La Justicia chilena ayer imputó por femicidio a un hombre acusado de haber asesinado a una joven mendocina que era su ex pareja.
Además le dictó prisión preventiva y seguirá preso hasta que se inicie el juicio en su contra. La mujer era madre de dos varones, uno de los cuales era hijo del presunto agresor.
La víctima fue identificada como Lourdes Gisel Ferraro (30), quien desde hace tres años vivía en la ciudad de Concepción, en Chile. Allí formó pareja con Patricio Alejandro Garrido Jara (27), quien se desempeña como albañil.
Justamente él es el sindicado por el asesinato, por lo que la Justicia chilena lo imputó por femicidio. Además se determinó que cumpla prisión preventiva en la cárcel El Manzano de Concepción, aseguró la prensa trasandina.
Las pesquisas determinaron que Ferraro murió por estrangulamiento en su casa ubicada en barrio Norte, situado a unos 500 kilómetros de Santiago de Chile.
Según los investigadores, el acusado llegó a la casa de la víctima y comenzó una violenta discusión (la vivienda estaba toda revuelta) que terminó con el crimen de Ferraro. En la casa quedó una mochila del imputado con varios de sus objetos personales, una de las principales pruebas que hay en su contra.
Separados
Ferraro era madre de un niño de 10 años y de un bebé, este último hijo de Garrido. Hace dos semanas la pareja se separó y los chicos quedaron con su mamá.
El crimen se cometió el miércoles a las 11. El comisario Jorge Guerra, de la Brigada de Homicidios de Concepción, informó que la investigación comenzó cuando la madre de la víctima encontró a su hija tirada en el piso y llamó a la Policía. Al llegar al lugar, los efectivos constataron que Ferraro estaba muerta desde hacía horas.
Más tarde, personal del Servicio Médico Legal realizó la autopsia que determinó que la víctima sufrió asfixia mecánica por “estrangulación” con un lazo.
Paralelamente otro grupo de investigadores comenzó a recabar datos a través del círculo íntimo de Ferraro hasta que el miércoles por la noche Garrido se entregó ante la Justicia.
La víctima hacía tres años que vivía en Chile y en marzo pasado había obtenido la residencia definitiva. Ahora su familia intenta, a través de los consulados, repatriar el cuerpo y obtener la tenencia de los niños.
