Gastón Bustelo - gbustelo@losandes.com.ar
Nos guste o no, volveremos a votar en 2017. Esperemos que no sea la locura de 2015, en el que por los desdoblamientos de los comicios nacionales, provinciales y comunales tuvimos siete elecciones en Mendoza. Comparado con los problemas de fondo que implican estas elecciones, ir a las urnas siete veces sería lo de menos. Lo grave es que Mendoza lleva muchos años sin lobby legislativo en el Congreso y, así, pocas ganas dan de ir a votar sabiendo que llegarán personas a ocupar una banca para ganar bien, repartir cargos, apuntalar contactos para ayudar a militantes con un puesto y presentar algún proyectito.
Es recurrente pero, por lo cercano, no hay que dejar de recordar cómo funcionó en el Congreso el tándem de los hermanos José Luis y César Gioja antes y durante el kirchnerismo. Recordemos que José Luis Gioja fue como una suerte de vicepresidente durante la presidencia de Eduardo Duhalde y luego su hermano César siguió operando en el Congreso cuando José Luis se fue a gobernar San Juan. Obviamente que hace ruido el parentesco pero los legisladores actuaban en bloque.
Gracias a ese lobby y a tener claro qué se tenía que pedir, qué políticas priorizar y cómo hacerlo, es que los legisladores de otras provincias le terminaban votando, seguramente sin saber, artículos del presupuesto en el que se destinaban millones para San Juan. Tarde, algunos empresarios mendocinos informaban a la prensa, pero ya el Presupuesto había sido votado.
¿Y Mendoza? ¿Alguien advierte que se esté pensando en una agenda de temas para que los legisladores mendocinos de todos los partidos lleven a la Nación y la peleen en conjunto?
Los empresarios, salvo por algún interés sectorial o por ayudar para poner un rumbo, tampoco le han prestado demasiada atención a lo que hacen los legisladores en Buenos Aires. Sí se ocupan de estar atentos al trabajo legislativo los bodegueros, pero vienen durante años reclamando sin éxito varias leyes, y en vez de avanzar retroceden. Será difícil olvidar cuando el entonces senador Adolfo Bermejo promovía un proyecto para lograr la tolerancia cero al consumo de alcohol como en Chile y el papelón que hizo el ex administrador Francisco Pérez cuando presentaron la ley de Jugos Naturales. Pero bueno, no sólo hay que echar la culpa a los dirigentes políticos.
Varios dirigentes gremiales empresarios se manejan con métodos antiguos, peligrosos y que claramente no les dan los resultados esperados.
Ahora viene el verano y comenzarán a manifestar su intención de ser candidatos a legisladores distintos políticos. Están los que tienen alguna idea de qué pueden hacer, los que se presentarán ahora para negociar algún lugar en la lista o un carguito y también los que intentarán ingresar a la Legislatura. Obviamente, no nos olvidemos de los papeloneros de siempre que buscarán retener sus bancas.
Pero nadie está definiendo una agenda clara para que avancen en conjunto, limando diferencias, discutiendo y entendiendo que deben hacer algo para mejorar la vida a los mendocinos.
Lo peligroso de que no haya una agenda definida con temas y formas de financiamiento es que terminan ocupándose de problemas sectoriales, dejando problemas de fondo provinciales en el olvido y, para peor, los proyectos se los imponen otros. Para otra vida quedará eso del gobierno del pueblo a través de sus representantes o que los senadores defienden intereses provinciales. Si le agregamos desconocimiento de temas, el combo es explosivo. En algunos ministerios esto sucede y en algunos asuntos, los interesados de siempre que quieren vivir del Estado y tener beneficios para sus firmas alegando el bien común, tratan de imponer distintas políticas y medidas a los políticos.
Estamos a tiempo de definir los proyectos a presentar en conjunto o en los que hay que seguir trabajando. Por ahora, las elecciones de octubre serán más políticas, es decir si estamos de acuerdo o no con la gestión del gobierno nacional y provincial, pero, una vez más, será difícil que se discutan los problemas y las soluciones que se podrían obtener en el Congreso.