El debut con derrota, con el "ole, ole" de los ecuatorianos retumbando en Núñez y el casi nulo aliento de los 35.000 presentes, hizo recapacitar a la dirigencia argentina. Y a un mes del partido contra Brasil, que se disputará el 13 de noviembre, hay chances de que el clásico se juegue en otra plaza que no sea Buenos Aires. Y ya picaron en punta Mendoza y Córdoba, dos lugares donde la Selección ya jugó en las últimas Eliminatorias (con Sabella como DT), con estadios repletos y triunfos.
Fue el propio Luis Segura quien en la previa al 0-2 aseguró que el derby “se va a jugar en el estadio de River”. No es que la palabra del presidente no sea importante, si no que hasta él habría cambiado de opinión después de observar un Monumental a un 50% de su capacidad. Si bien por disposición de FIFA sólo se pueden vender 45.000 entradas para los encuentros de las Eliminatorias, muchos de lo que concurrieron al match con Ecuador lo hicieron con entradas de protocolo o de los marcas que auspician a la Selección. De lo contrario, el panorama hubiera sido un poco más triste.
“Fue un entrenamiento a puertas cerradas”, graficó Juan Carlos Crespi, director de Selecciones Nacionales. El dirigente de Boca no buscó atacar al estadio de su clásico rival sino que dejó en claro el malestar que también hay en el plantel por la escasa concurrencia. Es verdad que se sabía que no iba a estar Messi, el futbolista que engrosa la taquilla en cualquier estadio, pero la Selección no jugaba en el Monumental desde antes del Mundial de Brasil...
Los estadios de Mendoza y Córdoba tienen capacidad de sobra: 45.000 el Malvinas y 57.000 en el Kempes. Y, además, cuentan con lugares para la gran cantidad protocolos y sponsors. Es una idea que será analizada en el Comité Ejecutivo. ¿Qué pasará?