Mendoza y la cultura del esfuerzo

Mendoza y la cultura del esfuerzo
Mendoza y la cultura del esfuerzo

Miles de turistas nos visitan para disfrutar de la Fiesta Nacional de la Vendimia, uno de los eventos culturales más reconocidos internacionalmente.

Es una cita anual propicia para que quienes llegan desde otros puntos del país y del exterior no sólo disfruten de la tradicional hospitalidad mendocina, que se traslada a una importante hotelería y a una oferta gastronómica y comercial de envergadura. También debe servir el festejo vendimial para que comprueben los que nos visitan un modo de vida tan especial como el nuestro y alcancen a conocer básicamente la cultura del trabajo que forjó a esta provincia y la hizo grande en la Argentina en base al esfuerzo de todos.

Por ejemplo, se debe saber que el verde que viste  calles, paseos, viñedos y otras zonas sembradas es producto de la paciencia y perseverancia de hombres y mujeres que cuidaron cada plantación para que tuviese la cuota de agua necesaria que le permitiese subsistir y dar frutos.

Y así como el agua nunca sobró en esta geografía semidesértica, la templanza de nuestra gente en contacto con la tierra permitió aprovechar al máximo el producto de los deshielos de las cumbres andinas para crear los llamados oasis productivos, distribuidos a lo largo y a lo ancho de nuestra superficie provincial. Es bueno saber al respecto que la Mendoza agrícola ha sido y es próspera con sólo un mínimo porcentaje de territorio cultivado.

Por eso, esta gran fiesta anual que anoche tuvo su momento culminante en el Teatro Griego con la elección y coronación de la nueva Reina Nacional de la Vendimia, fue pensada hace muchas décadas, precisamente, para homenajear a nuestra vitivinicultura, de cuya mano creció y se hizo grande Mendoza. Una actividad que supo nuclear por igual a emprendedores y visionarios bodegueros, a productores y a trabajadores de la viña. Eso explica por qué es y será la industria pionera de esta provincia, más allá de nuevos horizontes productivos que el futuro económico seguramente exigirá implementar en su momento. El impulso vitivinícola fue determinante.

Es justo destacar que detrás de la actividad vitivinícola prosperaron con los años otras labores agrícolas que también distinguen a Mendoza en los mercados nacional e internacional.  Se desarrolla aquí una importante actividad olivícola, con productos de enorme calidad que trascienden holgadamente el consumo local, lo que llevó a que el aceite de oliva mendocino haya logrado implementar, como los mejores vinos.

Frutas en general  también tienen su cuota meritoria en el buen nombre de la provincia por su calidad, producto de la amalgama de un clima apacible y la amplitud térmica justa en los veranos de días cálidos y noches frescas. Otros frutos de la tierra completan la grilla de productos que son parte de la fortaleza económica de nuestra Mendoza, de enorme incidencia en el funcionamiento del corredor comercial internacional que une al Atlántico con el Pacífico.

Y así como pretendemos mostrar a quienes nos visitan cómo somos y de qué nos enorgullecemos los mendocinos, es de desear, también, que esta Fiesta de la Vendimia 2020 sirva para revalorarnos y permitirnos insistir con las características de nuestra identidad, que siempre nos distinguieron en el concierto de las provincias argentinas y nos hicieron sentir orgullosos de nuestras raíces: el respeto, la amabilidad, la hospitalidad, la limpieza, la búsqueda de consensos, la aceptación del disenso, en especial en política, y la virtud de no sentirnos los mejores, sino de ser felices simplemente por lo que somos.

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