Historias de mujeres que pusieron su nombre a las calles de Mendoza

Son pocas las personalidades femeninas con tal reconocimiento en calles de la provincia, y en algunos casos su importancia es poco conocida. Docentes, empresarias y referentes sociales, las más homenajeadas.

Historias de mujeres que pusieron su nombre a las calles de Mendoza
Esta calle de la Ciudad de Mendoza evoca a una de las mujeres más importantes de la historia universal: Isabel de Castilla, la reina católica. | Foto de José Gutiérrez y retrato de archivo.

Desde la ciudad más grande hasta el pueblo más recóndito, las calles preservan la historia de su pasado, guardan la firma de los que dejaron su huella en el lugar e inmortalizan los nombres que deben ser recordados. Entre próceres, referencias de época y países, hay calles con nombres de mujeres que marcaron su impronta en el destino de Mendoza, cuyas historias son dignas de destacar y conocer. Aunque todavía son más las que no recibieron tal reconocimiento.

Remedios de Escalada, Infanta Mercedes de San Martín, Juana Azurduy, Martina Chapanay, Isabel la Católica y Eva Perón son, tal vez, las más famosas mujeres cuyos nombres bautizaron a calles de Mendoza y del resto del país. Su historia y relevancia en la vida de la provincia o la Nación ya son conocidas, y bien merecida su valoración. Pero, así como ellas, hay muchas otras personalidades femeninas que también dieron su nombre a una calle y cuya importancia no es tan popular.

“En Ciudad no tenemos muchas”, reflexiona Juan Carlos González, mientras repasa las anotaciones de su investigación. Además de las ya mencionadas, el profesor de Historia e historiador del cementerio de la Capital enumera, por ejemplo, a Dolores Huisi y Mercedes Álvares de Segura, ambas patricias mendocinas. Dos de las siete damas que bordaron la bandera del Ejército de los Andes tienen calles a su nombre en la provincia.

Padre e hija: la Infanta Mercedes de San Martín es homenajeada por una calle de Mendoza que, curiosamente, forma intersección con la que tiene el nombre de su padre. | Foto José Gutiérrez-
Padre e hija: la Infanta Mercedes de San Martín es homenajeada por una calle de Mendoza que, curiosamente, forma intersección con la que tiene el nombre de su padre. | Foto José Gutiérrez-

La vida de Godoy Cruz está marcada por la familia Tomba, e inevitablemente una de sus calles lleva el nombre de Olaya Pescara Maure de Tomba. La empresaria, esposa de Antonio Tomba, llevó las riendas de la icónica bodega cuando enviudó y se ganó el cariño de toda la provincia por sus acciones caritativas y solidarias con niños de la zona. También donó tierras y dinero para edificaciones públicas importantes, como el Hospital del Carmen y la Iglesia San Vicente.

En el mismo departamento, la calle Carola Lorenzini inmortaliza la historia de la primera aviadora civil de Argentina, y la primera en obtener el título de Instructora de vuelo en América del Sur. “En 1935 batió el récord sudamericano femenino de altura al llegar a los 5381 metros en un avión “Ae C-3″ de cabina cerrada. Esto le valió innumerables reconocimientos y felicitaciones, y la entrega de una medalla de oro por parte de la Aviación Militar Argentina”, relató Gustavo Capone.

Docentes reconocidas

El reconocido historiador mendocino aportó, además de Tomba y Lorenzini, a Margarita Malharro, una política nacida en Bell Ville que pasó gran parte de su vida en Mendoza. Fue en estas tierras donde ejerció la docencia y fue una importante activista, que entre otras cosas impulsó la ley de cupo femenino. Por su relevancia política y social en la provincia, una calle de Guaymallén lleva su nombre.

En Rivadavia, de donde Capone es oriundo, está la calle Leonor Ferreyra, en homenaje a la maestra que impulsó la educación nocturna para adultos en la provincia. Leonor Lemos, quien fuera la primera directora de la Escuela Normal del departamento en 1917 y descendiente de la histórica familia mendocina de intelectuales, también recibió tal homenaje. Otra calle lleva el nombre de Clotilde del Valle de Úbeda, primera directora del colegio “Bernardino Rivadavia” (1864) y amiga del grupo de maestras norteamericanas que llegó a Mendoza por iniciativa de Domingo Sarmiento.

