En Mendoza se practican cada vez más las artes marciales

Marketing, práctica de deportes y entrenamiento en la defensa personal para repeler la inseguridad llevan a cientos de mendocinos a la práctica de estos deportes.

En Mendoza se practican cada vez más las artes marciales

El aprendizaje de un deporte, el entrenamiento en la defensa personal frente a la inseguridad y la moda de ciertas disciplinas son algunos de los factores que empujan En a los mendocinos practicar cada vez más distintas artes marciales.

Disciplina, respeto, compromiso, seguridad, concentración y meditación son algunos de los valores que transmiten a través de las históricas disciplinas. Una excelente propuesta para desarrollar el autocontrol y el respeto por el prójimo (aunque parezca contradictorio en deportes de contacto) en los tiempos de poca tolerancia en los que vivimos.

Hacemos un recorrido por las principales artes marciales que podemos encontrar en nuestro medio con sus características principales y los recaudos necesarios.

Taekwondo: “el arte de patadas y puños”

Taekwondo es un arte marcial de origen coreano cuyo significado quiere decir "el arte de pies y manos" o "el arte de patadas y puños". En él se combinan técnicas de combate y defensa personal, además de ser un deporte que brinda ejercicio físico y meditación con una dimensión filosófica.

Goza de una creciente popularidad en nuestro país, fundamentalmente debido a la medalla de oro que consiguió Sebastián Crismanich en las olimpiadas de Londres en 2012. El “fenómeno Crismanich” también impactó en Mendoza ya que la concurrencia de alumnos a los gimnasios ha sido constante.

El instructor Antonio Gallella (45) -5ºDan de taekwondo 2ºDan hapkido- dialogó con Los Andes y destacó algunas de las virtudes de este deporte: “El taekwondo WTF es un deporte olímpico que tiene también su parte marcial. Cualquiera puede entrenarse con un chequeo médico previo, incluso personas con capacidades diferentes porque actualmente se están formando a deportistas en el Para-taekwondo”.

“En nuestra disciplina se combinan diversos trabajos físicos como son el aeróbico, anaeróbico y súper aeróbico. Se brinda una formación integral a la persona ya que además del aspecto marcial y deportivo se aprenden valores como el respeto a la patria, a la familia y a los ancianos. Esto nos enseña a que somos todos iguales, porque una vez que te ponés el dobok -traje de entrenamiento- se borran todas las diferencias”, destacó el instructor.

Consultado por los motivos del incremento de alumnos en los gimnasios, Gallella señaló algunos motivos: “En su faceta deportiva, muchas personas se han acercado a los lugares donde se practica nuestra disciplina después de la medalla olímpica que obtuvo Crismanich. Pero también buscan seguridad personal, quieren aprender defensa personal para protegerse”.

“En mi gimnasio también se entrena en el hapkido, que es un arte marcial no deportivo muy ligado al taekwondo. Acá lo practican adolescentes y adultos, mujeres y hombres. Así como crece la delincuencia también crece la práctica de las artes marciales”, concluyó.

Asímismo Alfredo Trentacoste, presidente de la Asociación Mendocina de Taekwondo, estimó que en nuestra provincia hay cerca de 2000 taekwondistas y 200 hapkidocas confirmando la tendencia creciente en la práctica de ambos.

Jiu-Jitsu: “el arte de la flexibilidad”

El jiu-jitsu es un arte marcial de origen japonés que centra sus técnicas en una amplia variedad de mecanismos de lucha basados en la defensa sin armas contra uno o varios agresores armados o no.

El significado literario del vocablo es “el arte suave” o “el arte flexible” y las modalidades básicas en esta disciplina incluyen golpes, rodillazos, defensas, empujones, proyecciones y derribos.

Gastón Bueno (30) es profesor de este deporte (1ºDan) y también de kick boxing (2ºDan) y MMA (Artes Marciales Mixtas). Recalcó en las características de las disciplinas que enseña y del crecimiento de las mismas: “La práctica del jiu-jitsu requiere de tres procedimientos durante un combate: golpes de puño y patadas, derribos y lucha en el suelo”.

“Los tres deportes que enseño sirven para formar a la persona, pero el jiu-jitsu es el más completo porque transmite compañerismo, respeto, humildad, ayuda a formarse en el autocontrol. Por ejemplo mis alumnos tienen prohibido pelearse en la calle”, aseguró el instructor.

“En principio no hay restricciones para hacer estas actividades. Además es bueno que las mujeres practiquen jiu-jitsu porque las prepara para saber cómo defenderse, cómo derribar, cómo protegerse. Lo principal es estar bien preparado en la técnica para enfrentar un combate”, concluyó.

La Asociación Argentina de Jiu-Jitsu estima que en Mendoza son cerca de 200 los practicantes, aunque es un número provisorio debido a su crecimiento y a la existencia de alumnos fuera de ella.

