Hace menos de 20 años, la ganadería en Mendoza era una producción marginal, confinada a la zona Sur de la provincia. Allí se producían terneros de 120 kilos promedio para vender para recría y engorde a la Pampa Húmeda. Pero la reconfiguración de la agricultura nacional, que tuvo sus comienzos a mediados de los 90 con el ingreso de un nuevo paquete tecnológico para la soja y terminó plasmándose a partir del 2000 con grandes cambios en la superficie cultivada del país, entre otras variables, implicó la ampliación de las fronteras productivas ganaderas y con ello Mendoza logró algo impensado: comenzar con la recría y el engorde dentro de la provincia.
En estas casi dos décadas los productores se tecnificaron: incorporaron bombas solares, mejoraron la genética de sus animales, invirtieron en tecnología para riego y perfeccionaron su ecuación en el campo. Así se logro ingresar en el negocio de la recría, aumentó la cantidad de animales que se quedan en la provincia y de allí se desarrollaron los feedlot.
En el 2000, en la provincia no existían productores registrados para hacer engorde a corral (feedlot) mientras que recién en 2005 aparecieron tímidamente sólo dos: uno en San Rafael y otro en General Alvear. Pero en la actualidad hay más de 20 productores para realizar este trabajo, que no sólo se sumaron la cadena productiva, sino que además tienen un negocio que, a la puertas de las nuevas oportunidades que tiene sector, podría convertirse en una opción mucho más rentable que los tradicionales cultivos frutihortícolas de la región cuyana.
Así pasamos de producir 5.000 gordos a los 50.000 que hay en stock en la actualidad.
Esto implica que Mendoza puede abastecer con su cadena el 10% de la demanda en góndola de carne bovina. Nada mal para una región que no es asociada con producción ganadera y que tiene un régimen de lluvias muy pobre, que sólo permite desarrollo de la actividad bajo riego.
Hay zonas, como por ejemplo San Pedro del Atuel, conocida popularmente como Carmensa en General Alvear, que tienen varias hectáreas bajo riego que antes se dedicaban a la fruticultura y horticultura que ahora están trabajando en el desarrollo de forrajeras destinadas principalmente a este sector.
Mendoza todavía no está cerca tocar el techo de desarrollo de la actividad, que corrió sus fronteras con ganado también en la zona Este -La Paz y Santa Rosa- entre las que pisan más fuerte. La ganadería se tecnificó y se desarrolla en varias regiones de la provincia, como alternativa productiva rentable.