Además de formar parte del Mercosur, los graves problemas que afectan a la economía de Brasil tienen gran influencia en nuestro país. Porque el gigante sudamericano mantiene un intercambio comercial importante con la Argentina, mientras en el caso de Mendoza resulta fundamental, en razón de que se trata del principal mercado hacia el cual van dirigidos productos mendocinos, como hortalizas, frutas y también vino.
Durante casi una década, con una economía en permanente crecimiento, Brasil se convirtió en el mercado a ganar por gran parte de los países del mundo. Sucede que se trata de un país con 200 millones de habitantes, y si bien las diferencias sociales son importantes, en la última década se había producido una sustancial incorporación de habitantes a la clase media, especialmente en el área de servicios, con lo que el consumo se amplió superlativamente.
En ese esquema, por el simple hecho de formar parte de un mercado común, sin la aplicación de aranceles internos, la Argentina y Mendoza resultaron beneficiadas. En el caso de nuestra provincia, Brasil constituyó el principal mercado para el ajo -lo que lo llevó a ubicar a Mendoza como el mayor exportador del mundo, hasta que se produjo el ingreso del ajo chino-; las aceitunas y el aceite de oliva; las peras y las manzanas, las hortalizas y, en el caso del vino, se convirtió en el tercer mercado de exportaciones, detrás de Estados Unidos y Canadá.
En algunos casos, problemas generados por errores en la política exterior nacional terminaron afectando a la economía provincial, como consecuencia de algunas trabas para-arancelarias que aplicó Brasil a productos locales.
Sin embargo, en el último año se han encendido señales de alarma, como consecuencia de la crisis económica que afecta al gigante sudamericano. Hubo una caída interanual de 4,5 por ciento del Producto Bruto Interno; la inflación superó el 10 por ciento por primera vez en 12 años y la economía ingresó en recesión, lo que motivó que las calificadoras de riesgo pusieran en observación negativa al grado de inversión. Ante ese panorama, la gente retrajo sus compras y el consumo de muchos de los productos que tenían procedencia de la Argentina sufrieron las consecuencias.
De acuerdo con los profesionales de la materia, las exportaciones argentinas a Brasil cayeron 35 por ciento en el último año, mientras las expectativas para 2016 determinan un panorama aún más sombrío. En el caso específico de Mendoza, se estima una caída de entre 20 y 25 por ciento, y si bien es cierto que en parte se debió a la pérdida de competitividad de los productos argentinos, como consecuencia de una inflación interna creciente y un dólar desfasado, se considera que las nuevas medidas económicas implementadas por el nuevo gobierno no alcanzarán para modificar la situación.
La actividad agrícola mendocina es brasildependiente en lo que a exportaciones se refiere. Por ese motivo también es que necesita que las relaciones bilaterales con la Argentina sean lo suficientemente aceitadas como para no generar inconvenientes, como sucedió en gran parte del ciclo final de la gestión del gobierno anterior, cuando Cristina Fernández intentó alcanzar el liderazgo político de la región. Si esas relaciones llegan a buen puerto, Mendoza se verá beneficiada con cualquier cambio -en el plano positivo- que se produzca en la economía brasileña.
Si nos atenemos a las declaraciones de funcionarios de uno y otro país, las buenas relaciones pueden alcanzarse. El embajador brasileño en la Argentina, Everton Viera Vargas, considera que los dos países deben trabajar en conjunto porque se necesitan mutuamente, anticipando la buena predisposición de Brasil por incrementar las relaciones diplomáticas y estratégicas con la Argentina.
Como contrapartida, también debe recordarse que el presidente Mauricio Macri decidió realizar su primer viaje al exterior hacia Brasil, al que calificó como “el gran socio latinoamericano”. Es de esperar entonces que el primer paso, el de dejar de lado las diferencias, alcance hechos concretos para abrir así también las mejores posibilidades a la salida de los productos mendocinos hacia su principal mercado externo.