Dependerá del cristal con el que se mire la realidad. De la lectura positiva o negativa que cada uno haga de la situación. En definitiva, de la mirada optimista o pesimista con respecto al presente y, sobre todo, al futuro de los objetivos propuestos.
Vamos aclarando el panorama. El primer dato que hay que refrescar es que la convincente goleada sobre Arsenal no sólo le dejó a Godoy Cruz réditos futbolísticos y de funcionamiento colectivo. Además, desde lo estrictamente numérico quedó muy cerca (a 3 unidades) de la remanida meta grupal: alcanzar los 30 puntos para no sufrir con el promedio en la temporada que viene.
Desde que comenzó el torneo, tanto Martín Palermo como sus players, se encargaron de remarcar cuál era el propósito original.
Ahora bien, con el asunto casi en el bolsillo, van aflorando aristas que no se pueden soslayar.
“Matemáticamente todavía es posible”, lanzó el entrenador tombino en la conferencia post partido en alusión a los cinco puntos que separan a su equipo del puntero del torneo Final: Newell’s (esta noche visita a All Boys).
La frase del Titán se parece mucho a una respuesta de rigor. Y no es para menos. Parece difícil que el campeonato le entregue nuevas chances a Godoy Cruz, que arriba suyo tiene a River, Lanús y Newell’s Old Boys. Sin embargo, nunca hay que fiarse de lo que dice la lógica, mucho menos con la irregularidad generalizada y el mal juego que exhiben la mayoría de los equipos que transitan por el torneo doméstico.
En ese aspecto, el Expreso parece una isla en medio del océano. Es que hace un buen rato que el Tomba encontró una fisonomía de equipo que le devolvió esa jerarquía que otrora supo conseguir.
Después de una tarde de fiesta (celebración de los 92 años y goleada al Arse, incluidos), la noche de sábado trajo buenas noticias desde Rafaela. La Crema le arrebató dos puntos a San Lorenzo y el Ciclón no pudo cortarse en la clasificación a la Copa Sudamericana. Racing, y su polémica derrota ante Quilmes, también había dibujado una mueca de satisfacción en la Bodega.
Entonces, calculadora y fixture en mano, el Tomba sueña con hacer cartón lleno y que el destino le ofrezca un guiño para obrar el milagro. Así, en unos días, sabrá si la Copa se llena o queda medio vacía.