Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
El gobierno nacional apuró una serie de decisiones con la intención de tomar la iniciativa para empujar el proceso de reactivación de la economía, impactada por el proceso de adecuación de los precios relativos.
Esta semana, el Presidente recibió un compromiso escrito por una gran cantidad de empresas que prometieron no variar sus plantas de personal por 90 días. Era un gesto que Macri esperaba del sector empresario, que no había tenido un comportamiento con el nivel de responsabilidad que el gobierno esperaba.
Aunque parezca paradójico, el sector empresario había tenido un comportamiento más apropiado cuando el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en forma autoritaria, les ordenaba lo que tenían que hacer. Parece que la libertad no les ha sentado bien y por eso los ciudadanos le piden al gobierno mano firme con ellos.
De todos modos Macri utilizó este documento como elemento para neutralizar la iniciativa de los legisladores del Frente para la Victoria para sancionar una ley de prohibición de despidos, norma a la que ya se había opuesto Cristina Fernández de Kirchner aduciendo, con razón, que solo traería consecuencias contrarias para los trabajadores.
Apoyo para las pymes
Una de las claves de esta semana, además del apoyo de las grandes empresas, fueron las medidas anunciadas para apoyar a las pequeñas y medianas. Algunas de estas tendrán efecto de corto plazo y otras de mediano y largo plazo pero más estructurales y aparecen como incentivos muy interesantes para entusiasmarlos.
Una que es muy sensible es la posibilidad de hacer liquidaciones trimestrales del IVA, que será de mucho beneficio para los que venden para cobrar a plazos, de manera de no tener que sacrificar capital para pagarle a la AFIP. Los que usen este beneficio deberán ser muy ordenados, ya que quien pagaba $ 5.000 mensuales deberá pagar $ 15.000 trimestrales todos juntos, lo que implica orden financiero para poder cumplir y que dicha ventaja no se transforme en un riesgo.
Otro beneficio asociado a este es que las retenciones de impuestos se harán sobre facturación de 100.000 pesos, cuando hasta ahora se hacía sobre $ 10.000. Esto permite disminuir las retenciones y, además, cuando en dos liquidaciones tengan saldos favorables de IVA , recibirán un certificado de “no retención” para que no siga tendiendo retenciones obligatorias hasta que consuma el crédito acumulado. Para el caso de las más pequeñas (micro y mini pymes) habrá certificados automáticos.
Otra decisión ha sido la de ampliar la capacidad prestable de los bancos, obligándolos a destinar del 14 al 15,5% de la totalidad de los depósitos para pymes, con una tasa del 22%. Esta tasa, si bien es alta en términos nominales, es más baja que la inflación y que las mismas tasas que paga el banco central por las Lebac.
Para el caso de las empresas exportadoras (casi la totalidad de las de Mendoza) se toma la decisión de ampliar el plazo de ingresar divisas a 365 días, lo que permite darles mayor flexibilidad desde el punto de vista comercial. La obligación de ingresarlas en forma rápida hizo perder muchos mercados a empresas que no tenían el capital como para anticipar el ingreso de la cobranza con recursos propios.
Otra de las promesas, que las empresas desconfían que se aplique, es el compromiso de la devolución del IVA a los exportadores en un plazo de 90 días en lugar de los 180 días actuales. De cumplirse, sería otro alivio financiero importante para quienes exportan.
Medidas estructurales
Los anuncios del gobierno comprenden otras medidas que requieren aprobación legislativa, aunque muchos empresarios han dejado sentir sus quejas porque faltarían normas muy complejas de cumplir para la mayoría de las pymes, como son los impuestos que gravan los salarios. Para una pyme pagar el formulario 931 es una odisea cada mes. Muchas veces deben endeudarse para hacerlo.
Pero las promesas incluidas en la ley incluyen una decisión importante en vistas a decisiones de inversión ya que podrán deducir hasta el 8% del impuesto a las ganancias como compensación de inversiones realizadas desde el 1 de Julio de este año hasta diciembre de 2018, aunque con un límite del 2% del total de ventas. Este es un paso importante, aunque sería deseable que el porcentaje sea mayor para facilitar mayores inversiones con capital propio.
Esto se complementa con la devolución del IVA sobre las inversiones mediante un certificado de crédito fiscal, lo que hará más viables aún las inversiones, que son tan necesarias para que las pequeñas empresas recuperen competitividad.
Por otra parte, una decisión reclamada desde hace mucho tiempo, se propone la compensación del impuesto a los débitos y créditos bancarios (impuesto al cheque) tomándolo a cuenta del impuesto a las ganancias. Esto permite bajar un costo que complica a las empresas y a muchas las estimula a operar fuera del sistema financiero.
Con todas estas medidas, las empresas esperan que el gobierno pueda tener éxito en la baja de la inflación que, en muchos casos, implicará intervenir sobre empresas formadoras de precios que tiene posiciones dominantes en sus respectivos mercados.
Otro punto que preocupa a los productores primarios son los bajos precios pagados por sus productos, en comparación con los que pagan los consumidores. Mientras muchos apuntan a excesos en las cadenas comerciales, otros están apuntando a los costos de logística y este es un punto más controversial por la aparición en escena de los sindicatos manejados por Hugo Moyano y sus hijos.