Mejor acompañados que solos

Ellas y ellos son solistas. Pero se juntaron en dos propuestas: Submarino (mañana en el Independencia) reúne al colectivo de varones; y Solistas no tan solas (hoy en Le Parc) agrupa a las cantantes.

Mejor acompañados que solos
Mejor acompañados que solos

Ellos son chicos solos. Saben de autogestión y de procesos compositivos individuales. Saben cómo ir de un instrumento a otro. Son solos, sí, pero también apuestan a la colaboración colectiva, al trabajo en red. Y son amigos. Por eso dos años atrás decidieron potenciar sus búsquedas bajo un mismo nombre: Submarino. Y emprendieron el viaje.

El viaje es un gesto de época: pues es el mismo que comenzaron Colectivo Wanaku -pocos meses atrás- o ese bellísimo ensamble llamado Solistas no tan solas (ver: "Nueve voces, un escenario"). Tal vez sea tiempo de celebrar el cooperativismo, la vuelta al grupo; tal vez la frase "la unión hace la fuerza" cobre, ahora, un nuevo sentido. O, en el mejor de los casos, lo recupere.

Al menos así lo creen Pablo Di Nardo, Migo Scalone, Leo Costa, Emilio Cardone, Juan Farré, Leandro Lacerna y Gonza Elizondo, los seis solistas y su infaltable baterista invitado que integran este colectivo llamado Submarino.

A bordo de este buque, los mendocinos llevan un año trenzando ideas y canciones en la ciudad en la que viven y trabajan: Buenos Aires. O, lo que es lo mismo: navegando las aguas de la canción ya, desde la intimidad del set solo; ya, desde la potencia en banda. Porque ellos saben de uno y otro formato: antes de ser solistas integraron bandas como Setiembre, Zonda Project, Los Coholins, Tobogán o La Flor del Cerro Azul.

"De repente -cuenta Migo Scalone- nos encontramos acompañándonos, compartiendo fechas y bandas. Un día decidimos juntar todo eso y hacer una explosión". Y explotaron: sumaron toques (allí y aquí), grabaron un EP y ganaron un Premio Zero 2013 (en la categoría Banda nueva; el martes pasado).

Con estas leguas recorridas regresan los seis tripulantes, dispuestos a recalar su buque en el teatro Independencia (mañana, a las 21.30).

Antes, cinco de los seis suben a la escotilla (Emilio Cardone viene en viaje) pero es Lacerna quien asume el plural. La alegría del premio es una sensación reciente: "Estamos muy contentos. Pero entendemos que un premio sirve para destacar un proyecto y darle difusión, no para competir con nadie. La nuestra es una propuesta diferente, similar a la de Solistas no tan solas. Con ellas queremos juntarnos para generar algo".

Es que Submarino, como Wanaku o Solistas no tan solas, se potencia en el entrelazado de individualidades; inspirados en el trabajo cooperativo de la Orquesta Fernández Fierro.

-¿El cooperativismo es un gesto de época?

-Lacerna

: el trabajo colectivo potencia el trabajo del solista independiente. Permite, además, que todo sea compartido.

-Migo Scalone

: y que accedamos a lugares que, como solistas, no podríamos acceder. Es el caso de este show o de la participación en la Bienal de Buenos Aires, en donde logramos posicionamiento nacional.

-Juan Farré

: no sé si es una decisión o simplemente se trata de supervivencia. En todo caso, lo que sucede está buenísimo y también se está dando en otras disciplinas. Antes, de una banda salían solistas; en este caso, el proceso se da al revés y no hay antecedentes. En este sentido, cuando surgió el rock argentino tampoco tuve referencias. Tal vez estemos algo nuevo y bueno está surgiendo. Aunque en un momento depresivo puedo pensar lo contrario (risas).

-Pablo Di Nardo

: Así como las redes ofrecen posibilidades de difusión y lugar para todos, también pulverizan el espacio de escucha. No hay una difusión masiva pero sí sumás músicos...

