Pocos jugadores pueden darse el lujo de haber jugado para Boca y River. Uno de ellos es José Milton Melgar quien además es el único futbolista boliviano en haberlo conseguido. El ex volante explicó que "fue muy rápido todo. Se dio porque hubo cambio de entrenador en Boca y quedamos varios afuera. Ahí fue que el Negro Rivero hizo una cena con César Luis Menotti, recién llegado a River, para charlar sobre la posibilidad de jugar allá. Esa misma noche se habló con la gente del club y al otro día ya estaba entrenando. Fue algo tan violento, tan rápido que pocos se dieron cuenta de esa transferencia".
Melgar jugó entre el 85 y el 88 en el Xeneize y luego pasó al Millonario hasta 1989. Lo curioso es que fueron los únicos clubes en los que disputó en la Argentina. El resto de su carrera la realizó entre Chile y Bolivia.
Cuando llegó a Boca, en 1985, el club se encontraba atravesando un difícil momento: "Justamente por este problema fuimos muchos jugadores a préstamo; yo fui por tres meses y al final me quedé cuatro años. No teníamos grandes contratos, pero tuvimos la oportunidad de jugar ahí y crecer como futbolista", explicó.
Y allí comenzó a explicar las diferencias notorias que vio entre las hinchadas de los dos clubes más importantes del país. "Estuvimos en una época donde tuvimos una mala racha, pero a la cancha asistía cada vez más gente, al otro partido aún más y la hinchada ovacionaba a los jugadores. Esa experiencia que tuvimos nos hizo dar cuenta de que no hay hinchada como la de Boca: en las buenas y en las malas siempre está apoyando al equipo. Era difícil ver a River en su mejor momento y nosotros pasando el mal momento que tuvimos esos años, pero fue más llevadero por la gente. Esa era la diferencia que hacía Boca en esa época".
Para dejar en claro su experiencia, contó que "la gente de Boca es apasionada y fiel. En cambio, la de River tiene un porcentaje de gente que es exitista y si el equipo pierde no aparece. Hubo situaciones de la misma naturaleza y la gente no respondía como en Boca. Si estábamos mal, no iban a la cancha".
Para cerrar, el ex jugador que ahora tiene 60 años aseguró que "en Boca y el fútbol argentino aprendí a ser futbolista profesional. Yo jugaba en Bolivia porque sabía jugar, pero en la Argentina aprendí que me tenía que cuidar más y entrenarme más porque la competencia era dura. La pasé de maravilla; si no pasaba que el nuevo entrenador no me tenía en cuenta, me hubiese quedado a vivir en Boca porque yo estaba a gusto, la gente me quería, era útil y estaba en mi mejor momento."
Y finalizó: "La gente de Boca nunca me reprochó nada de haber pasado a River. Es más todavía me recuerdan con cariño".