Miles de mendocinos y turistas palpitaron en las calles del Centro el verdadero ambiente de Vendimia en una nueva edición de una de los actos más importantes y esperados: el Carrusel de las Reinas.
Son muchos los atractivos que invitan a vivir Vendimia en la calle, pero sin lugar a dudas hay dos que sobresalen por sobre el resto. Uno tiene que ver con la ilusión de volver a casa con alguno de los cientos de obsequios que vuelan desde los carros departamentales y la segunda es, por su puesto, tener un contacto directo con las soberanas.
El desfile de carros alegóricos comienzó en los portones del Parque General San Marín desde Emilio Civit hasta calle Sarmiento, luego Chile hasta Las Heras, por avenida San Martín hasta Colón, continúa por Arístides Villanueva y finalizó en Boulogne Sur Mer.
Este recorrido fue la última oportunidad de las candidatas de conectar de manera directa con el pueblo. Luego, a la noche, vivirán el Acto Central donde se conocerá a la nueva representante Nacional.
Un poco de historia
El Carrusel se originó en la segunda edición de la Fiesta de la Vendimia, en 1937. Ese año se incorporaron los carros simbólicos, conformando el tradicional Carrusel. En sus comienzos, el desfile se realizaba dentro del Parque General San Martín y recién en 1939 gana las calles de la Ciudad.
Es el paseo de los carros alegóricos de cada departamento, en los cuales se simbolizan tradiciones y se muestra el potencial cultural y turístico. La ornamentación de los carruajes identifica la esencia de los pueblos mendocinos. Además de los carros con las reinas vendimiales, se suman centros tradicionalistas, diferentes colectividades y reyes y reinas invitados de diferentes puntos del país.
En 1938, la Virgen de la Carrodilla fue declarada patrona de los Viñedos de Mendoza. Desde entonces preside los actos de la Fiesta Nacional de la Vendimia.