"En el interés de la ley y el orden, asumimos los poderes. Permanezcan en calma y continúen con sus quehaceres diarios", con esas palabras el jefe del Ejército de Tailandia,
Prayuth Chan-Ocha
, anunció por televisión un
golpe de Estado
y declaró el toque de queda.
Esto se da en un contexto de negociaciones fracasadas entre opositores y oficialistas para finalizar con la crisis política y las protestas antigubernamentales que llevan casi ocho meses.
Desde
Bangkok
, el mendocino
Cristian Rosales, de 33 años
, nos cuenta cómo se vive en país donde un golpe de Estado parece no sorprender.
“Los medios han sido intervenidos y en el último golpe, que fue en el 2006, incluso internet sufrió bloqueos, por lo que todavía no se sabe bien qué va a pasar”, relata Cristian y agrega que, ya de noche en el país oriental, “no hay nadie en la calle y las escuelas y universidades por el momento han sido cerradas”.
Rosales vive como profesor de inglés en una escuela secundaria estatal y describe una realidad ajena para alguien que emigró desde
Mendoza
: “Por el momento, la gente acata el toque de queda. Acá es mucho mas tranquila la cosa (sic) que en Argentina. No hay violencia en la calle, no hay robos a grandes escalas porque la gente tiene otra concepción de la vida, en cuanto a lo que tiene, le falta o puede llegar a tener. Cosa muy difícil de explicar hacia alguien que nunca estuvo en Asia”.
En las últimas horas y
tras la declaración del estado de facto
, los militares comenzaron a desalojar los campamentos de los seguidores y detractores del gobierno instalados en las calles y anunciaron la suspensión de la Constitución. Los sectores conservadores cercanos al Ejército y los manifestantes antigubernamentales quieren “instalar un sistema parlamentario en el que sólo el 50% de los escaños sean elegidos en las urnas para asegurarse el poder", según publicó la agencia EFE.
En ese contexto, Rosales intenta explicar la situación: “Por lo que manejo, sé que es una crisis que viene de largo tiempo debido a la gran corrupción que hay por parte del Gobierno. La mala distribución de la riqueza, por sobre todo, ha llevado a que grupos activistas estén apoyando al campo en su lucha por una digna recompensa por su trabajo”.
“Extrañamente, la palabra ‘Golpe de Estado’ si bien es algo fuertísimo, no tiene el mismo significado que posiblemente allá (por Argentina) se imagina, pero a la vez, personalmente, creyendo que nada bueno puede venir de eso, uno no puede relajarse y hay que andar con el mayor de los cuidados posibles y tomar cualquier tipo de recaudo”, cuenta a
Los Andes
vía mail Rosales, quien asegura que seguirá en el país asiático.
“Y en el momento, que ojalá que no, pero se ponga mas densa la cosa no dudaré en dejar el país y seguir viaje hacia donde tenga que seguir”.
Para concluir, el mendocino que reside en Bangkok brinda sus sensaciones del día adía en Tailandia: “La realidad, es que la gente no quiere más al gobierno de turno, que es una tiranía familiar desde hace largos años, sumado a que el Rey ya esta bastante mal de salud y no tiene el mínimo peso posible de poder”.
Por ahora, lo que se sabe es que el nuevo Consejo tailandés suspendió la Constitución, pero decidió conservar el Senado para poder "dirigir el país sin sobresaltos".