El fenómeno es mundial. La agricultura, especialmente con los granos -la soja es uno de ellos- ha ido desplazando la ganadería hacia las zonas de secano. Los campos ganaderos que se multiplicaban en la pampa húmeda han ido cediendo paso a los granos y Mendoza no queda al margen del proceso en razón de que es una de las provincias que aprovechó la situación para incentivar la denominada ganadería de zonas áridas. El mejor ejemplo se da con la fiesta que anualmente se realiza en General Alvear y que ha alcanzado trascendencia nacional.
Las autoridades locales observan el nuevo fenómeno con optimismo y el propio titular de la Dirección de Ganadería destacó días pasados que la intención del Gobierno es llegar a que Mendoza produzca el 40 por ciento de la carne bovina que consume; un objetivo más que complicado si tenemos en cuenta que actualmente se llega a sólo un 8 por ciento de lo que se necesita.
El problema que presentaba la ganadería de zonas áridas en la provincia pasaba por la carencia de zonas de engorde. Es por eso que la actividad se centraba en el mantenimiento de vacas y de producción de terneros, los que eran llevados luego hacia las zonas de mayores pasturas naturales -Córdoba y San Luis- para la cría y engorde. Se daba así un doble efecto porque los frigoríficos se instalaron en otras provincias.
La actividad ha tenido un fuerte apoyo en los últimos años, a través de leyes, como es el caso del Programa Provincial de Fomento Ganadero, que contempla una línea de créditos blandos y que obliga a las diferentes gestiones gubernamentales a destinar partidas anuales del Presupuesto provincial para sostenerlo; otras que contemplan la asistencia a los ganaderos en casos de sequía; la aprobación de un fondo permanente de asistencia a los productores afectados por distintas inclemencias climáticas, no sólo la sequía; asistencia a los productores afectados por los incendios para renovar alambrados; un Plan de Mejoramiento Genético y más recientemente la sanción definitiva que ordena el funcionamiento de los feedlot, que permitirá mejorar y ampliar el engorde a corral. En este último aspecto cabe destacar lo señalado por el funcionario provincial, al indicar que durante 2011 salieron desde los feedlot de la provincia más de 32 mil animales gordos para la faena.
Otro de los aspectos en los que hizo hincapié el titular de Ganadería provincial fue en el desconocimiento que suelen tener los productores respecto del cuidado de las pasturas. Reconoció que muchas veces los ganaderos no resisten la tentación y sobrecargan los campos de animales, ubicando más vacas de las que soporta el campo.
De esa manera, los animales no alcanzan un buen estado nutricional, por lo que terminan siendo perjudicados. Precisamente y tomando en cuenta esa situación es que también se está trabajando en la siembra y resiembra de pasturas que mejor se adapten a las zonas de secano, asegurando en ese aspecto que se puede llegar a quintuplicar la producción de pasto.
La actividad ganadera en zonas áridas ha abierto una nueva e importante actividad económica en zonas que hasta no hace mucho tiempo formaban parte del desierto. También sirvió para que muchos productores hayan decidido mantener su radicación en esos lugares y paralelamente ha abierto nuevas posibilidades de trabajo para cientos de mendocinos.
Más allá de si ese porcentaje del 40 por ciento del consumo interno se puede alcanzar, como lo ha señalado el funcionario, el apoyo a la ganadería en Mendoza debe mantenerse por la importancia alcanzada hasta el presente y por las posibilidades que brinda a futuro.
