarar- ya incumbre al programa de Violencia TIC que comanda Chaves desde el Ministerio de Seguridad.
También hay que mencionar que ya existe una ley, la 26.904, que incorpora en el Código Penal el artículo 131, que pena con prisión de 6 meses a 4 años a quien “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos” contacte a un menor de edad “con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
La clave para estar seguros
Según Argentina Cibersegura, una organización sin fines de lucro que trabaja para crear un espacio digital seguro, no es recomendable negarles a los chicos el acceso a Internet. Como aconsejan, no se los puede privar de conocer y disfrutar de un medio de comunicación porque, además, con él están adquiriendo habilidades que van a necesitar para el futuro.
"Es mejor conocer qué es lo que hacen nuestros hijos en Internet en lugar de alejarse y dejarlos solos. Hay que estar atentos a lo que hacen mientras interactúan en Internet, sin invadir su privacidad, es la mejor forma de cuidarlos”, indican.
Y recuerdan que aunque la usen fácilmente los niños, ellos no saben más que los adultos sobre los riesgos de la red y que es importante que los padres permanezcan cerca para prevenirlos.
