Es inevitable, nos guste o no. Se aproxima la fecha de cualquier mundial de fútbol y uno encuentra spots y avisos publicitarios hasta levantando las piedras.
Desde las grandes marcas de siempre hasta el almacén o la zapatería de la esquina de nuestra casa, todos se prenden en la ola mundialista y no quieren quedarse afuera de los mensajes esperanzadores, ya sea con un elaborado anuncio o un creativo cartel hecho a mano y con mucha pasión.
Entre las publicidades que ya han salido a la luz a menos de tres meses del Mundial de Brasil hay una que se destaca no solo por la historia que relata, sino también por la pasión y emotividad que encierra. Se trata de “El abrazo”, de Coca Cola.
Detrás de ese aviso (considerado por muchos como el mejor de los que se han realizado en la previa mundialista) hay un sanrafaelino, Matías Lafalla (33), integrante de la agencia argentina David y quien se desempeñó como director creativo de la campaña.
“Previo al Mundial, Coca Cola junto a FIFA hacen un tour de la Copa por todos los países, como una especie de peregrinación. Y en cada país, buscan a alguien especial que se merezca conocer cara a cara la copa. Junto a mi co-equiper, Ramiro Rodríguez Gamallo, somos directores creativos de la agencia David. Nos pidieron que pensemos una idea para cuando la Copa llegara a la Argentina.
Somos bastantes futboleros en la agencia, conocíamos la foto de Ricardo Alfieri y la historia, así que pensando, se nos ocurrió que sería lindo reeditar ese momento único y darle la posibilidad a Víctor (Dell’Aquila) de levantarla.
Es un homenaje al hincha incondicional. Lo interesante es que Víctor, el hincha sin brazos, no sabía nada y fue todo una ingeniería para que sea realmente una sorpresa. Fillol y Tarantini estuvieron muy bien y afortunadamente la idea salió perfecta”, indicó el mendocino en una entrevista publicada por el portal InfoYa San Rafael.
El anuncio
A lo largo de los casi dos minutos durante los que se extiende el trabajo de la agencia David para la firma multinacional, se presenta en sociedad a Víctor Dell’Aquila. Allí se lo anuncia como un hincha de fútbol, “pero no un hincha más”.
Cuando tenía 12 años, tras sufrir un accidente y electrocutarse, perdió sus dos brazos. En el spot él mismo cuenta que el amor por el fútbol le dio energías para salir adelante. Siguió jugando al fútbol y yendo a la cancha, porque las pasiones son así y no conocen de obstáculos ni impedimentos.
Una de las tantas veces que Víctor fue a la cancha fue el 25 de junio de 1978, día en que la selección argentina entraba en la historia grande del fútbol mundial tras vencer 3 a 1 a Holanda en la final del Mundial, ganando su primera Copa del Mundo.
Muchos argentinos ingresaron al campo de juego para festejar y Víctor estuvo entre ellos. Porque el alambrado no iba a ser un obstáculo a la hora de celebrar, como tampoco lo habían sido otras situaciones.
Así llegó Dell’Aquila hasta la zona del área, donde Ubaldo Fillol y Alberto Tarantini permanecían arrodillados en el césped y se abrazaban para celebrar. Mientras esto ocurría, parado al lado de ambos y con la misma emoción, Víctor se sumaba al abrazo de una manera especial: con las dos mangas largas de su pulóver (vacías en su interior), colgando sobre sus hombros y cayendo en dirección al ‘Pato’ y al ‘Conejo’, ofreciéndoles un abrazo eterno.
La foto inmortalizando ese momento recorrió el mundo con el título de “El abrazo del alma”, y 36 años después, Tarantini, Fillol y Dell’Aquila volvieron a juntarse para “alzar” entre los tres la Copa del Mundo en esta publicidad.
El sueño de hacer vino
En la misma entrevista publicada por InfoYa San Rafael, Matías resaltó que estudió publicidad “por suerte, porque se me pasaron los ingresos a las otras carreras”.
El creativo mendocino se recibió en Córdoba y luego viajó a Buenos Aires para especializarse en redacción y dirección de arte.
“El trabajo de pensar ideas es tipo montaña rusa, hoy tenés 100 ideas y mañana no tenés ninguna. Hay que ser paciente y que la idea te agarre sentado y trabajando”, concluyó, indicando que le gustaría volver a San Rafael y aprender a hacer vino.
