En el Gran Mendoza somos 1.086.030 personas que realizamos 1.831.000 viajes diarios. Pero tenemos problemas estructurales que inciden en los servicios de transporte público y en la congestión vehicular en hora punta.
Desde hace 20 años se inició una tendencia a la dispersión de la vivienda por el cambió el uso del suelo de producción agrícola a residencial, y con esto las actividades urbanas. Este tipo de “crecimiento” como ciudad dispersa, trae asociado una fuerte dependencia al auto, pero movernos todos en vehículo particular para ir a trabajar o estudiar no es sostenible en lo económico, social (no es equitativo) ni ambiental.
El nuevo Sistema Intermodal de Transporte Mendotran tiene como misión ser el primer paso para que el Gobierno provincial contribuya, junto con los municipios, a lograr una metrópolis vivible para todos. Ordena jerarquizando los servicios en troncales y alimentadores, por eso tenemos líneas troncales, interdepartamentales, locales (internas a cada municipio) y diferenciales (mejor tiempo de viaje).
Esto mejora las vinculaciones y cobertura de los servicios de transporte público pidiendo a los/as usuarios/as a cambio, realizar trasbordos. Tener una red troncalizada, que a su vez tenga calles principales con carriles exclusivos o de uso preferencial para el transporte público, permite lograr confiabilidad, mayor velocidad y alta capacidad para transportar personas en horas y tramos picos y reducir la contaminación atmosférica y de ruidos, mediante la eliminación de recorridos superpuestos.
Al nuevo sistema lo nutre el esfuerzo de mejorar la accesibilidad a la información para el usuario. Por ello, se unifica en una marca, Mendotran, y se estandarizan los colores de unidades y elementos que identifican a los servicios de transporte público como los paradores.
También se establecen los canales de información al usuario donde hay una serie de mapas, representaciones gráficas y letreros que permitan conocer los horarios, recorridos, puntos de carga y transbordo en buses, paradas y lugares de importancia (hospitales, municipalidades, escuelas, universidades).
En estos últimos meses hemos hecho un gran esfuerzo de adaptación tanto los usuarios como el Gobierno provincial, los municipios, choferes e integrantes de las empresas concesionarias. Este cambio ha significado para los usuarios aprender nuevos servicios, tolerar errores en el diseño de ciertos recorridos, solicitar corrección de frecuencias y horarios; y reclamar por incumplimientos o problemas.
Una adaptación así no ha sido fácil tampoco en otras ciudades del mundo donde se han decidido cambios de esta naturaleza, pensando en el largo plazo y la calidad de vida de cada uno de sus ciudadanos.
El cambio cuesta, porque implica un esfuerzo. Un ejemplo es dejar de usar bolsas plásticas para hacer compras.
¿Qué aprendizajes nos dejó el cambio?:
- Hacer valer nuestros derechos como usuarios.
- Mantener el proceso de involucrar muchas áreas, tanto del Gobierno provincial como municipal, para conocer los servicios de transporte público y las necesidades de las personas que los usamos.
- Destacar el trabajo de los choferes y todas las personas que preparan a diario los servicios de transporte público, como también por los impactos de sus acciones.
- El necesario diálogo para resolver problemas y la comprensión de que hay un bienestar general al que todos tenemos que contribuir.