Mendoza ¿será Petorca?

Mendoza ¿será Petorca?

Como presidente del Ente Provincial del Agua y Saneamiento de Mendoza y luego de casi 6 años de gestión, me gustaría hacer público, junto a todo mi equipo, el aporte de este organismo al Plan Provincial de Ordenamiento Territorial.

Entendemos la importancia del agua potable como bien escaso y de alto valor estratégico, valorándola además no sólo como elemento básico para el desarrollo territorial sino como un bien social cuya función es el cuidado de la salud pública, con la responsabilidad de una tarea diaria de regulación, control y policía de los servicios de agua potable y saneamiento prestados por casi 150 operadores de distinto tipo en todo el territorio, con una cobertura provincial que llega al 96,7% en agua potable y al 66,7% en cloacas.

Asimismo, como entidad autárquica estatal de plena capacidad jurídica (Ley provincial 6.044/93) actúa no sólo en los aspectos técnico-institucionales de los servicios sino también en la defensa de los derechos de más de 1.600.000 mendocinos usuarios de agua potable (Art. 42 Nuevos derechos y garantías CN).

El ejemplo de Petorca

Petorca es la comuna más grande de la V Región de Chile. Ubicada a 136 km de Santiago, por latitud y longitud es zona geográfica de características similares a Mendoza y se ubica espacialmente casi enfrentada a nuestra provincia.

En Petorca, 7 años de sequía han cambiado la vida diaria de miles de personas. El agua de consumo está racionada, la gente espera con baldes y otros recipientes la llegada del "camión aljibe". La cantidad que reciben no permite ducharse ni usar el lavarropas. De día, casi no hay hombres; los que antes eran pequeños agricultores, hoy han abandonado sus campos de cultivo secos y salen a las ciudades o a las minas por trabajo; es una de las zonas con mayor índice de desempleo de Chile.

Se afirma que es el cambio climático el responsable, mientras estudios de la Universidad de Chile indican que hacia 2050 las lluvias en ese país disminuirán hasta 180 mm y que los bordes del desierto podrían extenderse en un promedio de 50 km.

Pero no olvidemos que en Chile el manejo de los recursos hídricos está enmarcado en la consagración constitucional del carácter privado de las aguas y que la normativa específica del sector se da con la vigencia del Código de Aguas formulado durante la dictadura de Pinochet, que ha permitido la instalación de grandes emprendimientos.

Así, el desequilibrio de usos del recurso, por conjunción de legislación, accionar estatal y privado y cambio climático, en Petorca transforma ya el paisaje, la vida de la gente y pone en riesgo el futuro.

La situación de sequía se extiende desde Coquimbo hasta El Maule. En muchos pueblos el agua domiciliaria llega 2 horas por día. Para beber, hay que comprarla aparte. Incluso campos que hace algunos años estaban cubiertos de fructíferos paltos, hoy son abandonados o talados para leña, dado que ni los acuíferos han resistido la sobreexplotación y el mal manejo.

Esto sucede muy cerca de nosotros, de la Mendoza que supo construir productivos oasis para sobrevivir al desierto y hace 4 años decreta que está en Emergencia Hídrica. Aquí consideramos el agua un bien social, la acequia un patrimonio histórico y el agua de consumo humano una prioridad establecida por ley hace más de 100 años. Sin embargo, seguimos regando a manto la mayoría de las fincas y regando con agua potable los jardines urbanos de palmeras y césped, mientras se multiplican los emprendimientos inmobiliarios y se le gana al desierto con nuevos viñedos.

Nos preguntamos: ¿Qué lejos está Mendoza de convertirse en Petorca? ¿Podemos impedirlo? Desde EPAS consideramos al Plan Provincial de Ordenamiento Territorial una oportunidad histórica de llevar a cabo una nueva gesta.

Aportes del ente regulador al PPOT

La expansión del servicio de agua potable debe estar acompañada de soluciones para los efluentes cloacales. La protección del recurso hídrico debe superar la visión exclusiva del servicio de agua potable: qué hacemos con los efluentes cloacales es central para disminuir el impacto ecológico.

Toda propuesta inmobiliaria debe incluir la expansión de la red de agua potable y la solución al manejo de efluentes. En este punto, es central que el Plan de Ordenamiento controle el asentamiento de emprendimientos inmobiliarios en terrenos que no cuentan con los servicios públicos esenciales para la radicación poblacional, debiendo luego el Estado hacer frente a inversiones en obras de infraestructura, muchas veces de alto costo por las dificultades técnicas que puede entrañar la zona. Asimismo, de haber pasivos ambientales, será el Estado el que se haga cargo de mitigarlos. Ejemplos: los condominios en el Pedemonte.

Debe preverse la planificación sectorial, clave para evitar los desequilibrios territoriales; debe ser parte estructural de las iniciativas de ordenamiento. Actualmente en EPAS trabajamos articulando acciones con las áreas de Planificación, Obras y/o Servicios Públicos de los municipios, con la intención de fortalecer el desempeño de los operadores sanitarios, ya sea fusionando servicios o transfiriéndolos a otro operador con el fin de ajustar niveles de calidad y eficiencia. La planificación estratégica significa un salto cualitativo en la asignación de recursos, superando los meros planes de obras que sólo apuntan a dar soluciones a la coyuntura.

Articulación interinstitucional de organismos públicos para la Gestión Integrada del Recurso Hídrico.

Para administrar el aumento de la demanda frente a la escasez del recurso, los distintos organismos públicos con responsabilidad en la materia deben articular estrategias conjuntas sin renunciar a sus competencias. El trabajo conjunto e interdisciplinario es necesario para tomar decisiones y armonizar hábitat, economía, medio ambiente y cultura. Sin articulación interinstitucional no habrá planificación ni ordenamiento.

Puesta en valor del recurso natural (sinceramiento de tarifas)

Cuando hablamos de servicios públicos es preciso superar la valoración enunciativa de los mismos. Tan importante como hacer un uso responsable es pagar en tiempo y forma la factura. En el caso del sistema sanitario somos por ley los usuarios más importantes del recurso hídrico escaso.

Las inversiones en renovación y ampliación de infraestructura, tanto de agua potable como de cloacas, tienen como fin garantizar calidad, cantidad y continuidad de los servicios. La brecha existente entre valor y precio debe ser sincerada: no son sostenibles servicios con tarifas irrisorias que precarizan el sistema y en definitiva perjudican al usuario. Es un tema que debe concebirse no sólo para Aysam; también para las cooperativas, uniones vecinales y municipios operadores. Por ello un aspecto importante a discutir entre los actores del sector es la efectiva implementación de la tarifa social.

Finalmente, si la Ley de Aguas ha sido y es importante para Mendoza, el Plan de Ordenamiento Territorial puede ser tanto o más importante. De su inteligencia, amplitud y rigurosidad conceptual depende que se constituya en herramienta para corregir problemas actuales, impedirlos a futuro y construir hechos de relevancia comunitaria a partir de los desafíos sociales, económicos y culturales de la provincia.

Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes.

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