Más que una forma de supervivencia, es una forma de expansión. Los colectivos de trabajo son una vuelta al trabajo grupal que se dejó de lado en los '90, cuando el tema pasaba por ganarle al otro. Sí, el proceso ahora es al revés: los solistas arman bandas pero no hablamos de solistas de altísimo renombre sino de artesanos de la canción. La existencia de Colectivo Wanaku o de Solistas no tan solas demuestra que el cooperativismo es algo que se está dando y que hay otro clima: de hermandad y compañerismo.

El primer toque de Submarino fue en Palermo, en una calurosa nochecita de diciembre iluminada en la casona Dasein. Juan Farré tiene el recuerdo todavía fresquito: "Esa noche todo estuvo librado al azar: las canciones, los instrumentos, el vestuario; a partir de entonces tuvimos que acordar muchas cosas".

¿Y cómo logran esos acuerdos?, les preguntamos. Scalone responde: "Votamos todo. Es una democracia. Al no haber una cabeza, todo lo sometemos a votación. Apuntamos hacia el mismo lugar; usamos la misma brújula". Farré agrega, con el toque de humor que lo caracteriza: "Nunca he votado tanto en mi vida. Votamos por las canciones, el menú de la cena, el look en los shows. La democracia es lenta pero funciona". Las risas llegan, como llegan, también, los demás comentarios.

"La elección del nombre también fue un largo debate; pasó por varios tamices", comenta, desde un costado, Leo Costa. Al fin eligieron Submarino porque "es un medio de transporte, como el bondi" y por ese guiño amoroso al buque amarillo de los Beatles ("Yellow Submarine").

-¿Todos los caminos conducen a los Beatles? -Costa

: O mejor: todos empiezan. Todos tenemos nuestros gustos y personalidades pero, en las canciones, intentamos homogeneizar esa amalgama de gustos musicales.

Ok, los seis están de acuerdo en algo: más vale bien acompañados que solos. Pero ¿cómo llevan esa idea a la práctica? Scalone vuelve a tomar la posta: "Submarino tiene su propia funcionalidad. Cada uno presenta el tema que quiere tocar y va comandando, y produciendo, el proceso de creación. Pero, a la vez, está abierto a los consejos y aportes de los demás. Así ordenamos el quilombo. Porque, además, vamos rotando de instrumentos". Farré redondea: "Cada uno es el jefe en el ensayo; es decir, se pone en ese plan, casi dictatorial, de dar indicaciones".

-Pero tienen una canción en común, "Submarino", ¿cómo la compusieron? -Farré

: La canción fue compuesta como un "cadáver exquisito"; apareció después de que ya lleváramos tocando un tiempo. Fue como el amor: simplemente funcionó. No sé si volverá a pasar (risas).

-Bueno, llevan un año tocando… -Scalone

: Aunque hace un año que salimos, la idea data de mucho antes; claro que ahora siento que estamos consolidados. Submarino es un proyecto que tiene mucha fuerza compositiva, personal y musical.

-Lacerna

: Todos arreglamos y producimos nuestros propios discos. Por eso las decisiones estéticas de nuestro primer EP quedaron en manos de todos; incluso aportó Gonza, que, a esta altura, más que baterista invitado es un "submarino" más. Lo grabamos en el Estudio MCL (en Buenos Aires) y quisimos hacerlo a la vieja escuela: sin artificios, tracción a sangre.

-¿Con estas canciones vuelven, entonces? -Farré

: A diferencia del show anterior (en junio, en Le Parc) vamos a tocar unas 20 canciones; entre otras, algunas no grabadas. Y después de un larguísimo proceso de votación, tampoco vamos a estar todo el tiempo en el escenario. Esta vez, el recital tiene matices acústicos.

-Costa

: Como dijimos, somos una banda democrática. Usamos un brazalete para significar que no hay un capitán sino que todos somos capitanes.

-El brazalete también podría ser un guiño a Charly.

-Menos mal que no dijiste Hitler.