Si bien la mayoría son protagonistas que dejaron su huella hace ya mucho tiempo, también hay historias actuales de mujeres que fueron reconocidas por su pueblo, su municipio o sus vecinos. En San Martín, por ejemplo, además de la calle Josefa Capdevila (en honor a la docente “que ejerció una importante tarea gremial en tiempos de fuertes huelgas contra el lencinismo”, como señaló Capone) hay un puñado de calles en conmemoración de maestras de reciente desempeño, como María de Negri y María De Cirelles, en el barrio Peltier (ex Burgoa). Al momento de denominar las calles, los propios vecinos decidieron homenajear a las docentes locales.

Una forma de escribir la historia

Es de público conocimiento que la proporción entre calles con nombre de hombre y de mujer es absolutamente dispar. “Mendoza presenta un registro de calles en toda la provincia, de aproximadamente más de 10.000. La amplísima mayoría están vinculadas a hombres, desde próceres hasta países y lugares históricos. Hay muy pocas, una minoría absoluta, que son mujeres”, dijo al respecto Gustavo Capone.

Para el historiador es una certeza que “hay una cultura claramente conservadora y machista, propia de la historiografía oficial, que ponderó las calles de sus pueblos con los nombres de los referentes de su época”. Capone agregó que, en general, en Argentina se denominan por personajes, batallas o referencias ligadas a la gesta libertadora, en la que los actores principales fueron varones. “Era una forma de escribir la historia”, completó.

Juan Carlos González, por su parte, coincide y analiza que las calles de Mendoza “son todas sanmartinianas”. Gustavo Capone está de acuerdo: “Mendoza tiene una fuerte impronta con San Martín, y la gran mayoría de las calles están referenciadas con él y sus gestas”. La larga lista de calles como Pedro Vargas, O’Higgins, Gutiérrez, Coronel Rodríguez, Espejo, Morón, Pedro Molina, Godoy Cruz y Las Heras, entre tantas otras, así lo demuestran.

Pero, para contradecir la idea de una visión machista, lo contrario de lo que ocurre con las calles pasa con las escuelas. “Las escuelas generalmente llevan nombres de mujeres, porque históricamente más del 90% del colectivo docente han sido mujeres”, manifestó Capone, aunque agregó que “hoy ha cambiado un poco y se ha equiparado”. En conclusión, González cree que “hay falta de calles que lleven nombres de mujeres, y eso se debería tener en cuenta en futuros barrios”.

Mujeres sin calles

Jorge Ricardo Ponte, reconocido arquitecto, especialista en patrimonio e investigador, se sumó a la charla para proponer a dos mujeres que, según su criterio, “no han tenido el homenaje que se merecen en Mendoza”. Una de ellas es su madre, Dora Yolanda Blanco de Ponte, una prestigiosa docente y, también, una de las primeras mujeres de la televisión mendocina, famosa por su programa de recetas de cocina.

“Los planos fundacionales de la Ciudad fueron planes ideales, no reales. El primer plano real de la ciudad se lo debemos a esta mujer”, empezó contando Ricardo Ponte sobre otra mujer que merecería una calle a su nombre. Se trata de María Miranda, una mujer del siglo XVIII que “tuvo una polémica con vecinos muy poderosos del cabildo mendocino, por un molino que tenía en calle Salta y Alem”.

“La gente entraba a su propiedad para ir hacia Godoy Cruz, y ella puso una tapia para que no pasaran más. Los tipos iniciaron un juicio y eso dio origen al primer plano real de Mendoza, donde la mujer planteó el plano de la ciudad”, relató el investigador.

Juan Carlos González, por su parte, agregó a Genoveva Villanueva, “una mujer maltratada que se atrevió a enfrentar al gobierno del momento” durante la década de 1840. En un artículo propio, Gustavo Capone la define como “abanderada de los humildes”, y destaca su compromiso social y la ayuda y contención de personas enfermas y afectadas por las carencias.

Si de mujeres destacadas se trata, no se puede omitir a Carmen Romero; la primera médica mendocina y una de las primeras egresadas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo. González también mencionó a Carmen Ponce de Videla, “una mujer que llevó adelante la casa de los huérfanos e hizo mucho por los niños”.

Por último, el profesor de historia destacó a Lucila Barrionuevo Pescara de Bombal, quien a fines del siglo XIX y principios del siguiente donó e impulsó numerosas obras para Mendoza, como escuelas e iglesias, además de su destacado rol empresarial en el ambiente bodeguero. “Es alguien que se debería reconocer porque hizo mucho por Mendoza”, concluyó González.

Otra de las mujeres que, sin duda, marcó una época en Mendoza y no posee una calle con su nombre es Elvira Calle de Antequeda, quien fue directora de diario Los Andes y está considerada una referente nacional por su tarea en ese puesto.

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