Mendocinas también buscan ser madres solteras por elección

En nuestra provincia, así como en todo el país, vienen creciendo los casos desde hace varios años. La mayor cantidad de consultas las hacen mujeres entre 35 y 40 que tienen resuelta la situación económica y cuentan con apoyo familiar.

Mendocinas también buscan ser madres solteras por elección

El nombre de Juana Repetto, actriz y panelista de Intrusos, comenzó a resonar fuertemente los últimos días por haber develado que próximamente se convertirá madre soltera por elección. Es que, según comentó en el programa televisivo, optó por técnicas de fertilización asistida con donante de esperma antes de esperar estar en pareja para tener un hijo. Si bien la noticia recibió tanto halagos como críticas en las redes sociales, lo que más llama la atención es que haya tomado esta determinación con 27 años.

Aunque en nuestra provincia el tema todavía no se habla con naturalidad, según cuentan responsables de institutos de reproducción locales, cada vez más mujeres recurren a ellos con la misma intención que la joven de Buenos Aires. Lo que sí aclararon los profesionales es que generalmente lo hacen quienes tienen desde 35 años. Además, que previamente se las acompaña con apoyo psicológico.

“La inseminación con donantes es una práctica que se realiza hace muchos años en la medicina, sólo que habitualmente se aplicaba en los casos de parejas en los que el hombre tenía un problema con sus espermatozoides y no se podía solucionar de otra manera”, comenzó a explicar el doctor Antonio Martínez, especialista en reproducción e infertilidad.

“Pero desde hace un tiempo, cada vez vemos más mujeres solteras que recurren a bancos de semen para tener un hijo”, continuó. Para el médico con más de 20 años de experiencia en el área, los motivos de este cambio tienen que ver, en primer lugar, con las facilidades que brinda la ley 26.862 de reproducción médicamente asistida que obliga al sistema sanitario público y privado a costear diagnósticos, tratamientos y medicamentos para la infertilidad de aquellas personas mayores de edad, indistintamente de su sexo y estado civil.

“Las obras sociales tienen que cubrir los tratamientos porque es una de las prestaciones que está considerada en la ley, aunque hay algunas que todavía se resisten”, deslizó el responsable del Instituto de Medicina Reproductiva (IMR).

Un segundo motivo que vislumbró el profesional es un cambio sociocultural que se da tanto en Mendoza como en el país y en el mundo.

“Es difícil consolidar una pareja y muchas veces ante la posibilidad de la maternidad, muchos hombres se sienten que no están en condiciones de asumir estos compromisos y la mujer se encuentra sola ante este llamado”, señaló. Por estas razones, generalmente las que se acercan a su instituto son mujeres que han superado los 35 años que ven acercarse el fin de su vida fértil y no tienen una pareja estable.

“Hay casos que llegan, por ejemplo, con 37 años con una ruptura reciente y son conscientes de la dificultad de generar una nueva y ven que la decisión de tener hijos se aleja”, expuso Martínez a la vez que aclaró que excepcionalmente acuden chicas jóvenes como es el caso de Juana Repetto. “En esos casos uno trata de hacerles ver que todavía tienen varios años en los que se puede generar una situación de pareja y tener hijos dentro de otro contexto”, relató el doctor.

Luciano Sabatini, ginecólogo y experto en fertilización asistida, coincidió con la visión de su colega. “La cantidad de consultas de mujeres solas con interés de saber y conocer sobre su fertilidad ha aumentado muchísimo, la mayoría son pacientes de más de 35 años”, expuso el fundador del Centro de Reproducción del Oeste (CREO), quien estimó que este tipo de consultas ocupan entre un 10% y un 15% del total que reciben en el instituto. De hecho, para él, el tema ha dejado de ser considerado una ‘rareza’. “Cada vez los tabúes son menores, hay un cambio de mentalidad”, aseguró.

Cuando una paciente llega a su centro a consultar para convertirse en madre soltera primero se le realiza un estudio de reproducción y con esta base se le recomiendan distintas alternativas. En el caso de las pacientes más jóvenes se les aconseja guardar los óvulos. “Y si tienen una buena reserva ovárica hasta se les se les recomienda que esperen”, explicó el médico.

Para realizar este tratamiento en CREO cuentan con una banco de semen propio acreditado por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer). “Es una franquicia de uno de Buenos Aires que se encuentra en nuestro instituto y todos los donantes son de esa provincia”, informó el Sabatini.

Según su visión, además de la ley de reproducción asistida y un cambio en la sociedad, el nuevo Código Civil también ha influido para que esta alternativa sea cada vez más solicitada. “La norma incluye estas técnicas con donación de gametos, es una figura legal nueva”, remarcó el experto.

Por su parte, el doctor Antonio Sarra Pistone, experto en tocoginecología y reproducción del instituto Vita, comentó que desde allí han visualizado una alta demanda de estos tipos de tratamientos de inseminación o fertilización in vitro con banco de semen para pacientes solas. “Desde hace más de 15 años que ha ido aumentando gradualmente”, expuso. Para él, a partir de la sanción de la ley a la que se refirieron sus colegas se generó un antes y un después. “El tema se volvió mucho más común y menos tabú, la sociedad empezó a aceptar que la gente tome estas decisiones”, dijo.

