Mendoza, siempre Mendoza. Desde hace cuatro años, el conjunto borravino viene sumando, uno tras otro, títulos que ponen a la selección en lo más alto del nivel nacional. Y anoche, en Buenos Aires, en el marco del Torneo Nacional de Selecciones de Fútbol de Salón, el conjunto cuyano consiguió su cuarto título consecutivo y gritó más fuerte que nunca: ¡Mendoza es tetracampeón!
La primera parte mostró en detalle lo que cada uno de los protagonistas esgrimía como principal virtud: mucha intensidad de parte de Comodoro Rivadavia y experiencia en Mendoza para sostener los intentos ofensivos del local. Con Mescolatti como faro y guía, el conjunto mendocino sostuvo el juego en gran parte de la etapa y de una acción del “Chelo” llegó una clara chance para Mendoza. Desde ese instante, el encuentro comenzó a ganar en decisión de ambos lados y no pasó mucho tiempo hasta que el elenco de Armando Corvalán encontró la ventaja tras una acción donde Nicolás Páez escapó sobre la derecha y tocó para la llegada de Leandro Fernández. El festejo de la Gata dejó en claro que era algo más que la apertura del marcador: ante tanta paridad, podía ser el grito definitivo.
El gol le sentó bien a los mendocinos, que supieron hacer correr el balón, aunque en las estadísticas fue el elenco sureño el que más acciones tuvo sobre la valla rival. Es que Comodoro Rivadavia lo buscó utilizando recursos varios y chocó contra la humanidad de Federico Pérez, el arquero mendocino, quien sostuvo sobre el cierre de la etapa la ventaja antes conseguida.
Y aunque los sureños tuvieron más remates directos al arco, Mendoza contó con las ocasiones más claras. La primera terminó dentro del arco y la segunda, increíblemente, encontró una mala definición de Renzo Grasso tras un pase de Mescolatti y cuando Almonacid estaba vencido.
Lo que siguió en el capítulo final fue digno de una definición entre los dos mejores equipos del torneo. Mendoza intentando sostener la ventaja conseguida y haciendo correr mucho y bien el balón, mientras que Comodoro Rivadavia fue en busca del gol que le diera la calma necesaria para el resto de la etapa. Sin embargo, esta vez aparecieron algunas imprecisiones que le hicieron cuesta arriba los ataques.
Hubo más verticalidad de parte de los sureños, mientras que Mendoza parecía haber aprendido la lección en el debut en este torneo, donde Comodoro Rivadavia lo venció 2-0. Una defensa fuerte y ordenada, incluyendo un prolijo traslado de balón, le dieron los argumentos necesarios para que la coronación se fuera en una sola dirección con el correr de los minutos.
Así, tras sufrir en algunos tramos del final, la Borravino abrochó el tetracampeonato con una cosecha que inició en 2015 en Misiones, continuó en Mendoza en 2016 y que había tenido su tercer capítulo en Ushuaia en 2017. Una a una, las coronaciones dieron paso a una certeza que a esta hora es reconocida en todo el país: ¡Mendoza es la mejor selección de todas!
