El balonmano de Mendoza volvió a tocar el cielo con las manos. Rompía con los pronósticos y volvía a dejar al hándbol de la Femebal, representado por River Plate, de rodillas. Mendoza gritaba campeón Argentino de Selecciones por primera vez en su historia.
Ese plantel de San Lorenzo de Russell, volvía a colgarse una medalla de oro. En esta oportunidad, vistiendo la camiseta de la Selección Mendocina. Majestuoso.
Las páginas de la biblia del balonmano argentino, el libro “De mano en mano, la historia del handbol argentino” de Juan Carlos Rennis, expresan lo siguiente: V Argentino de Mayores: como antes pero diferente
Montecarlo, Misiones, volvía a ser la sede en Abril de 1977, tal como ocurriera en los gloriosos días de 1970. Era la edición correspondiente al año anterior que había sido suspendida. River, como entonces, asumía la representación del handball metropolitano.
Los misioneros, como siempre, le dieron un marco multitudinario a todas las jornadas. Pero, ya no se jugaba en la cancha de tierra roja, sino en dos cómodos gimnasios.
A los cuatro seleccionados que siempre estaban en los Argentinos, se le sumaban Santa Fe y Jujuy. Y lo decididamente diferente fue el resultado: MENDOZA CAMPEÓN.
Por primera vez un elenco del Interior del país, se subía al escalón más alto del podio, postergando el invicto porteño.
Los autores de la hazaña fueron los jugadores del campeón cuyano: SAN LORENZO DE RUSSELL, quienes con un equipo aguerrido y ordenado, con un arquero excepcional como Edgardo Mercado y con una fe sin par, le faltaron el respeto a Capital (19-17) y a Buenos Aires (19-16) con la base de Estudiantes de La Plata, quien era el tercero en discordia.
Las posiciones finales quedaron de la siguiente manera: Mendoza, Capital, Buenos Aires, Misiones, Santa Fe y Jujuy (afiliado recientemente).
Las páginas de Los Andes
El hándbol mendocino viajó allende las fronteras. Se fue a Misiones. Se fue silenciosamente, sin alharacas, pero con unas ganas enormes de hacerse conocer para expresar cuánto se hace en Mendoza en materia deportiva.
Y el hándbol lo consiguió y, de paso, se puso los pantalones largos, porque se trajo nada menos que un cetro, el de campeón, logrado en el Torneo Argentino de esa especialidad y le dio a los mendocinos otro galardón del que estamos muy orgullosos, tanto más cuanto que proviene de un deporte relativamente nuevo en estos lares, producto de un grupo de entusiastas que un día decidieron ponerlo en acción. Ahora, están los frutos y esto es bueno.
San Lorenzo, de Russell es el flamante campeón argentino -en representación de Mendoza. La fiesta del 5° Campeonato Argentino de Hándbol se desarrolló en los estadios de Guatambú y Huracán de Montecarlo y se jugó a estadios llenos.
Esto dice a las claras la importancia del balonmano en el país. Mendoza totalizó 10 puntos, Capital 8, Buenos Aires 6, Misiones 4, Santa Fe 2 y Jujuy sin haber. Pero, no fue sólo el título lo que Mendoza trajo, además sumó el premio al jugador más correcto: Ricardo Luminari, al que el Rotary Club de Misiones premió con una medalla de oro.
Y ahora consignemos lo más valedero de la misión deportiva de estos muchachos de Russell. Viajaron a Misiones por sus propios medios, acompañados por mecenas, aunque en tono menor, al completar los asientos del ómnibus, redujeron los gastos de la delegación.
Buen gesto que se revalúa en la solidaridad. Por todo ello vale, la pena nominar al plantel que presidió el titular de la delegación, doctor José Longo: DT, Marcelo Luminari; jugadores: Edgardo Mercado, Ricardo Luminari, Néstor Manfredini, José Leiva, Daniel Bragnolo, Pedro Gallardo, Ricardo Mercado, Hugo Pereyra, Ricardo Ortiz, Armando Pereyra, Ricardo Bustos, Carlos Zonca, Dante Bustos, Aldo Clop y Nilo Bulluade.
De esta forma el balonmano colabora con el deporte mendocino, sin alardes, pero con profundidad, fe y gran practicidad. El triunfo de los jóvenes exponentes refirma su preocupación por avanzar en lo físico y simultáneamente dejar sentado el ejercicio de la menta, el intercambio cultural, el conocimiento de la geografía e historia del país y la estimulación del compañerismo y amistad, meta de todo buen deportista.
Mendoza, gritó campeón en 1993
Corría el mes de julio del año 1993. Bahía Blanca era sede de un nuevo Campeonato Argentino de Selecciones. Y el Borravino, respondió con creces. Tras superar en la gran final a Río Negro por 22-17, obtuvo por segunda vez en su historia, el título de campeón Nacional. Fue una fiesta lo que se vivió en aquella ciudad de Buenos Aires.
Según, las páginas del suplemento de Más Deportes, el triunfo mendocino fue justo, ya que Mendoza fue el mejor equipo del Torneo desde la primera fecha hasta la jornada final.
El equipo dirigido por José Flores, terminó invicto el certamen: superó 36-12 a Córdoba; 32-18 a Comodoro Rivadavia; 30-19 a Bahía Blanca y cerró su participación al derrotar a Río Negro por 22-17.
La selección mendocina estuvo presidida por el profesor Daniel Yenarópulos, dirigida técnicamente por el profesor José Flores y compuesta por los siguientes jugadores: Daniel Rabino; Eduardo Lombardi, Leonardo Lahom, Gustavo Moyano, Alejandro Matos, Adrián Rodríguez, Eduardo Nacif, Diego Cuadros, Federico De Cara, Osvaldo González y Javier Corradi. Finalizado el certamen, el arquero Javier Corradii fue convocado por la comisión de selecciones de la Confederación Argentina de Handball para integrar el combinado nacional. En Bahía Blanca, se escribió otro capítulo de oro.