Sin dudas que la de anoche era una final anticipada. Es que por la calidad de los rivales -Mendoza y Ushuaia- bien podía ser un partido definitorio por el torneo más importante del país a nivel de selecciones.
Por eso no extrañó que la primera parte terminara sin goles en los arcos. Es que mendocinos y ushuaienses se conocen casi de memoria y es por ello que el objetivo de cada quinteto es equivocarse lo menos posible, para no dejarle chances posible al rival.
Pero esos primeros 20 minutos fueron muy cerrados. Para el conjunto de Armando Corvalán, Lucas Díaz tuvo quizás la más clara, pero cuando enfrentó a Federico Romero, el arquero terminó quedándose con el duelo.
No hubo mucho más. Tanto Fede Pérez como Romero estuvieron firmes abajo de los tres palos.
No varió mucho la segunda parte, pero fueron los sureños los que se hicieron protagonistas. A tal punto que Federico Pérez se fue convirtiendo en figura a medida que pasaron los minutos. Es que el arquero de Talleres fue clave para mantener el arco mendocino sin goles, en el mejor momento de Ushuaia.
Y lo cierto es que los mendocinos aún no encuentran el juego que los llevó a ganar las tres ediciones anteriores. Pero tienen esa cuota de calidad que tienen sus individualidades, y cuando faltaban 18 segundos para el pitazo final, Nicolás Páez metió un bombazo pasando mitad de cancha y, tras el rebote que dejó Romero, lo tomó Gonzalo Pires que no dudó y definió para el delirio mendocino que hoy se medirá con Cuenca Carbonífera desde las 19.30.