Marcos Bruno (23), un destacado estudiante de ingeniería mecatrónica de la Universidad Nacional de Cuyo viajará a fin de mes a Grand Forks, en Dakota del Norte (EEUU), para participar de una experiencia de simulación espacial en la "Inflatable Lunar and Mars Habitat" (Hábitat inflable lunar y de Marte), proyecto realizado por el Human Spaceflight Laboratory en la Universidad local.
El joven, que reconoció estar muy emocionado por esta próxima aventura, ya fue noticia en 2015, cuando diseñó en la Nasa un robot apto para funcionar en Marte y luego, por ofrecer microscopios educativos, traídos desde la universidad de Stanford (EEUU) por un dólar.
En esta expedición, de características muy particulares, el estudiante mendocino estará acompañado por otros jóvenes estudiantes: Atila Meszaros, de Perú; David Mateus, que viaja desde Colombia y Danton Bazaldua de México. Desde su formación académica, cada uno de ellos cumplirá una función específica y esa será su tarea durante dos semanas.
La próxima experiencia
Estas instalaciones, financiadas por Nasa, están dirigidas por Pablo de León, ingeniero argentino que se encuentra en la Nasa trabajando en la próxima generación de trajes espaciales, que utilizaran los futuros astronautas de la Luna y Marte.
"Serán dos semanas de total inmersión en las que realizaremos experimentos tanto para la universidad como para la Nasa, y que nos ayudarán a entender un poco mejor las futuras misiones que llevarán a los primeros humanos a otros mundos", contó Bruno a Los Andes.
"Vamos a comer, dormir y convivir durante dos semanas y a realizar todo tipo de actividades, sin contacto con el exterior más que por los métodos que utiliza la Nasa", explicó el joven estudiante mendocino y señaló que deberá olvidarse de su celular durante este tiempo. "Las comunicaciones serán las de una misión real, con servicios limitados", detalló y agregó que previo al viaje tuvo que hacerse diversos estudios médicos para controlar su salud.
Además de las tareas en el interior de los módulos, el equipo realizará actividades en el exterior y a bordo de un rover -un vehículo motorizado preparado para superficies complicadas - donde también pondrán a prueba los trajes que se están desarrollando.
Un gran honor
Marcos Bruno aseguró que ha sido "un gran honor" para él haber sido tenido en cuenta por De León. No es para menos, ya que el ingeniero aeroespacial y docente argentino, diseñó los trajes espaciales que se usarán en Marte durante los vuelos tripulados. También fue elegido por la Nasa para construir las primeras viviendas que los humanos habiten en el planeta rojo, algo que se espera concretar en 2030.
Si bien esta experiencia promete ser increíble para el joven mendocino, que cursa quinto año en la Universidad Nacional de Cuyo, admite que aspira a viajar al espacio exterior. "Es un sueño ser astronauta y viajar al espacio, pero también sé que es muy difícil y que quienes aspiran a esto se preparan durante años", reconoció.
Sobre el cierre de la charla dijo que el viaje le dará la oportunidad más cercana hasta el momento de experimentar un viaje real, pero que existen otras variables, físicas o mentales que también entra en juego. Por esto grafica que vivir la experiencia de estar dentro de un hábitat marciano es un grano de arena en "la playa que es ser astronauta".
El robot creado para viajar a Marte
En 2015, Marcos Bruno asistió a un congreso Aeroespacial en Buenos Aires. Allí conoció la iniciativa denominada "The Mars Society" de la que participó sin dudarlo. En esa instancia presentó un robot diseñado para transportar un GPS y dejarlo fijo en la superficie del planeta rojo con el que resultó seleccionado junto a otros seis jóvenes de América Latina.
Luego, en mayo de ese año viajó a Utah, Estados Unidos, donde permaneció durante 15 días probando el dispositivo co creado con un amigo Gabriel Caballero. El robot fue probado en una de las bases de Mars Society. El aparato presentado por el mendocino permite instalar instrumental. También tiene una cámara, que es un celular de Bruno, y un router WiFi que posibilita la comunicación con una computadora.
Microscopios por un dólar
Luego de su experiencia en Utah con un robot de su autoría, Marcos Bruno (20) promovió en Mendoza un proyecto de la Universidad de Stanford (EEUU) para que la mayor cantidad de instituciones educativas tuviesen microscopios para sus alumnos, con el condimento extra de que los aparatos cuestan sólo 1 dólar.
Por sus dimensiones, el microscopio promocionado por Bruno entra en un bolsillo: tiene aproximadamente 17 centímetros de largo por 7 de ancho. Pero además, el aparato permite analizar muestras como lo haría cualquier otro de alta complejidad, que cuesta cientos de dólares.