Karate: “la mano vacía”

El karate (o karatedo) es una disciplina proveniente de Japón. Su significado es “la mano vacía”, expresión que encierra la identidad y la historia de dicha práctica. Surgió como un modo de defensa que los habitantes de la isla Okinawa empleaban para repeler el ataque de los samuráis japoneses: frente a los guerreros nipones (quienes estaban armados) los okinawenses (que no poseían armas, mano vacía) debían aprovechar al máximo la oportunidad de defenderse, que generalmente se reducía a efectuar un solo golpe.

Pablo Bianchi (62) es profesor de esta disciplina (6º Dan) con una larga trayectoria en Mendoza. En diálogo con

Los Andes

rescató los valores y el desarrollo de esta actividad: “El karate es un arte marcial en donde se desarrollan capacidades como concentración, respeto, constancia, superación, autoestima, disciplina e inteligencia. Son valores que escasean en la sociedad”.

“Acá lo primero que hay que hacer es superarse a uno mismo. No hay edades o condiciones físicas que funcionen como impedimento ya que no es una actividad discriminatoria”, puntualizó.

Respecto a su práctica en la provincia, este instructor reconoce que en un momento se registró un boom de este deporte ligado sobre todo a la difusión que se dio a través de distintas películas: “La TV hizo bien y mal al karate. Por un lado se dio a conocer de forma masiva, lo que fue provechoso, pero también se mostró como una actividad sanguinaria, lo cual no es así porque es un deporte pacífico”.

“Luego de ese gran crecimiento de alumnos en los gimnasios, la actividad decayó por un mal manejo publicitario y porque las modas cambiaron, hoy los chicos se vuelcan más a la tecnología que al deporte. Pero aún se acercan a los gimnasios a consultar para consultar por entrenamiento en la defensa personal debido a la inseguridad, aunque en menor medida”, detalló Bianchi.

Sin embargo, en nuestra provincia hay cerca de 40 escuelas las que enseñan karate, entre las que se contabilizan en total unos 3000 alumnos, número que va en aumento desde hace tres años aproximadamente.

Kung Fu: “el arte de la guerra”

Este arte marcial milenario surgió en los templos Shaolin chinos, en donde se produjo una sistematización de las distintas técnicas de defensa que existían en la época pero que no estaban unificados. Si bien en su lugar de origen es conocido como wushu (“el arte de aprender”), al llegar a occidente se lo da a conocer como kung fu (“el arte de la guerra”), entendiéndose finalmente como un complemento entre ambas definiciones.

El practicante de esta disciplina puede desarrollar distintas capacidades personales. Algunas de ellas son la formación física, mental y espiritual, la disciplina, el esfuerzo y la buena conducta, entre otras.

José Luis Sosa (60), vicepresidente de la Federación argentina de Kung Fu, cuenta en su haber con un camino de 40 años en la práctica de este deporte (9ºDan). Su experiencia lo habilita para señalar algunas características para practicar el arte marcial: “Para entrenarse es necesario tener un estado de salud óptimo. Por eso se requiere de un seguro médico, además de ser consciente de los propios límites físicos”.

“También se requiere que el gimnasio en donde se practique sea acorde a las normas de seguridad y que exista gente especializada e idónea a cargo de la formación. Partiendo de esos recaudos, esta actividad la pueden practicar niños, jóvenes y adultos por igual”, afirmó.

Respecto a la realidad de este deporte, Sosa destacó: “En nuestro medio se nota un crecimiento del Kung Fu en particular y de todas las artes marciales en general, sobre todo por la difusión y el marketing. Pero las personas también se acercan porque buscan aprender técnicas de defensa personal, buscan seguridad. Estimamos que en la provincia son cerca de 1500 los que practican esta disciplina”, concluyó.

  Judo: “camino a la suavidad”

Es un deporte surgido en Japón y consiste en utilizar la fuerza del rival para derribarlo. Entre sus técnicas están las tomas de lances, retenciones, palancas y estrangulaciones utilizando la impronta del adversario para llevarlo al suelo.

Fabián Estebenez (41), instructor de este deporte (2º Dan), fue el encargado de contar los atributos de la disciplina: “El judo es una actividad que enseña respeto, la no violencia, ayuda a controlar la agresión y es una herramienta positiva para los niños con mala conducta además de ser un deporte olímpico”.

“Este deporte puede ser practicado por personas de cualquier edad, género y condición. Si bien no ha crecido mucho en cantidad de alumnos –por su amateurismo- las personas se acercan a los gimnasios por referencias de conocidos, los padres traen a sus hijos cuando tienen problemas de conducta y en general para aprender a defenderse”, remarcó Estebenez, quien. agregó: “En nuestro medio hay cerca de 150 practicantes”.

Si bien el abanico de disciplinas es amplio y muy variado, la formación integral de la persona no deja de ser atractiva y virtuosa por donde se la mire. Sin lugar a dudas, una excelente opción para chicos y grandes a la hora de elegir un deporte.

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