Mendoza y diario Los Andes, 131 años de plena identificación

Nuestro diario celebra hoy su aniversario. Otro año en ese gran derrotero de contar día a día la historia de nuestra provincia a través del palpitar de su gente.

Mendoza y diario Los Andes, 131 años de plena identificación

La labor periodística de Los Andes a lo largo de más de un siglo y cuarto no ha sido fácil. Nuestra empresa ha sabido de adversidades de todo tipo, posiblemente a tono con los tropiezos y desafíos que el mendocino mismo está acostumbrado a sobrellevar por mandato del destino, que lo depositó en esta tierra árida, semidesértica, que sin embargo se hizo pródiga sólo a través del esfuerzo cotidiano de cada ser que la pobló.

Referirse a la historia de Los Andes también significa hacerlo sobre la historia misma de Mendoza. De la Mendoza que resurgió de la tragedia.

Este diario salía a la calle 22 años después del tremendo y trágico terremoto que dejó en el olvido a la ciudad fundacional, aquella que hoy nos traen a la memoria el museo de la plaza Pedro del Castillo (la que fuera Plaza Mayor) y a pocos metros las ruinas del templo jesuita del que luego se hicieron cargo los franciscanos. Y pocos años después de aquel sismo una epidemia de cólera y la amenaza de varias más tuvieron a mal traer a los mendocinos por largo tiempo.

En esa Mendoza en plena reconstrucción surgió Los Andes de la mano de la importante figura de Adolfo Calle, que junto a los hombres de su generación pusieron la audacia necesaria para dar vuelta la triste página que marcó la desgracia y así poner en marcha el trabajo y la imaginación que hicieron en no mucho tiempo de Mendoza la provincia pujante que aún hoy sigue distinguiéndose en el plano nacional.

Ya consolidado como medio y con una provincia pujante que supo afianzar su economía al amparo de los frutos de la tierra, a Los Andes le tocó sobrellevar con mucha dignidad y equilibrio editorial los tremendos vaivenes políticos y las crisis sociales que caracterizaron a la mayor parte del siglo XX en la Argentina.

Como bien se ha señalado más de una vez desde esta columna, Los Andes ha sido un gran testigo diario del devenir de esa nueva Mendoza que resurgió de las ruinas y se atrevió a someter -para poder desarrollarse- el inmenso desierto que encontró en este extremo del país.

En ese marco, la labor periodística de uno de los tradicionales diarios argentinos les permitió a los mendocinos expresar sus alegrías y tristezas, sus logros y preocupaciones, sus inquietudes, y sentirse siempre plenamente representados.

Nuestras páginas constantemente reflejaron, y lo seguirán haciendo, los hechos que en los distintos ámbitos de la sociedad local merezcan tener trascendencia. También alzará la voz ante la más mínima acción que afecte los intereses de una sociedad de fuerte apego a las instituciones y a la vida republicana. Los intereses de los mendocinos son la razón de ser de Los Andes desde su misma fundación.

En su avance, el siglo XXI impone a éste y a todos los medios periodísticos en general la obligación de adaptarse a adelantos tecnológicos y cambios de hábitos de consumo que ponen a los diarios en la obligación de ofrecer a sus lectores opciones de lectura tanto en papel como Internet. En esa adaptación a los tiempos se encuentra actualmente Los Andes, con el convencimiento de que su palabra, escrita en cualquiera de los mencionados soportes, siempre permanecerá como el faro encendido que guiará a los mendocinos.

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