Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
El martes pasado se concretó un acuerdo entre la Nación, las provincias petroleras, empresas y representantes de los trabajadores con el objeto de enfrentar el problema generado por la brusca caída del precio del petróleo.
Las conversaciones entre la Nación y las provincias comenzaron en diciembre pasado, cuando el petróleo todavía tenía un precio superior a los 60 dólares. A la luz de este proceso, en octubre pasado, el gobierno nacional había bajado al 50% las retenciones a las exportaciones de crudo, con la previsión de rebajarlas a sólo 5% si el valor disminuía del nivel de 60 dólares.
En realidad, la caída se ha hecho más pronunciada de la esperada y hoy está por debajo de los 50 dólares. Esta situación genera muchas complicaciones para varios sectores. Para las empresas es complejo porque en algunos yacimientos operan en el límite pero, en otros, sobre todo los no convencionales, el valor actual es casi la mitad del costo. Además, pesa la inflación y el tipo de cambio atrasado.
Para las provincias también es un tema complejo debido a la caída de regalías e impuestos así como también por la consecuencia que puede tener sobre el empleo sectorial, que no sólo comprende a las petroleras sino a las empresas de servicios y las del sector metalmecánico que les brindan asistencia técnica.
Para los sindicatos, en tanto, la preocupación pasa por la posibilidad de perder empleo y por un dato significativo: en las empresas de servicios el costo laboral pasó del 50% al 80% y esto genera una situación de riesgo muy grande, sobre todo si las empresas comienzan a renegociar contratos.
El acuerdo firmado establece un subsidio de 3 dólares por barril de crudo producido con la condición de que las empresas no bajen la producción ni disminuyan el empleo. Además, las firmas que exporten tendrán un incentivo adicional de 2 dólares por barril.
La situación es compleja porque el precio interno fue fijado en 72 dólares, en oportunidad de rebajar el costo al público de las naftas y, sobre ese precio, se pagan las regalías. Pero las empresas que exportan (básicamente las que provienen de las provincias de Santa Cruz y Chubut), deben vender a valor internacional y pagan regalías sobre un precio mayor.
Frente esto, hace algunos días la provincia de Chubut decidió rebajar sus regalías al 50% para facilitar la situación de las compañías. Por ahora, en cada provincia se deberán negociar acciones a efectos de paliar la situación, no perder producción y mantener el empleo.
El gobernador Pérez decidió bajar la alícuota de ingresos brutos de 3,5 a 3%, lo que continúa generando debate con el radicalismo. Esperemos que, frente a la situación extraordinaria, impere la racionalidad y el sentido común.