Por primera vez, luego de la crisis internacional de 2008-2009, en que cayó durante un breve período de dos meses, la economía de Brasil está en recesión.
La situación complica severamente a la Argentina que mantiene un fuerte intercambio comercial con ese país pero, sobre todo, a Mendoza, en razón de que la casi totalidad de su producción agrícola tiene como principal destino al mercado brasileño.
Por su importante población, de casi 200 millones de habitantes; su crecimiento económico, que le permitió integrar el denominado BRICS (Brasil, Rusia, India y China, a quienes se les sumó luego Sudáfrica); la mejora en la calidad de vida de parte de la población, pasando de la calificación de "pobres" a "de clase media", como consecuencia de la ampliación de fuentes de trabajo, especialmente en las áreas de servicios y el hecho de formar parte del Mercosur, con sus ventajas impositivas y de costos de transportes, Brasil se constituyó en el mercado a ganar para gran parte de la actividad agrícola local.
No les fue mal en la incursión a los exportadores, ya que hubo un fuerte crecimiento en la salida de productos hacia ese país, a excepción de los ajeros, que debieron sufrir la fuerte competencia que significó el ingreso de ajo chino en los mercados internacionales.
De acuerdo con los datos proporcionados por Pro-Mendoza, en 2010 Mendoza exportó frutas y hortalizas hacia Brasil por un monto superior a los 250 millones de dólares.
Ese país fue el principal mercado externo para las papas, las cebollas, los ajos, las zanahorias, la uva en fresco, las peras, los membrillos, las cerezas, las ciruelas, las pasas de uva, las ciruelas, el aceite de oliva, las aceitunas preparadas, las jaleas y mermeladas, los purés y pastas de frutas y los duraznos en agua edulcorada.
En el caso de los vinos, se ubicó en el tercer lugar en el plano de las exportaciones, con más de 70 millones de dólares, siendo superado por Estados Unidos y Canadá.
De acuerdo con un informe de la Federación Económica de Mendoza, distritos como Rodeo del Medio y Fray Luis Beltrán, en Maipú; Corralitos, Kilómetro 8 y La Primavera, en Guaymallén; Costa de Araujo y otros distritos de Lavalle; Villa Atuel en el Sur y La Colonia, en el Este, dependen exclusivamente del comercio con Brasil, en razón de que se trata de zonas que concentran la casi totalidad de la producción de ajo, frutas, hortalizas y aromáticas.
Es por ese motivo que preocupa la información suministrada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas, que indica que el PBI brasileño se contrajo en los dos primeros trimestres de este año, con lo cual el país ingresó en una recesión técnica, con una depresión del 0,6% entre marzo y abril.
Según el Gobierno, los factores que más influyeron en la situación fueron la sequía que afectó a gran parte del país y la gran cantidad de feriados por causa del Mundial de Fútbol, decretados para evitar problemas logísticos en las ciudades sede, que también afectaron las actividades en las fábricas.
Sin embargo, el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, agregó un tercer factor, subrayando el peso que tuvo la disminución del flujo comercial con la Argentina, como consecuencia de la situación económica en su país y por las constantes trabas levantadas por el gobierno de Cristina Fernández, que llevaron a que las exportaciones brasileñas a la Argentina acumularan una caída del 22% en lo que va del año, aspecto que habría sido uno de los motivos de la reunión con su par argentino, Axel Kicilloff.
Resultaría aventurado y erróneo anticipar posibles situaciones, pero las autoridades provinciales deberán permanecer alertas a los efectos de anticiparse a los hechos en caso de que puedan volver a plantearse aquellos viejos enfrentamientos comerciales entre los dos países, como sucediera con los electrodomésticos o el calzado y que terminaron afectando el ingreso de productos perecederos argentinos hacia aquel país, por la aplicación de trabas burocráticas.
También constituye una advertencia para el sector privado, que debería trabajar para ampliar las posibilidades de colocación de productos hacia otros países y no depender de un único mercado cautivo, como sucede actualmente con Brasil.
