Mendoza Fashion Week: Una pasarela diversa

La Semana de la Moda mendocina contó con una pasarela de grandes marcas y firmas, de la mano del Mendoza Plaza Shopping. Color, feminidad y aires retro colmaron el desfile con más de mil participantes.

Mendoza Fashion Week: Una pasarela diversa

La 5ta edición del Mendoza Fashion Week realizada por el Mendoza Plaza Shopping colmó todas las expectativas, y redobló su apuesta en marcas y firmas de primer nivel, como también con la presencia de importantes diseñadores de la provincia, que participaron el mes pasado del concurso “Semillero, del Mendoza Fashion Week”.

Dos días a pleno se vivieron en uno de los salones del Hotel Intercontinental, en donde cerca de 600 personas por jornada disfrutaron de las nuevas tendencias de temporada y el talento de diseñadores vernáculos.

La apuesta a una mujer moderna, pero esencialmente femenina, tuvo sus guiños en propuestas que desde los tonos, los accesorios y los detalles de cada outfit sumaron consistencia a la idea.

¿Las marcas y firmas? ¡Diversas! Mientras el primer día se pudo disfrutar de las opciones de Jazmín Chebar, O’Assian, Silenzio, Tucci, Semillero - Plataforma G, Prüne y Kosiuko, en la segunda jornada brilló Rapsodia, Ona Saez, Lee, Petite Maison, Eva Miller, Vitamina y Cher.

Entre las modelos reconocidas que participaron del acontecimiento estuvieron Pia Slapka, Cintia Garrido y la top mendocina Agustina Córdova (ver entrevista); invitada por Cher y Mendoza Plaza Shopping. Además se sumaron las blogueras Marou Rivero, Chule De Simone y Lulu Biaus.

Por su lado, la producción de moda del evento estuvo a cargo de la reconocida Matilda Blanco, que dialogó con Estilo Moda sobre su nuevo libro y su suspicaz mirada sobre el mundo de la moda.

Si querés enterarte de lo que viene en esta nueva temporada primavera-verano, ¡no dejes de leer esta nota, y empezá a probar tus outfits!

Modernismo de toques retro
Rapsodia. La bohemia exquisita del folk pudo apreciarse en conjuntos en donde los vestidos largos, túnicas cortas, vestidos y kimonos de caída más lánguida se mixturaron en tonalidades diversas: desde el blanco y negro (dos clásicos muy fuertes en esta temporada en todas las marcas) hasta los más pasteles.

También rojos, azules, fucsias o lilas; ya sea combinados en dibujos de hilados de seda (y en prendas como chalecos, camisolas o chaquetas) o con shorts, faldas cortas y pantalones estilo palazzo, amplios y de exquisita textura.

Los marfiles, blancos y tonos tierra se combinaron en contraste con esta línea bohemia, donde no faltó el color que, lejos de invadir, acompañó sutilmente la propuesta.

Lo mejor de todo es que pudieron apreciarse opciones válidas para mujeres de toda edad y de diversa fisonomía.

Ona Saez. Los aditamentos como los flecos en camperas, chaquetas, chalecos, y hasta en botas veraniegas, fueron de la partida en más de una firma, brindándole un aire desafiante y fresco al outfit.

Como no podía ser de otra manera, el jean en todas sus expresiones estuvo muy presente desde la diversidad de tonos (azules, celestes, gastados, grises y nevados) hasta la línea (achupinadas y de corte oxford). ¿El must de temporada?: la rotura completa, o rasgada en la parte frontal, algo que también pudo verse en Lee; firma que apuntó a una mujer casual y encantadora, donde el jean brilló en camisas, jardineros, pantalones y shorts.

En general los tonos blancos y negros fueron y son (más que nunca en esta temporada) muy fuertes en las más diversas prendas: monos, faldas largas, vestidos cortos, y shorts, ya sea en look total black, o combinado en telas de gabardinas livianas, pailletes y cuero.

Por su lado los maxi bolsos, en tonalidades metalizadas, y también en colores tierras, azules y verdes, (ya sean monocromáticos o combinados) se lucieron en las pasadas de Petite Maison, así como también las plataformas en las sandalias y zapatos más casuales que se vienen.

Los blusones, camisas, y camisolas asimétricas, con toques de pedrería, más o menos lánguidos con telas de impecable caída fueron también muy vistas en marcas como Vitamina; combinadas con leggins, pantalones de línea más despojada y amplia, en los que el toque de transparencias, y bordados en canutillos o hilados, ofreció alternativas de gran prestancia.

Los monos, los dos piezas desestructurados y sumamente amplios en texturas de seda, y las túnicas y vestidos amplios con telas de gran caída, fueron de alto impacto en la pasarela de Cher. Una mirada retro que retomó la línea de los '70, con el folk y también la fuerza del rock, traídos con mirada para la mujer moderna.

Los tonos fueron de los marfiles, negros y blancos, hasta la diversidad de colores vibrantes plasmados en telas de carácter.

La mujer urbana, con la presencia del denim y lo casual pergeñado en vestidos cortos (de corte evasé, o más al cuerpo), shorts y jeans de la mano de Eva Miller sumaron propuestas de mirada joven. También pudieron verse vestidos de noche cortos, o de cóctel más lánguidos, con amplitud de movimiento en tonos vibrantes.

Sin dudas el Mendoza Fashion Week dejó una pasarela poblada de alternativas femeninas, cómodas, totalmente distinguidas (cada una con su impronta) y sobre todo, con un abanico amplio para todo tipo de mujer. Un universo que en su quinta edición contó con lo mejor de la tendencia.

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