Libros e infancias: carencias y desigualdades sociales

Este domingo 23 de abril se conmemoró el Día Internacional del Libro a nivel mundial, fecha que tiene por objetivo fomentar la lectura y la industria editorial.

Foto 123RF
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En este marco, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina publicó la nota de investigación “Libros e infancias. Carencias y desigualdades sociales”.

Principales resultados

  • En la última década el déficit de lectura entre los niños, niñas y adolescentes (NNyA) de 5 a 17 años creció un 10% en promedio.
  • La falta de clases y la virtualidad generaron impactos negativos durante 2020-2021. El déficit de lectura afectó a 67% de los NNyA. A pesar de la mejora en 2022, las desigualdades se incrementan entre los NNyA pobres y no pobres llegando a una brecha de 37%.
  • Es importante destacar que el hábito de lectura se construye tanto en el colegio como en casa. Si bien el capital educativo formal incide sobre los déficits de lectura, los recursos educativos del hogar marcan aún más la diferencia. El déficit de lectura es aproximadamente 20% mayor entre los NNyA que no asisten al colegio.
  • Los niños/as que cuentan con mejores recursos educativos en sus hogares, como libros infantiles y/o bibliotecas familiares, tienden a desarrollar mejores hábitos de lectura.
  • Sin embargo, entre el 60% y 65% de los NNyA viven en hogares que no cuentan con tenencia de biblioteca, lo que dificulta el desarrollo de la lectura en la infancia. Además, prevalecen grandes heterogeneidades por nivel socioeconómico a lo largo del tiempo.

El comportamiento lector de textos impresos es una práctica fundamental en el proceso de desarrollo humano y social del niño/a. Existe amplio consenso interdisciplinario en torno a la relevancia que tienen el libro físico y los estímulos orales (contar cuentos, narrar historias y cantar canciones, entre otros) en los primeros años de vida del niño/a.

Estimular a los niños/as desde el inicio de la vida a través de la palabra y crear familiaridad con el libro como objeto cultural es clave para el desarrollo de capacidades cognitivas, emocionales y sociales, pero también -y en particular- para ampliar el vocabulario, estimular la imaginación y el conocimiento de diferentes mundos de vida. 

Asimismo, el comportamiento lector de textos impresos es primordial en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y en los procesos de alfabetización. No obstante, existe amplia evidencia sobre las persistentes dificultades que tienen niños/as y adolescentes para leer y comprender lo que leen.

Descargar la nota de investigación “Libros e infancias. Carencias y desigualdades sociales”.

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