El tribunal que juzga en
Mendoza
a ex magistrados implicados en
delitos de lesa humanidad
le negó hoy al ex juez
Otilio Romano
la posibilidad de ejercer su propia defensa. El juicio contra cuatro ex jueces, que por primera vez sientan en el banquillo de los acusados a miembros del Poder Judicial durante la dictadura, continuó hoy en los Tribunales Federales.
En ese marco, como hecho saliente, se le denegó al ex juez Roque Ireneo Romano la posibilidad de realizar su propia defensa, alegando que por su condición de detenido no podía ejercer dicha función.
A su vez, Bernardo Calderón, el hasta hoy abogado defensor de Romano, declinó seguir representándolo.
Una vez iniciado el debate, la defensa del imputado Antonio Indalecio Garro formuló un pedido de inadmisibilidad de parte de la elevación a juicio de la causa, esgrimiendo que el juez federal Walter Bento, en la instrucción de la causa, cuando hizo el pedido de elevación al juicio oral no acusó a su defendido, ni al acusado José Antonio Lorenzo, por asociación ilícita.
El defensor argumentó que el requerimiento fiscal sí lo hizo, por lo que planteó un recurso de disidencia.
En esa misma dirección, Carlos Reig, defensor de Lorenzo, sostuvo que se vulnera el derecho de defensa en el juicio, y otros defensores de los acusados se subieron a esos fundamentos, lo que se vio como artilugios legales para "embarrar la cancha" y seguir dilatando el debate.
Dante Vega
, representante del Ministerio Público, fue enérgico al rechazar los planteos de la defensa, sosteniendo que "plantear puntos que antes habían sido consentidos, en un principio de congruencia que se ha respetado", y pretender que se lea punto por punto nuevamente una acusación de más de 250 fojas, apunta a retrasar el juicio.
"Pido que se rechace y que siga el debate", enfatizó el fiscal Vega.
De todos los acusados, sólo tres ofrecieron prestar declaración en el debate: el ex juez Luis Miret; y los ex policías Hector Rubén Camargo y José Antonio Lorenzo.
Sobre esta jornada, el fiscal Dante Vega sostuvo: "Se procedió a escuchar a los imputados sobre quienes van a declarar y quienes no, y comenzaron las lecturas de las declaraciones indagatorias en la etapa de la instrucción, que es lo que ordena la ley. Y esta lectura va a insumir otras jornadas del juicio".
"El Tribunal le negó a Romano la posibilidad de realizar su propia defensa, que era un planteo que estaba pendiente", destacó.