Mendoza tiene cada vez menos peso sobre la economía nacional. De acuerdo a las estadísticas publicadas por los organismos oficiales, entre el 2004 y el 2017 se redujo considerablemente la participación de la provincia sobre lo que produce todo el país en su conjunto. Para los especialistas, esto confirma la necesidad de un cambio profundo en la matriz productiva local.
La importancia de Mendoza en la economía Argentina se comprueba al comparar el Producto Bruto Geográfico (PBG) -estudio que mide el valor de todo lo que produce la provincia- con el Producto Interno Bruto (PBI) -informe que mide la producción total de Argentina-. La relación entre un estudio y otro indica que en 2004 la provincia era responsable del 3,86% de lo que producía la nación. A partir de entonces la importancia de Mendoza en PBI comenzó a bajar hasta alcanzar su punto más bajo en 2017 (2,63%).
Teniendo en cuenta el escenario actual, es posible que 2018 de resultado aún más bajos, pero debido a que la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE) aun no da a conocer PBG del 2018 para la provincia (el Indec ya publicó el PBI del año pasado), todavía no hay datos certeros al respecto.
Dónde estuvo la caída
Hay varios datos que permiten entender por qué la economía de Mendoza ha perdido importancia para la nación. En primer lugar, hay que considerar que en el período analizado (2004 a 2017), Argentina logró un crecimiento promedio anual de 3,56%, mientras que Mendoza creció a un ritmo de 1,94% por año.
Si se analizan los resultados por sector, se observa que todas las actividades económicas de la provincia perdieron participación en el total país. La única excepción fue la del rubro de "electricidad, gas y agua", en el que Mendoza logró un aumento de su participación del 3,32% al 3,42%. El resto fue perdiendo importancia a lo largo de los años y en algunos casos de manera alarmante.
Una de las actividades de Mendoza que más peso perdió a nivel nacional en los últimos años es la de "explotación de minas y canteras". La provincia representaba en 2004 el 10,16% de lo que producía ese sector a nivel país, pero en 2017 había bajado al 6,72%. Dentro de ese rubro están las empresas petroleras, que durante varios años sufrieron una crisis de producción y toda la actividad minera frenada por los conflictos ambientalistas.
No es menos preocupante lo ocurrido en el sector agropecuario mendocino, que pasó de representar el 4,15% de la agroindustria argentina en 2004 a 2,32% en el año 2017. Este resultado coincide con lo que mostró el Censo Nacional Agropecuario del Indec, que relevó que entre 2002 y 2018 Mendoza perdió 7.000 parcelas destinadas a uso agrícola.
Similar es el resultado que se observa en la industria manufacturera local, cuyo peso en la economía nacional se redujo de 4,5% a 3,37% en el período analizado. En ese caso se destacó la caída de la "elaboración de bebidas", que sufrió una retracción del 28% entre 2004 y 2017.
Los tres últimos sectores mencionados (minería, agroindustria e industria manufactuera) comparten una particularidad negativa. Es que todos se achicaron entre 2004 y 2017, mostrando no solo una disminución de su participación en la economía nacional, sino también una reducción de su peso relativo sobre el Producto Bruto Geográfico provincial.
Es diferente el caso de las demás actividades económicas relevadas por la DEIE, que redujeron su participación en el total país, pero al menos lograron crecer, aunque lo hicieron a menor ritmo que la nación. Un claro ejemplo de esto último es el del rubro de "comercio, restaurantes y hoteles" de Mendoza, que pese a que creció 33% en el transcurso de los 13 años analizados, redujo su participación a nivel nacional del 6,39% al 3,73%. En el total de Argentina, esa actividad económica logró un crecimiento del 57% entre 2004 y 2017.
El agro, sector clave
Como lo demuestran las estadísticas, la caída de participación de Mendoza en la economía del país es irrefutable. Tomando ese dato como punto de partida, economistas y representantes del gobierno coinciden en que es necesario reconocer por qué se dio esta situación y buscar la forma de revertirlo.
