En la nota anterior nos referimos a temas para una agenda que permite a Mendoza, en este siglo, adaptarse a las enormes transformaciones que están teniendo lugar en el mundo como resultado de la revolución científica y tecnológica, que explota en los países más avanzados.
Infraestructura, educación, reformas institucionales forman parte de las acciones a tomar y que Mendoza debe lograr exportar al mundo. Hoy en el total del comercio exterior argentino la participación de la provincia es baja. En esa línea hay que reflotar el proyecto Vale, para el que es indispensable la extensión de las vías férreas desde Malargüe hasta los yacimientos. En su momento fracasó por los disparates de la política cambiaria del gobierno anterior y por ignorar las necesidades logísticas.
El mercado del hemisferio norte y en especial el europeo demanda frutas y hortalizas frescas. Es necesario, ahora que se está reconstruyendo la pista del aeropuerto El Plumerillo, plantear que la misma esté preparada para su utilización por aviones cargueros, como lo ha conseguido Tucumán para sus exportaciones de limones, a lo que debe agregarse las instalaciones para el almacenamiento y empaque.
En una nota reciente de Pablo Lacoste en este diario, se refería a la necesidad de construir el paso de las Leñas; éste o el Pehuenche deben aprovecharse también para la conexión ferroviaria con Chile.
El gobierno nacional ha reflotado la posibilidad de construir un puente a Colonia con una solución más económica: la prolongación del Complejo Zárate Brazo Largo. Esto facilita la conectividad del Atlántico con el Pacífico que puede realizarse por nuestro territorio con un ferrocarril bioceánico.
Mendoza tiene una tradición metalmecánica importante y produce equipos para la energía eólica, sin olvidar la solar. Hay que preparar un programa energético que aproveche la capacidad tecnológica de la provincia y que sea la base diversificadora de sus exportaciones.
Es imprescindible estimular con becas, préstamos de honor, capacitación especial en las escuelas primarias, carreras vinculadas a las ciencias y las tecnologías.
Ya a principios del siglo pasado el presidente Julio A. Roca, quien en su primera presidencia hizo aprobar la ley 1420 de enseñanza primaria obligatoria, gratuita y laica, planteaba en su segundo gobierno la necesidad de transformar la educación secundaria para que hubiera más escuelas industriales, agrícolas y comerciales y advertía sobre el exceso de abogados.
Necesitamos ingenieros, físicos, matemáticos.
Es necesario estudiar las reformas institucionales para administrar mejor el Área Metropolitana; los problemas urbanos son comunes y exceden a los departamentos que la integran.
La modernización del transporte es esencial para fomentar el uso del transporte público. Para eso se debe seguir avanzando con el metrotranvía, se deberá eliminar pasos a nivel para incrementar las frecuencias y prolongarlo hacia el Aeropuerto, Luján y Rodeo del Medio. Habrá que remplazar la motorización de los ómnibus urbanos para disminuir la contaminación.
En este mundo que se nos viene encima el mayor capital es el humano. No podemos permitirnos, además de una cuestión moral y de búsqueda de la igualdad, el lujo de desperdiciar potenciales talentos, hoy desaprovechados ante la pérdida de la cultura del trabajo y del esfuerzo, que se manifiesta en una creciente marginalidad que fue subsidiada por los gobiernos de la década corrupta.
Hay que hacer un esfuerzo vinculado a la nutrición, el agua potable, la escolarización y la implantación de la doble escolaridad y programas recreativos que estimulen el deseo de mejorar y de inclusión. Es decir un Estado presente para promover el desarrollo humano.
Se trata de terminar con el subsidio, los planes, la empleomanía estatal para que se genere trabajo productivo, única manera de mejorar ingresos, lograr la dignidad de las personas y la reconstrucción del tejido social.