Los cinco ríen con ganas. Y saludan a Emilio Cardone, que viene en viaje.

Nueve voces, un escenario

En criminalística, existe el estudio sobre  "el principio de intercambio de Locard" que establece que siempre que dos objetos entran en contacto, inevitablemente transfieren materiales entre ellos.

En el caso del proyecto "Solistas no tan solas, SNTS" no hay una escena del crimen, sino un escenario y no hay objetos, sino sujetos (nueve cancionistas femeninas), no obstante la transferencia de materiales, de estéticas, de texturas, de género, de personalidades, será no tan solo inevitable, sino también enriquecedor y seductor.

Todo comenzó cuando Cecilia Salinas escuchó  de un recital en San Luis armado con chicas solistas que rotaban instrumentos y repertorio:  Anamoli, Vika Mora y Kika Simone. Y sin perder el tiempo ella  armó una versión con nueve intérpretes locales y tres fechas. La primera justamente arranca esta esta noche en Le Parc.

"El plan es presentar en este primer concierto algo así como tres canciones propias de cada una", describió Cecilia, en compañía de las primeras cuatro protagonistas de hoy: Nuna (Betania Agüero), Carolina Sorrentino y la cubana Yaima Orozco.

"Lo atractivo es que si bien hay puntos en común, somos en general muy diferentes entre nosotras y esto sin duda le aportará mucho color y muchas texturas sonoras al encuentro",   expresó.

Después, la semana que viene le tocará el turno a la segunda mitad del grupo, formado por Lilén Graziosi, Agustina Bécares, MF (María Fernanda Alemán), Paula Neder, Cristina Pérez y Anamoli (el jueves 5), para finalizar 13 días después, con un concierto con todas las SNTS (jueves 12).

En este intercambio locardiano, la colaboración pautada entre ellas se balancea entre la pulsión del sesionista (músico a las órdenes de un vocalista), el oficio escénico y el espíritu jam;  ensamble, y al mismo tiempo, individualidad.

"Ceci aportará un costado podríamos decir hardcore, Yaima  Orozco la trova, Caro Sorrentino es más jazzera y yo, estoy más del lado del bossa y  los ritmos latinos", amplió Nuna, sobre lo que será una experiencia inédita para las chicas. "Lo que más me gusta de esta idea es que sobre las tablas hay una atractiva cuota de espontaneidad" afirmó.

"Por un lado, viene muy bien primero que nos conozcamos entre nosotras. Antes, nos cruzábamos por ahí pero en realidad, no nos conocíamos personalmente. Eso está bueno", añadió Salinas.

"Por primera vez, intérpretes  muy distintas, que nunca hemos tocado juntas, vamos a compartir el escenario, a intercambiar instrumentos, repertorio y géneros. Eso nos encanta". Finalmente: "¿Qué aporta el colectivo SNTS? El colectivo te permite saber con quien contás, que podemos planificar otra fecha juntas sin delegar el repertorio individual. Es lo mejor de esta idea", expresó Salinas.

A cuatro voces

En esta primera fecha: Betania Agüero, o Nuna, toma la guitarra y hace fluir  funk, soul, bossa, hip hop y ritmos latinoamericanos. En tablas, su voz  alterna también palmas, tarareo y beat box.

Carolina Sorrentino se largó en 2008 sola con el CD "Shine". Le encanta la música electrónica en sintonía pop y esto ha quedado bien en claro en sus canciones en inglés "Dematerialize", "Panic", "I need".

Cecilia Salinas es una de las cantantes más versátiles de su generación.  Ex Glamour, ex Lilith y otras, se siente sobradamente cómoda en casi todos los géneros: rock, jazz, boleros, bossa nova, etc.

La cantautora cubana Yaima Orozco tuvo un hueco en su gira por estas geografías - para presentar tu álbum "Gracia" - y se sumó a las SNTS. Promesa de la  nueva generación de la trova con aires más pop,  amalgama el son, el bolero, el danzón y la guajira y regala felicidad.

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