En su caso también recibe pacientes generalmente mayores de 40 que buscan ser madres solteras. “Hay un límite de 50 años para realizar los tratamientos que surge de la Samer; es una recomendación que cada centro puede tomar como referencia”, indicó.

Apoyo psicológico

Los médicos consultados aclararon que la decisión de las pacientes de convertirse en madres solteras por elección es siempre acompañada con apoyo psicológico. “No nos tenemos que olvidar que acá hay un tercero en escena que es el bebé que va a nacer”, resaltó el doctor Martínez.

Rocío Alaniz es psicóloga experta en fertilidad y una de las profesionales que recibe a las mujeres que acuden al Instituto de Medicina Reproductiva. “En la mayoría de los casos, las pacientes que llegan han pasado la barrera de los 35 años, han estado pensando en la maternidad acompañada, pero no tuvieron la posibilidad y no quieren quedarse sin este sueño”, explicó la experta.

Con respecto a las características de estas mujeres resaltó que generalmente tienen resuelto el tema económico y tienen mucho apoyo social de su familia. “Ya tienen el tema muy hablado porque saben que van a necesitar compañía en el cuidado”, añadió. En la charla con estas mujeres se indaga si la maternidad es una posibilidad real para ellas. “A mí me gusta hacerlas pensar y que ellas tomen la decisión de forma responsable luego de tomar conciencia de todo lo que implica”, comentó.

Por su parte, Ana Mazzoni, psicóloga especialista en Estrés y Fertilidad, subrayó que ser madre soltera por elección es una decisión que las mujeres toman generalmente con mucha conciencia y que les toma muchos años decidir. “En general, rondan los 40 y han intentado por todos los medios darle un papá a su hijo y no han podido”, remarcó.

Para ambas profesionales es fundamental buscar previamente referentes y modelos masculinos para que ese hijo o hija pueda tener momentos con hombres. “Estos lugares se suplen con tíos, amigos y abuelos”, comentó la segunda.

Como en nuestro país no existen estudios sobre el bienestar de los hijos de madres solteras por elección, las dos psicólogas se basan en las investigaciones realizadas por Susan Golombok, de la Universidad de Cambridge en Inglaterra. “Ella viene haciendo investigaciones a nivel mundial, haciendo un seguimiento a hijos de mujeres solas y los comparan con hijos de mujeres divorciadas y de otros que tienen familias convencionalmente constituidas”, contó Mazzoni. Las conclusiones que ha sacado la investigadora luego del seguimiento de varios años es que esas personas, que ahora son adultos jóvenes, están muy bien comparados con los hijos de familias convencionales.

Procedimiento

Los profesionales consultados explicaron que hay dos tipos de tratamientos dentro de la fertilización asistida. “El de baja complejidad que es la inseminación intrauterina y el de alta complejidad que es la fertilización in vitro”, diferenció el doctor Sabatini. Los mismos se eligen luego de estudiar el sistema reproductivo de las pacientes. “Si no tiene ningún problema se hace la primera, sino la segunda”, explicó.

En el primer caso, lo que se hace es generar una pequeña estimulación ovárica con una monitorización de la ovulación, tal como detalló Martínez. “Luego de haber elegido el donante de acuerdo a las características de la solicitante, se prepara la muestra en el laboratorio y con un catéter se coloca adentro del útero y la mujer sigue vida normal, de alguna manera se trata de suplir es lo que sería el método natural”, señaló.

En el caso de la in vitro, la fecundación de los óvulos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la mujer.

El nuevo Código Civil

Antes de agosto de 2015, el Registro Civil únicamente reconocía dos tipos de filiaciones: por consanguinidad y por adopción. Pero a partir de ese mes, cuando entró en vigencia el nuevo Código Civil, se incorporó un tercer tipo de filiación por técnicas de reproducción humana asistida.

Lo que se establece en estos casos es que los padres o la madre dejen asentado en el Registro Civil el consentimiento informado que firmaron cuando se dispusieron a concebir a un hijo por estos métodos. Estos datos se incorporan al certificado médico de nacimiento del niño que será guardado en la institución a perpetuidad, pero jamás constará en la partida de nacimiento.

La información sobre el donante se encuentra únicamente en el banco de semen y es estrictamente confidencial, solamente un juez puede llegar a levantar el secreto, pero por razones muy limitadas como, por ejemplo, cuestiones de salud. En el caso de que la madre soltera por elección forme pareja en un futuro, la persona que la acompaña puede optar por la adopción de ese niño.

Sistema público provincial

Si bien la ley 26.862 de reproducción médicamente asistida también obliga al sistema sanitario público a costear diagnósticos, tratamientos y medicamentos para la infertilidad de aquellas personas mayores de edad, actualmente en Mendoza las mujeres que no cuentan con obra social no pueden acceder a convertirse en madres solteras, ya que no existe en el país un banco de semen público.

Lo que se estima, según trascendidos, es que en los próximos meses llegarán a los hospitales Central, Lagomaggiore y Schestakow las hormonas para que las parejas puedan realizar tratamientos de fertilidad de baja complejidad.

En el caso de ser necesarios tratamientos de alta complejidad- fecundación in vitro- las personas podrán entrar en una lista de espera nacional para luego realizar los procedimientos en la provincia de Córdoba.

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