Uno de los sectores apuntados a la hora de explicar la situación de la provincia es el agroindustrial. Para el economista Carlos Rodríguez, "es importante recordar que los commodities producidos en La Pampa húmeda tuvieron un período de precios muy elevados, lo que resultó en una mayor expansión relativa de ese sector". Asimismo, señaló que "la mayor afluencia de dólares contribuyó en parte a generar un atraso del tipo de cambio, que resultó perjudicial para los productos exportables de Mendoza", comentó.
Coincidió con esa lectura Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza. "La provincia se ha visto afectada por muchas variables, pero una de las que más condicionó su importancia sobre la economía nacional fue el crecimiento de La Pampa húmeda entre el 2007 y el 2012, en un escenario inusual de commodities con precios muy elevados. El crecimiento de la agroindustria nacional fue tan importante en ese período, que tuvo un gran impacto en el PBI y marcó una gran diferencia con el PBG de Mendoza", indicó.
"Eso coincidió con una etapa en la que el tipo de cambio real se fue deteriorando. Como Mendoza es una provincia transable, se vio particularmente perjudicada por esa situación. La vitivinicultura fue una de las más afectadas en términos de competitividad, lo que le impidió seguir incrementando sus exportaciones en un escenario de caída del consumo interno", agregó Laza.
Problemas estructurales
Más allá de la situación particular de la agroindustria, el economista Carlos Rodríguez consideró que existen diferentes órdenes de razones para explicar la menor expansión relativa; algunas responden a la macro y otras a la microeconomía.
"Algo que ha afectado a todos los sectores económicos de Mendoza por igual, es la logística e infraestructura ineficiente, que implicaron mayores costos en insumos y productos hacia y desde los centros de producción y consumo", advirtió. "De todas formas, todo puede resumirse en la inexistencia de un proyecto o modelo estratégico de desarrollo provincial", agregó.
También dejó su opinión el economista Pablo Salvador, quien aseguró que la poca participación de Mendoza en la economía de Argentina se explica en parte por la poca diversificación de su matriz productiva. "Mendoza se ha ido adaptando a sus características, pero no hubo una planificación de largo plazo para la industria o el agro", observó.
"La coyuntura económica, con la suba del tipo de cambio, ha conducido a un crecimiento del turismo, pero no ha existido una política de planificación que se concentre en sectores económicos que aportan valor agregado. Eso por eso que el Producto Bruto Geográfico de Mendoza ha ido perdiendo. Básicamente es una una estructura productiva sin horizonte", apuntó.
Economía lenta
Los economistas consultados mostraron preocupación por el bajo ritmo de crecimiento de la economía provincial (1,94% anual). Pablo Salvador, explicó que se trata una tasa muy baja, que apenas acompaña el crecimiento vegetativo de la población. "La economía debe crecer al menos un 3% para generar empleo para los nuevos trabajadores que ingresan al mercado laboral. Si lo hace por debajo de ese porcentaje, está fomentando la generación de desempleo, lo impacta directamente en el consumo y provoca menor nivel de actividad", indicó.
Carlos Rodríguez, también hizo referencia a este punto. "La expansión debiera promediar o superar el 2.5 % para contrarrestar los efectos de ciclos recesivos. Lo que Mendoza necesita es una tasa de inversión sostenida, para asegurar la continuidad del desarrollo", comentó.
La matriz productiva
La discusión por la composición de la matriz productiva de Mendoza lleva muchos años sobre la mesa. Rodríguez, consideró que resulta impostergable definir un proyecto estratégico de desarrollo, con centralidad en la vitivinicultura y servicios conexos, como turismo y hotelería. "Habría que sumar proyectos de innovación tecnológica y otros relacionados a la exportación. Esto debería considerarse en el marco de un contexto regional", señaló.
Pablo Salvador, por su parte, reconoció un buen trabajo de la gestión actual del Gobierno de Mendoza en el fomento de la industria del conocimiento, con desarrollo de videos juegos y apps "Es un sector muy pequeño todavía, pero genera mucho empleo", apuntó.
"También se está trabajando en el fomento del desarrollo de energías renovables. Con el bono fiscal, el Gobierno trata de direccionar sectores incipientes, pero esto debe tener continuidad de futuras gestiones. Además, debe existir coordinación con el sector de la educación, para que se encuentren la oferta con la demanda laboral", concluyó el economista.