La fecha coincide con el día en que los mendocinos vivieron el terremoto más catastrófico de su historia: el del 20 de marzo de 1861, 5 mil personas se estima murieron de una población total de 11.500 vecinos y casi todo lo que había en pie en la antigua ciudad, quedó en ruinas.
De hecho, este evento que marcó para siempre el devenir de las generaciones que habitan estas tierras, es considerado como el de mayor gravedad en la historia argentina.
Con esas premisas, el martes 6 de marzo la Legislatura provincial aprobó la Ley 9.052, por la cual se declara al 20 de marzo como el Día Provincial de la Prevención Sísmica. A diferencia de la jornada establecida a nivel nacional, mediante la Ley 19.616 -que toma en cuenta el día en que se creó el Instituto Nacional de Prevención Sísmica el 8 de mayo- la normativa provincial ha previsto que la jornada coincida con el evento "marcador" en términos de seguridad sísmica en Mendoza.
Con tan sólo dos artículos que establecen la jornada, (uno en el que se especifica el establecimiento de la fecha y uno más que determina comunicar la novedad al Ejecutivo), la norma tuvo origen en el proyecto presentado por el senador radical Gustavo Villegas.
"El objetivo es sumar un elemento más a las acciones ligadas a la concientización de la población", dijo el legislador al encuadrar la nueva norma como una oportunidad para reflexionar sobre las acciones que es necesario sumar en la provincia en materia de prevención del impacto sísmico.
Héctor Cisneros, geólogo, docente e investigador de la universidad Juan Agustín Maza, destacó la profundidad que guarda el establecimiento de esta jornada.
Explicó que el hecho de que la provincia tenga presente aquél fatídico terremoto (que fue seguido por muchos otros de magnitud a lo largo de las décadas) es una oportunidad para tener en cuenta aquellos aspectos en los que los mendocinos deben avanzar en materia de prevención de daños.
Es que si bien, a diferencia de las manifestaciones volcánicas, e inclusive los tsunami, los sismos no se pueden predecir. Sí es posible avanzar en materia de concientización y aplicación efectiva de políticas que colaboren a minimizar el impacto de un posible movimiento.
“Es una necesidad reducir la vulnerabilidad sísmica”, aseguró Cisneros y evaluó como positivos los ejercicios de evacuación y simulacros que se realizan en diferentes instituciones.
Pero adelantó que la provincia aún está lejos del objetivo deseado debido al crecimiento de la población que con el tiempo se ha asentado en la zona del Pedemonte. "Compartimos con San Juan el piedemonte cordillerano más importante del país y en el cual se produce el 80% de los sismos de mayor magnitud que afectan al país", dijo el experto a Los Andes. Y detalló que, justamente, las zonas más vulnerables de la zona cercana a la cordillera son las que incluyen a una gran cantidad de población que vive en condiciones precarias.
Tal panorama contrasta con los emprendimientos inmobiliarios que han crecido en la zona con ambiciosas construcciones, aunque pasando por alto las normas en materia de ordenamiento territorial y prevención.
“Nosotros siempre estamos atentos a que vivimos en cercanías de la zona del país más crítico del mundo como lo es Chile, no hay que olvidar que aquí hemos tenido la mayor cantidad de muertes por ésta causa”, reflexionó el especialista y apuntó a la importancia de que se impartan las medidas necesarias para preparar a la población ante un posible movimiento de gran intensidad.
Efectuar simulacros de manera correcta y más habitual, generar espacios seguros donde sea posible aguardar y promover una adecuada educación ambiental en la materia, figuran entre las prioridades a establecer de manera urgente, citó el geólogo.
"Los sismos no se pueden predecir, sólo se pueden pronosticar en base a estructuras geológicas que son susceptibles. En base a eso se puede llegar a realizar algún tipo de planes de contingencia, de mitigación, de planificación de este tipo de eventos para llegar a disminuir la vulnerabilidad", aclaró el profesional.
Una de las acciones que desde la Universidad Juan Agustín Maza ha llevado adelante Héctor Cisneros, tiene que ver con la propuesta para crear un Observatorio de Gestión de Riesgos destinado a disminuir la vulnerabilidad sísmica en la provincia.